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Verdes ma non troppo



Las élites europeas y su servicio, la llamada clase política europea, usan a los medios de comunicación para contarnos que están salvando el planeta pero en realidad lo que están luchando es por preservar su economía depredadora y su ideología neoliberal.


La palabra verde acompaña ya a cualquier publicidad que quiera tener oportunidades en la guerra de lso mercados.
La Agenda Verde y la bandera Arcoiris se presentan como la piel de oveja que tan bien le sienta al dicurso de las oligarquías gobernantes
Puro cinismo. El activismo por el clima no es, ni de lejos, un aliado, por la sencilla razón de que amenaza el sistema.
No se pueden meter ratones y un gato hambriento en una caja, aunque el gato se presente como gran protector de las ratones.
Y si hay un pais donde esto se evidencia más que en ningun otro, este es Alemania, donde los fogosos verdes, los luchadores incansables por el clima, espejo de los verdes de toda Europa; una vez integrados en la coalición gobernante, se han comprado trajes de Armani Privée y han comenzado a animar al movimiento armamentístico para dejar a Ucrania convertida en tierra quemada y a ofrecer soluciones "reales" al cambio climático, que les va a entrar este invierno sin lubricantes. El ministro de Economía de los Verdes, Robert Habeck, recomendó a los alemanes duchas de agua fría para ahorrar energía, y Winfried Kretschmann, también verde, ministro presidente del principal estado federal de Baden-Württemberg, fue más lejos, esto se arregla dejando de ducharse, porque a la ausencia del gas ruso se puede unir la falta de lluvia. Una palangana y un trapo y van aviados los alemanes.
El resto de la coalición también está viviendo su "lucida intervalla": dejar de iluminar los edificios públicos y prohibir la publicidad luminosa después de las diez de la noche; reducir la calefacción en algunos edificios públicos a 19 grados y medidas similares de escasa trascendencia.
Es decir, Alemania, como el resto de Europa, sigue aferrada a un sistema económico que hace aguas, que ha terminado su andadura y que no es compatible con la falta de hidrocarburos y la protección del planeta. La gran prioridad de todos los gobiernos es no dañar los negocios de los ricos y contener como sea el avance del tercer estado.
Habeck dijo sin sonrojarse, bien provisto del cinismo del que hablamos al principio, que "lo único que debe aceptarse es una pérdida de comodidad en el área individual"
Lo que no pudo decir Habeck porque ya está en el gobierno, es que este área individual pertenece única y exclusivamente al área de los menos favorecidos, los mismos a los que se dirigía Macron con el fin de la abundancia.
Los socialdemócratas más conservadores con el belicista Scholz y los verdes desteñidos a amarillo pálido, no hablan ya de justicia social en sus soluciones al cambio climático y la escasez de gas. Solo del malvado Vladimir "Moriarti" Putin, como causante de todos los males de la humanidad, contra el cual hay que hacer una piña interclases, sacar la palángana y el trapo y quemar los viejos libros revolucionarios para calentarse.
Claro que no se puede empobrecer a las poblaciones de las sociedades del bienestar sin artificios publicitarios. Así se presentan las "ayudas a los consumidores" ante los máximos históricos de los precios de la luz. Ayudas simbólicos que no frenan el proceso de empobrecimiento pero que lo maquillan; especialmente cuando las ayudas viene incluídas en reducción de impuestos y los que más las necesitan no pueden recibirlas porque no pagan impuestos al no ganar nada.
No hay un solo país europeo que no hable de "ayudas" a las "familias", ahora llaman así a los que antes eran las clases trabajadores, porque la palabra "clase" no se usa en Europa desde hace treinta años y no hay ni un gobierno europeo que hable de gravar a las grandes fortunas.
Conclusión: Europa está dormida en su vieja gloria. Carece de un plan realista frente a las múltiples crisis que el cambio climático y el fin del Capitalismo.
Es el resultado de los treinta años del fin de la Historia que salieron, como lo hacen las alimañas en los derribos, de entre los cascajos del Muro de Berlin. La clase política europea se vendió a intereses corporativos privatizando todo lo público convirtiéndose en mera esclava de las oligarquías que le exigian cumplir con políticas, especialmente a través de su gran órgano de poder: la Unión Europea, modelada especialmente para este propósito: cumplir agendas neoliberales y privar a los pueblos más pobres de toda soberanía política.
Ahora que Estados Unidos ha llevado a Europa a la guerra de nuevo, no una guerra declarada pero no hay nadie con dos dedos de frente que dude que la Unión Europea es ya solo la OTAN, y que está en guerra con Rusia; las economías se desploman sin el gas ruso y se vuelcan en el gasto armamentístico enriqueciendo a los sectores de la gran industria militar mientras los desastres por el cambio climático van a exigir cada vez más apoyo económco de estados que caerá en bancarrota.
Alemania es el país que ha iniciado la crisis en mejores circusntancias porque su control de la UE supuso para ella un contínuo superavit, superavit que no fue nunca europeo sino alemán, frente a las paises pobres cuyas deudas fueron siempre europeas y exigían grandes sacrificios sociales.
Alemania está hundiendo en la pobreza a millones de personas por las exorbitantes facturas de la energía. El país está entrando en recesión y toda su base mercantil se está desmoronando. Prohibir a Dostoievisky ya no sirve como apósito.
En mayo Alemania registró su primer déficit comercial desde 1991. La inflación se encuentra actualmente en 8,8%, los precios de la energía se están disparando y los precios de los alimentos les siguen. Los salarios reales ya descendieron un 4,4% en el segundo trimestre de este año.
Después de que Angela Merkel y los demócratas cristianos sabotearon la energía renovable y las reducciones de CO2 en Alemania y la UE durante 16 años para dar paso al gas ruso barato, la nación sufre su cuarta sequía en cinco años.
Las principales arterias de agua, como el Rin, se han cerrado o han tenido una navegación limitada. La cosecha será mala por la falta de lluvia, lo que hará subir aún más los precios de los alimentos. Alemania ya tiene una de las tasas de desigualdad más altas de Europa y una de las tasas de impuestos sobre el patrimonio más bajas.
La actual coalición de socialdemócratas, verdes y liberales quieren solucionar el asunto con parches, sin tocar lo que hay que tocar: la igualdad social. Se limitan a seguir el catecismo neoliberal que usa las crisis para transferir más fondos públicos a los ricos con el discurso de que si tienen más beneficios evitarán el desempleo.
El plan de Habeck para solicitar las ayudas, en cuanto a las empresas, no exige que estas se enfrenten al riesgo de quiebra. Las corporaciones de energía que actualmente obtienen ganancias extraordinarias también recibirán fondos.
Como explicó la portavoz de prensa de Habeck: "Somos de la opinión de que una empresa también debe obtener beneficios para posicionarse más firmemente
Si bien Habeck está dispuesto a intervenir en el libre mercado para apoyar a las empresas de combustibles fósiles, su gobierno se niega a introducir un impuesto sobre las ganancias inesperadas por ganancias excesivas en la rama, porque el gobierno no quiere interferir en el libre mercado.
Como comentó el economista alemán Marcel Fratscher "Privatización de las ganancias y socialización de las pérdidas“.

