Ir al contenido principal

Los inicios de la colonización sionista de Palestina: el periódico Filastin (II)

El movimiento sionista fue creado por una minoria de personas de religión judia en la Europa del siglo XIX en un momento en que un nacionalismo exaltado recorre Europa. Un nacionalismo basado en la exclusión, judeófobo en muchas partes. Este nacionalismo consideraba que las naciones europeas eran organismos homogéneos y cualquier elemento ajeno a esa homogeneidad ( judios, gitanos) eran elementos ajenos a a la nación.  El sionismo reprodujo estos esquemas sociopolíticos hegemónico de racismo, homogeneidad  y exclusión en pleno auge del imperialismo librecambista.
  
Theodor Herzl fue un político, austro-húngaro de nacimiento, que fundó en 1897 la Organización Sionista Mundial, como expresión organizada del movimiento sionista, fundamentalmente, europeo que se establece como objetivo, en términos generales, alcanzar la unidad del pueblo y territorio judío, mediante la Aliyá (o retorno de los judíos a Sion) para el establecimiento de un Estado Sionista, Judío y Democrático.
 Theodor Hezl consideró que las personas judías no solo tenían en común una religión, sino que conformaban una nación perseguida en Europa. Según su opinión, el problema judío no era religioso, sino nacional. Y, como pueblo diferenciado y oprimido, merecían y necesitaban una patria propia.
Pero el sionismo era un nacionalismo sin territorio  por lo que tuvo que adoptar la vía del colonialismo de asentamiento fuera de la Europa continental. 

 Existe un colonialismo externo o exocolonialismo que supone la colonización por parte de un Estado o de un grupo de personas de un territorio lejano o ubicado en otro continente y el colonialismo interno o endocolonialismo de un territorio adyacente o que se encuentra bajo algún tipo de control) 
Por otro, es relevante la distinción entre colonialismo de metrópoli, uno de cuyos principales paradigmas fue el del Raj británico en la India entre 1858 y 1947, frente al colonialismo de asentamiento o poblamiento, dentro del que se diferencian el de plantación étnica, como el del movimiento bóer en Sudáfrica, o el de asentamiento puro, como el del movimiento sionista en Palestina a partir de su segunda oleada colonizadora. 
 El objetivo fundamental del colonialismo de asentamiento es la creación en el territorio colonizado de una sociedad o patria propia, lo que supone el desplazamiento, la exclusión, la sustitución y/o la eliminación de la población nativa o de su mayor parte. 
El movimiento sionista se creó como un exocolonialismo de asentamiento de plantación étnica y pronto pasó a ser de asentamiento puro.
Durante los primeros años, el movimiento sionista planteó varios territorios para establecer la nueva patria judía, que tendría que estar conformada homogéneamente o al menos mayoritariamente por personas judías. Entre estos lugares se barajaron Chipre, una parte de Kenia, Madagascar o la Patagonia. Aun así, finalmente, el lugar elegido fue Palestina/Eretz Yisrael
Esto vino motivado por los intereses geoestratégicos de potencias imperialistas como el Reino Unido, a los que fue fácil cubrir de profecías evangélicas que consderaban que Cristo volvería cuando el mayor número de judíos estuviesen concentrados en "un territorio" y con los textos bíblicos que se desarrollaban precisamente en las tierras de la antigua Canaan, donde en ese momento estaba el que sería pueblo palestino y el pueblo que conformaría el estado del Líbano.

 Los líderes sionistas, mayoritariamente no religiosos, consideraban su causa como la lucha de liberación de un pueblo oprimido
  Se comenzó a propagar la idea de que un pueblo sin tierra volvía a su patria ancestral después de dos mil años de exilio.
  Junto a la idea del pueblo sin tierra, se difundió que el territorio que ocuparían,  Palestina, era una tierra sin pueblo, abandonada, donde habitaban unas pocas tribus de salvajes en el marco de un poder otomano decadente.
 
Por mucho que presentasen al territorio palestino como un desierto listo para ser habitado, lo cierto es que allí, como pueden leer en la entrada "Palestina una tierra con un pueblo" había una población no judía  y para imponer una nación judía había forzosamente que colonizar y expulsar, de lo contrario habrían de aceptar una nación multicultural, multilingue, y plural en cuanto a religiosidad.

