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Kosovo, la semilla del diablo

 Kosovo es instrumento y punta de lanza de los poderes occidentales contra Serbia. 

Es un país títere, un feudo de Estados Unidos para controlar cuando debe volver la guerra a los Balcanes y volver a llenar la prensa occidental de términos grandilocuentes como "avispero","polvorín","etnias y nacionalidades irreconciliables", "genocidio" y "masacres"

La creación de un estado ficticio como el de Kosovo tenía un objetivo final que hoy sale a la luz sin velos:  Pieza indispensable en la doblegación de Serbia para la ofensiva general contra Rusia. 

En Kosovo circula el euro sin ser Kosovo parte de la eurozona, las instituciones públicas y privadas serbias se han ido eliminando progresivamente y desaparece en el reino de la nada  todo rastro del estado serbio en los 10.908 kilómetros cuadrados de territorio kosovar. 

Para los serbios, la provincia de Kosovo tiene más importancia simbólica y religiosa que estratégica.  Kosovo es considerado en Serbia como la cuna de su estado. El asunto de Kosovo solo tenía dos salidas, o albanés o serbio. Pero el estado Kosovo favoreciendo la mayoría albanesa y la repoblación con albaneses no tiene sentido por la simple razón de que los albaneses ya tienen su estado propio.

La independencia de Kosovo, declarada el 17 de febrero de 2008 entre un bosque de banderas albanesas, estadounidenses e inglesas por las calles de Pristina, la nueva capital, ya reflejaba, por si a alguien le había quedado alguna duda, el objetivo de crear un estado títere con la suficiente conflictividad como para hacerlo estallar cuando a las potencias occidentales les diera la gana.

 "Danke Deutschland" (gracias Alemania) decoraba las fachadas de varios edificios, recordando así el importante papel que desempeñó Berlín en el nacimiento del nuevo Estado.

 Nada de estraño este agradecimiento pues la destrucción de Yugoslavia es obra de Alemania. Desde los años 1970, las autoridades políticas bávaras, bajo la dirección del ministro-presidente Franz-Josef Strauss, organizaron numerosos contactos con los dirigentes eslovenos y croatas,  para separar los ricos e industrializados Estados del norte de Yugoslavia e integrarlos en la economía occidental, especialmente en la economía austriaca y alemana. La misma historia desde el Imperio Austro-húngaro con otros nombres.

 Con  el Estado yugoslavo al borde de la bancarrota e incapacitado de pagar sus deudas el gobierno nacional se vio obligado a someterse a las durísimas condiciones del Fondo Monetario Internacional, pero el Estado Yugoslavo no recibió un dolar, sí recibieron los estados donde se animaba el nacionalismo y el independentismo con promesas de entrar en el club de los ricos.

La independencia de Kosovo fue el broche que cerró el desmantelamiento de Yugoslavia.

 El plan de la creación del Estado de Kosovo se fraguó en Bruselas, bajo el beneplácito de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la dirección militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el objetivo de avanzar hacia algo más que la “autonomía sustancial” recogida en la Resolución N° 1.244, del 10 de junio del año 1999 .

 Los medios europeos intoxicaron los análisis e informes sobre la guerra en aquel territorio, exigiendo la necesidad de un cambio sustancial en la zona y con ello avanzar hacia el verdadero objetivo: la consolidación de la hegemonía del Eje Washington-Bruselas.

En la actualidad, solo el 40 % de los países que conforman la ONU reconocen a Kosovo como una república y sin embargo el estatus político diseñado por las potencias occidentales se mantiene incólume. En cambio, ese 60% restante, donde sobresale la República Popular China, Rusia, la propia Serbia, la enorme mayoría de los países americanos, africanos y asiáticos, no aceptan la declaración unilateral de independencia del año 2008 ni reconocen a una llamada República de Kosovo como un Estado soberano

 La ONU, la OTAN, la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) con su intervención en Kosovo, el año 1999, direccionaron la autoproclamación independentista de ese territorio. 

