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Fuegos fatuos en Francia

 Macron cree que la rebelión de Wagner muestra "la división en el campo ruso", sin embargo las calles de Paris ardiendo y los antidisturbios sobrepasados por la violencia callejera son hechos invisibles o inexistentes.

Las escenas que siguen llegando desde Francia si vinieran de Rusia o de China, Cuba, Venezuela etc es decir, países del eje del mal, serían tomadas como el preludio de una guerra civil, de un derrocamiento del régimen.
Pero en Francia no pasa nada. Y realmente no pasa nada porque no va a cambiar nada.
Ell hecho de que los manifestantes y alborotadores crezcan de tal modo que no haya policia para frenarlose el hecho de que los enfrentamientos se extiendan entre ciudadanos rebeldes y ciudadanos "del orden" es irrelevante no solo para Macron, tan preocupado por la guerra civil rusa o los alzamientos anticonfinamiento en China, sino que es irrelevante tambien para Francia que sigue su rumbo ajena a lo que se mueve en sus ciudades.
En Francia no hay una revolución porque no hay una directriz, no hay exigencias políticas claras, ni un modelo de gobierno y la aspiracion a una sociedad que se imponga sobre la vieja. Más bien parece una jacquerie.
Pero el hecho de no tener una directriz clara, un grupo con quien negociar, es lo que más deconcierta al gobierno y lo deja sin armas para responder.
Si se tratase de una revolución organizada, politizada, dirigida por unos partidos concretos habría sido controlada y saboteada por los medios, satanizando a sus cabecillas, mostrando su violencia y las terribles consecuencias para la ciudadanía ordenada.
Las democracias liberales trabajan constantemente para preservar el poder de quienes ya lo tienen. Nada que cuestione ese poder es permitido.
La democracia liberal, que es realmente un oximorón, garantizaba antes una representación real a las demandas desde abajo para mantener su orden. Movilizaba toda su maquinaria para desactivar las protestas violentas y si no quedaba otro remedio, permitía ligeras mejoras que calmasen los ánimos. Ni esa misera generosidad es posible hoy. Las democracias liberales han expresado su tendencia puramente plutocrática, convirtiéndose en fortalezas para proteger el capitalismo más salvaje.
En ausencia de representación, y en presencia de los mecanismos habituales de exclusión, explotación y fragmentación de las sociedades capitalistas, el único camino que queda abierto es el de la destrucción, el saqueo y la violencia. Algo que antes se canalizaba muy bien los domingos de fútbol entre bandas ultras o en discusiones políticas sobre mi partido o el tuyo. Ahora entre quien pone la bandera arcoiris y quien la quita.
Pero más allá de la violencia futbolistica, las discusiones en las redes sobre el movjmiento lgtb, el feminismo sí, feminismo no y el cambio climático sí, cambio climático no, la frustración y la ira ya no tienen un espacio para explotar hacia una via de verdadero cambio.
Habiendo eliminado con éxito toda política auténticamente democrática, habiendo adormecido los mecanismos de participación, habiendo bloqueado todas las vías de acceso al poder con vigilantes mediáticos, las élites se han asegurado la incontestabilidad jurídica de su dominio.
En España tenemos un ejemplo de manual : cuando se formó un movimiento popular, sin cabezas ni partidos, la llamada "Spanish Revolution" la democracia liberal hizo lo que tenía que hacer: encauzar las protestas en un partido y una vez vuelta la "normalidad" destruir el partido. Solo fue necesario encontrar un grupo de narcisistas, soñadores, naifs que accedieran a llevar al partido hasta la gloria y luego dejarlos destrozarse entre sí mismos, una demolición controlada.
Si se hace imposible una orgranización que permita un cambio profundo de la sociedad, solo quedan explosiones ilegales, devastaciones incontroladas, sin otro fin definido que el de hacer saber que “nosotros también existimos”.
NO hay espacio para revoluciones ni para héroes, porque no hay tiempo para organizar ni madurar. En cuanto asoman la cabeza toda la maquinaria mediática las destruye. Las democráticas liberales han demolido cualquier condición necesarria para una revolución, creando un trasfondo social trastornado, individualista, neurótico y mutilado en la capacidad de razonar.
Querían conseguir animales de carga y lo consiguieron, pero también conseguiran el aumento de las bestias de presa porque la insatisfacción que viene sacará a las calles una violencia incontrolada, sin cabeza, que no tendrá más remedio que organizarse en grupos de acción y usar la clandestinidad contra los medios de comunicación para que no los destruyan. ¿Al final solo va a quedar una via abierta para el anarquismo porque el comunismo con partidos y héroes de la clase obrera no tiene ninguna posibilidad de éxito en la sociedad de la vigilancia?
Todo está por ver.

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