 En primeros años de la colonización sionista no hubo oposición a la llegada de colonos europeos, e incluso en algunos pueblos fueron bien recibidos. Pero esto cambió pronto porque el proyecto colonial restringió la puesta en cultivo de nuevas tierras que se buscaban por el crecimiento demográfico palestino y obstaculizó la expansión de la comercialización agrícola.
 A partir de la segunda oleada colonizadora- entre 1904 y 1914-, muchos palestinos comprobaron que la nueva sociedad colonial sionista estaría cada vez más basada en el modelo de colonialismo de asentamiento puro, es decir que su objetivo era conquistar la tierra para los judios excluyendo del trabajo agrícola, del mercado laboral a las personas no judías.
En  1919 Jaim Weizmann, el químico británico sionista que treinta años más tarde se convertiría en el primer presidente del Estado de Israel era necesario edificar una nueva comunidad a través del arado y la espada. Tomando las tierras y luchando para echar a quienes estaban en ellas.

  Ya desde 1880 hubo resistencia en Palestina.  Un grupo de agricultores hombres y mujeres protestó contra una colonia sionista de reciente creación próxima a la localidad palestina de Afula . Otro grupo os  que se había visto expulsado de las tierras que cultivaban atacaron a colonos en Al-Khdirah y Petah Tikva. El junio del 1891 palestinos de Al-Quds-Jerusalén realizaron una petición a las autoridades otomanas para que se detuviera la colonización sionista. En 1895 el malestar de algunos sectores palestinos como el de los pequeños comerciantes y artesanos, que no podían competir con los medios técnicos de los colonos llegados de Europa, fue recogido por el periódico egipcio Abu al-Hul. El editor de la publicación y autor del artículo, Najib al-Haj, acusó al sionismo de privar a la población palestina de sus medios de vida. 
 También los periódicos Al-Muqtasaf y Al-Manar después del Primer Congreso Sionista de Basilea de 1897 protestaron ante lo que veían como un claro colonialismo agresivo. 
 El siglo XX trajo nuevos asentamientos y un crecimiento de las protestas contra el sionismo. Las quejas iban dirigidas a las autoridades otomanas y hubo protestas en lugares de Palestina como Afula, Al-Shara, Kafr Kama, Melhamiyya, Misha, Nazaret o Yafa. 
 En 1910 se realizó uno de los primeros grandes llamamientos al boicot contra bienes y comercios de la comunidad colonizadora. Desde un año antes, la cuestión sionista-palestina empezó a aparecer sistemáticamente en las sesiones del Parlamento otomano
 En el año 1911, varios parlamentarios árabes denunciaron que el objetivo del sionismo era crear un Estado llamado “judío” en Palestina y buscaron que se aprobara una ley contra la colonización sionista. 
 La organización asociativa palestina contemporánea llegó pronto y se caracterizó por la diversidad. 
 Algunas de las primeras organizaciones sociales desde el inicio de la colonización sionista estuvieron conformadas solo por mujeres palestinas, como las reunidas por primera vez el 1903 en Acre, en concreto la Sociedad Ortodoxa de Ayuda, y en 1910 en Yafa.
 También es relevante que, en el lustro anterior al inicio de la Primera Guerra Mundial, casi unas veinte publicaciones periódicas críticas con el sionismo vieron la luz en Palestina, que en aquellos días tenía una población de unas 600.000 personas. 
 Todas ellas estuvieron precedidas por el semanario Al-Karmil, que apareció por primera vez en Haifa en 1908 con un propósito declarado: “Oponerse a la colonización sionista”. 

En 1911, el fundador de Al-Karmil, Najib Nassar, escribió el que se ha considerado el primer libro en árabe sobre el sionismo, cuyo título se puede traducir como: "Sionismo: su historia, su objetivo y su importancia"
Entre los periódicos palestinos más importantes de este periodo se encontraba Filastin, que se publicó por primera vez en Yafa en 1911 y que también trabajaba contra el movimiento sionista. En enero de 1913, por ejemplo, se pudo leer en Filastin esta advertencia: “Los sionistas se apoderarán de nuestro país pueblo por pueblo, ciudad por ciudad”.