   Kosovo fue hasta entonces parte del estado serbio – una provincia que gozaba de amplia autonomía-, en una región con una treintena de monasterios ortodoxos, considerados por el pueblo serbio como parte de su identidad, de su visión mágica religiosa de las creencias ortodoxas.  

Las escenas de espanto y crueldad de siglos de avasallamiento de los imperios otomano y austrohúngaro no consiguieron doblegar al pueblo serbio. ¿Lo conseguirán las promesas económicas de la Unión Europea? 

  Para asegurar el estado vasallo de la OTAN en Kosovo hubo que estigmatizar Serbia, convertirla en un país paria, lleno de asesinos nacionalistas, causante de masacres de gente inocente. 

La guerra de agresión contra Serbia el año 1999 cuando los ecos de la operación Fuerza Aliada, entre el 24 de marzo al 11 de junio de ese año 1999 significaron la muerte de al menos 6.000 serbios, el 90 % de ellos civiles, la destrucción de parte importante de su infraestructura industrial y militar. 

 Una agresión unilateral, iniciada por la OTAN sin autorización alguna de la organización de las Naciones Unidas (ONU) y su Consejo de seguridad. 

Los bombardeos fueron declarados por el mismo Tribunal de la Haya para la ex-Yugoslavia (algo insólito un tribunal específico para un país) ilegales cuando ya la declaración eran solo palabras muertas.

 Esa región de los Balcanes, surcada de historia, de luchas, de conflictos, de proyectos de unión y una vuelta a la fragmentación requiere ser analizada en profundidad. 

  

 Han pasado más de dos décadas desde los ataques de la OTAN a Serbia por el conflicto de Kosovo, pero las situaciones de antagonismo y tensión étnica siguen teniendo una palpable y cotidiana presencia, como lo demuestra incluso un hecho que parece banal, pero que desata esas pasiones, como fue el tema de tránsito de vehículos serbios por la zona kosovar y la resistencia de los habitantes serbios frente a esa medida. 

Hoy en Kosovo, como a fines de la guerra de agresión contra Serbia, al caminar por las calles de su capital: Pristina, es difícil distinguir algún signo que delate, que alguna vez hubo autoridades yugoeslavas. No se hablaba de país, en aquel ya lejano 1999, pero tampoco ninguna persona dejaba de pensar, que más temprano que tarde, la independencia, más que una amplia autonomía, sería su estatus jurídico-político apoyado por ese occidente hegemónico.

El reconocimiento de Estados Unidos y sus aliados europeos, fundamentalmente, unido a un sionismo que no pierde oportunidad de enquistarse en el mundo que alberga hoy a la mayor base militar estadounidense del mundo; infringen el Derecho Internacional, creando una nueva injusticia con respecto al pueblo serbio, avivando fuegos de pasión y odios étnicos y preparando así el terreno para nuevos enfrentamientos violentos en los Balcanes.

En Kosovo se ha violado el derecho internacional en forma flagrante y para ello la fuerza militar se ha usado como disuasivo más que el diálogo político.

Kosovo posee el Campo Militar de Bondsteel  una de las bases militares más grandes y costosas construidas por los Estados Unidos. Alberga a 4.000 tropas de ocupación. El complejo fue construido en 386,47 hectáreas con un perímetro de 11,27 kilómetros. Construida por la empresa privada Kellogg, Brown, and Root (KBR) y el ejército estadounidense por 350 millones de dólares en Uroševac, cerca de la frontera con Macedonia. Bondsteel tiene un costo de 70 millones de dólares al año, para mantener en activo su propia central eléctrica, depuradoras, helipuerto e incluso Burger King y una Taco Bell. Nada que pueda faltarles a las tropas en esa región, parte de las 800 bases militares estadounidenses en el mundo. La realidad de la construcción de Camp Bondsteel no tiene que ver exclusivamente con Kosovo y la OTAN. 

 Existen intereses geoestratégicos relacionados con los Balcanes, Asia Occidental y la frontera occidental de Rusia. 

