El 21 de julio de 1990 en la Puerta de Brandenburgo las grandes bandas rockeras del momento conmemoraban el derribo del "muro de la verguenza" The Wall-Live in Berlin fue un gran show a la libertad. ¿La libertad? Los asistentes lloraban de emoción. A Don Julio nunca le emocionó esa caída y nunca la sintió como un fenómeno de libertad. Era comunista y tenía una biblioteca. Por Dios Santo, estaban Reagan y Thatcher detrás de todo el cascajo. Y el tiempo pasó. Y con los años toda la propaganda triunfalista se calmó y la realidad pura y cruda se impuso. Reagan y Thatcher iniciaron uno de los periodos más nefastos para las clases obreras. El Capitalismo se sintió el vencedor absoluto de todas las batallas, y pregonó sus principios como los únicos verdaderos y factibles. Llegó la realidad. Felipe González, el socialista de la chaqueta de pana, le decía con soberbia a un Anguita, firme en sus principios, lúcido como ninguno: "Iluminado" "epígono del comu