En un editorial de mayo de 1914, el periódico apeló al pueblo palestino como sujeto político y avisó sobre el peligro que suponía el sionismo para la “nación palestina” (Al-Umma Al-Falastinia).

 Filastin ejerció un papel importante en la conformación de la identidad nacional palestina y contribuyó a que el sionismo fuese concebido como un problema fuera de Palestina, ya que las editoriales y los artículos del periódico se publicaban en la prensa de Beirut, Damasco, El Cairo y otras ciudades del Levante mediterráneo

A pesar de que en sus primeros años la cabecera sufrió la censura —e incluso el cierre durante la Primera Guerra Mundial por las autoridades otomanas, que no resistieron la presión sionista para actuar contra este órgano de prensa—, su influencia no dejó de crecer. Filastin continuó publicándose en Yafa hasta la primavera de 1948, cuando las tropas sionistas desalojaron a la mayor parte de la población palestina de la ciudad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Melnyk, Bandera, Hitler. La relativización del nazismo en Alemania

Marzo fue un mes activo para Zelensky: ilegalizó once partidos votados por el pueblo ucraniano, cesó a sus embajadores en Marrue s y Georgia por no conseguir medidas contra Rusia y destituyó al jefe de las Fuerzas de Defensa Territorial En junio cesó a los embajadores de Georgia, Eslovaquia, Portugal, Irán y Líbano. Ya en su posición de pequeño dictador, no dio explicaciones a nadie. Hace unos días anunciaba la destitución de la fiscal general y del jefe de la agencia de seguridad nacional ucraniana por sospechas de traición y colaboración con los servicios secretos rusos. La purga se ha llevado por delante a más de 30 "espías" Consiguió un parlamento fiel y ahora está recolocando amigos de Biden y alguno propio en todo su entorno. En cuanto a la destitución de Andrey Melnyk, defensor del colaborador nazi y antisemita Stephan Bandera , a este le vamos a dedicar más tiempo porque que un embajador que se confiesa abiertamente nazi sea alabado por la clase política alemana, una

De las Cruzadas al Sionismo

 Los libros de Historia que nos cuentan que en Palestina el pueblo  judio y el pueblo árabe han vivido codo con codo desde hace 250 años, comienzan con un primer engaño.  Los libros de Historia que nos hablan del pueblo judío en su eterno deambular por el mundo, en sus altibajos entre la diáspora y la búsqueda de la Tierra Prometida. El pueblo judío perseguido. El pueblo judio del Holocausto, parten de una gran mentira.   El pueblo judio no existe.   Fueron perseguidos europeos conversos al judaismo desde el Imperio Jázaro.  Europa persiguió y asesinó a su propio pueblo por motivos religiosos. Los judios europeos no son semitas. Incluso en la palabra antisemitismo hay una gran mentira histórica que pretende cimentar la historia de un pueblo judío descendiente del pueblo bíblico, ajeno al territorio que habita.   Existen personas judías, es decir personas que profesan el Judaismo, en todas las partes del mundo. Hay judios polacos, estadounidenses, alemanes o rusos; como hay  cristia

Sobre el pueblo judío

La primera cuestión que tenemos que resolver antes de entrar en la cuestión es ¿Qué es un pueblo? El diccionario dice: Conjunto de personas que vive en una población, región o país determinados. Para ser pueblo tiene que haber un territorio y unas personas que lo habitan.   Desde un punto de vista político, el pueblo son las personas que forman parte del Estado, sin ningún tipo de distinciones de raza, género, religión, nivel económico o social.   El pueblo italiano puede ser cristiano o musulmán, seguidor del Nápoles o del Milan. No existe el pueblo musulmán en Italia ni el pueblo protestante en Alemania, ni el pueblo seguidor del Ajaz en Holanda. Los pueblos tienen una vinculación con el territorio y la historia, y esa vinculación tiene que ver con el hecho de haber habitado, ininterrumpidamente durante años un territorio. Por lo que el concepto está ligado a veleidades históricas. Italia no existía antes del siglo XIX. La unificación se produjo a raiz de ideales nacionalistas que s