Habeck y los Verdes alemanes parecen tener una especial predilección por las empresas de combustibles fósiles. Fue este caballero quien impulsó el escandaloso etiquetado del gas como "verde" para la taxonomía de la UE. Los Verdes también respaldaron un subsidio de tres meses de gasolina y diésel para automóviles en Alemania supuestamente para reducir la carga financiera de los propietarios de automóviles, pero sin ningún control de precios, lo que hizo que las compañías de combustible para automóviles aumentaran sus precios aún más para incluir la ayuda, embolsándose ellos mismos el subsidio del gobierno y dejando a los conductores sin ningún beneficio.
Así es como se ve la política verde en Alemania. Los Verdes llevan décadas preparándose para la toma del poder, se esperaría que tuviesen elaborados planes para una trancisión lejos de los combustibles fósiles no agresiva con las clases trabajadoras, pero una vez en el poder abandonaron sus valores originales de protección ambiental, paz y democracia y se unieron al paquete neoliberal, poniendo las ganancias por encima de las personas y el medio ambiente y pidiendo armas para Ucrania.
¿Como va Alemania a cerrar industrias vinculadas a la energía tradicional si han sido sus niñas mimadas durante veinte años?
El gobierno de coalición como cualquier gobierno neoliberal pretende curar grandes y profundas heridas con un poco de esparadrapo, pero la crisis ya no es una de tantas cíclicas del Capitalismo, es la final y la misma eocnomía neoliberal actúa según su ritmo natural: las industrias que registran pérdidas están cerrando o reduciendo radicalmente la producción debido a los costos excesivos de energía en ramas como fertilizantes, productos químicos y fundiciones.


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