 Ya en su momento los medios estadounidenses, en especial The Washington Post había señalado durante la época de decisión de construcción de Bondsteel que “con Oriente Medio cada día más frágil, necesitaremos bases y derechos de vuelo sobre los Balcanes para proteger el petróleo del Mar Caspio” Recordemos que la base se encuentra en una zona a vuelo de avión sin reabastecer de Asia Occidental, el Cáucaso y Rusia. De esta forma se puede controlar oleoductos y corredores energéticos vitales como el oleoducto transbalcánico donde multinacionales estadounidenses como Halliburton tienen presencia e intereses 

 En el corazón del disputado territorio de Kosovo, los serbios brillan por su ausencia – concentrados y desplazados al norte de esta provincia o república reconocida en forma limitada según sea quien defienda determinada política. Los serbios han sido reemplazados por otras minorías: la de funcionarios, civiles y militares de la ONU, la OSCE, ONGs y OTAN. 

La soberanía de Belgrado sobre Kosovo – considerada por los serbios como la cuna de su nación – es una fantasía bajo la secesión de la población albanokosovar. Se han suprimido las leyes federales yugoslavas. 

 El dinar, sustituido en principio por el Marco alemán ha sido sustituido por el Euro como moneda oficial de cambio, para todo tipo de comercio, sea este legal o ilegal. Pérdida de soberanía expresada, por ejemplo, en la autorización de las autoridades de ocupación de la ONU para imprimir sellos postales cuyo uso fue aprobado por la Unión Postal Universal. 

No hay lugar a dudas, de Serbia no se quiere saber nada.

Los alemanes han tejido sus redes, desde la muy políticamente correcta Eslovenia, pasando por Croacia y la Federación croata-musulmana de Bosnia Herzegovina y dando un salto hacia la ocupada provincia Serbia de Kosovo, Macedonia y expandiéndose hacia Grecia y Turquía

El poderío económico alemán sienta las bases de un nuevo orden global para los Balcanes. Allí donde se escribía socialismo, como bloque, hoy se constata la presencia multinacional, que deriva a una hegemonía política y económica de esta nueva Alemania convertida en el motor de la pujante UE y con ventajas en su avance hacia el Este y que le está generando dificultades con su socio estadounidense pues Alemania hablaba de negocios con Rusia cuando Washington quería hablar de guerra, como se ha expresado, en toda su dimensión con el tema Ucrania, que ha significado, por ejemplo, la suspensión el proyecto Nord Stream II, aunque ello signifique un aumento  en siete veces del valor del combustible que necesitan los europeos.

 Alemania ha sucumbido, al igual que el resto de Europa en su soberanía, no existe dignidad ni independencia, la política exterior europea se teje en Washington.


En Kosovo, el trabajo productivo de la agricultura y la minería se reemplazó por el meramente asistencial y caritativo. Campea el contrabando, narcotráfico a cargo de mafias, como la albanokosovar  cuyos mercados principales se ubican en Italia, Suiza y Alemania y que extiende sus tentáculos incluso en África y el continente americano. La prostitución permite a civiles y militares extranjeros gastar a manos llenas los codiciados euros. 

El objetivo declarado, por la ONU y las fuerzas aliadas de la OTAN, para su intervención en Kosovo, sostenía la necesidad de detener las matanzas llevadas a cabo por las fuerzas serbias contra la población albanokosovar, matanzas que fueron por ambas partes pero solo tuvieron portadas de periódicos las sesrbias. 

 Han pasado más de dos décadas desde el fin de los bombardeos contra Serbia y la situación, en esencia, no ha variado. Reinan las reglas de la limpieza étnica, contra los serbios.

Serbios y gitanos son hoy los parias de la histórica y disputada provincia. 

Ser gitano en Pristina es llevar la marca de Caín, sinónimo de haber hecho el trabajo sucio de los militares y paramilitares serbios contra la población albanokosovar. Las acusaciones que suelen repetirse son, que al caminar por las calles de Pristina, Prizren, Istok o Djavorica, el no ser albanokosovar es arriesgarse a una paliza y hasta la muerte.

 Durante el conflicto de Kosovo se cometieron graves delitos contra nacionales serbios, que habían permanecido en Kosovo después de la guerra,  delitos que nunca se investigaron. Participaron importantes figuras del gobierno kosovar de la posguerra. Además de los abusos, asesinatos y desapariciones de prisioneros en una amplia red de centros de detención del Ejército de Liberación del Kosovo en Albania septentrional y central.

Las Naciones Unidas y la OTAN han administrado la provincia de Kosovo y tras un poco más de dos décadas, este recién creado y poco reconocido estado tiene una economía inexistente y se ha convertido en un foco del crimen organizado, del tráfico de drogas, de armas y de seres humanos con trata de blancas que suelen nutrir el mercado de Italia y Suiza, principalmente. 

Los funcionarios internacionales han constatado que en Kosovo no hay una auténtica sociedad civil, en condiciones de poner en funcionamiento una verdadera institución democrática. Lo que se constata más vívidamente es que ahí malviven diversas minorías protegidas por las tropas internacionales. 

Para los 100.000 serbios, 30.000 gitanos, 35.000 eslavos musulmanes, 20.000 turcos y los 12.000 goranis – eslavos de la región de Gora que profesan el islam – que aun malviven en una de las zonas más conflictivas del mundo la idea de paz y tranquilidad escapa a su cotidianidad.

En julio del 2022 el presidente serbio Aleksandar Vucic afirmaba que confíaba en que se pudiera llegar a solucionar el problema ya crónico. Rusia señaló la necesidad de cesar las provocaciones contra Serbia, acusando a las autoridades kosovares de atizar las tensiones. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, instó  a Kosovo, así como a Estados Unidos y la Unión Europea «que están detrás de ellos a cesar las provocaciones y a respetar los derechos de los serbios en esa república parcialmente reconocida”

 Kosovo decidió aplazar sus reformas que desencadenó la movilización serbia, justo después de reunirse con diplomáticos occidentales. Occidente se ha convertido en Kosovo en Washington y los suyos  no quieren perder su hegemonía en ciertas zonas estratégicas del mundo y que ordenan lo que se hace o no se hace en la provincia ocupada de Kosovo. El rol que cumple este Occidente es de catalizador del conflicto al mismo tiempo que tiene el poder para definir que Pristina no siga con sus determinaciones provocadoras.

La caída de la URSS y la disolución del campo socialista llevaron a  la irrupción de la OTAN más allá de las fronteras que tenía el otrora Pacto Varsovia y esa búsqueda de mercados encubierto bajo razones humanitarias, la imposición de soluciones que apuñalan la dignidad de los pueblos, han vuelto a colocar en el tapete que los Balcanes sigue siendo una zona donde la tensión es pan de cada día por más que exista una fuerza multinacional liderada por la OTAN la denominada KFOR  que sólo ha servido como muestra de la inoperancia de aquellas creaciones de la ONU para impedir conflictos y utilizar determinados conflictos para crear puntas de lanza e instalar gobiernos títeres, que le sirvan para objetivos mayores. 

En este caso el control de las riquezas energéticas de la región. Con el dominio de Kosovo, no solo se ha mutilado a Serbia, sino que Estados Unidos ha logrado hacerse de una privilegiada posición de control geoestratégico que incluye parte del Mediterráneo, el Mar Negro y las rutas que conducen a Oriente Medio, Norte de África y el Cáucaso, incluyendo los trayectos de los oleoductos existentes y futuros del mar Caspio y Asia Central.

Es Kosovo, en este contexto, la semilla que plantó Estados Unidos en su afán por la conducción de un mundo unipolar a cualquier precio. Además de gasoductos y oleoductos, el cerco a la Federación Rusa e influir en el freno al desarrollo de la nueva ruta de la seda hace a Kosovo un escenario de conflictos si Serbia no es buena y no se doblega  a los mandamases americanos y europeos.

 

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