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Teoría del Heartland






En 1904 Halford Mackinder -el creador del término “geopolítica- dijo ante la Royal Geographical Society británica, que dominaría el mundo quien dominase "la isla de Eurasia".

La idea de Mackinder se resume así: Quien domina la Europa oriental domina el Heartland o corazón terrestre; quien domina el Heartland domina el mundo-isla; quien domina el mundo-isla controla el mundo
En 1904, Gran Bretaña era la potencia indiscutible. Su imperio colonial basado en su potentísimo poder naval era  el más extenso del mundo.
 El puesto de potencia terrestre, donde el Imperio Británico flaqueaba,  estaba vacante entonces. 
  ¿Quién lo ocuparía?  
 ¿El Imperio Ruso, ocupante efectivo del Heartland pero industrial y militarmente atrasadísimo?
 ¿ Alemania que era claramente una potencia al alza con los ojos puestos en la Europa del Este?

La Primera Guerra Mundial evidenció que Rusia no era y no iba a ser ese candidato a dominador mundial. La Revolución de Octubre con una dura guerra civil contrarrevolucionaria, alimentada por las potencias europeas, dejó al país anulado para cualquier juego en la geopolítica mundial.
  En cuanto a Alemania, se encargaron de dejarla bien amordazada en el Tratado de Versalles. Con prohibición de armarse y pagando deudas que aplastaban su economía. 
 
  Hasta la Segunda Guerra Mundial Gran Bretaña todavía mantenía el estatus de potencia marítima, el papel de potencia terrestre seguía vacío.

 Si la Alemania nazi que dominaba de manera efectiva casi toda Europa Occidental, dominaba también la enorme extensión que suponía la URSS con su Heartland incluido, el Mundo acabaría siendo alemán.
Roosevelt sabía bien de lo que iba el juego alemán, al fin y al cabo era el papel que su pais iba a arrebatarle tras la guerra: "Los líderes nazis de Alemania han dejado claro que pretenden no sólo dominar toda forma de vida y pensamiento dentro de su propio país, sino también esclavizar a toda Europa y entonces hacer uso de sus recursos para dominar el resto del mundo. (…) ¿Alguien cree realmente que necesitamos temer un ataque mientras permanezca en el Atlántico como nuestro más poderoso vecino naval una Gran Bretaña libre? ¿Alguien cree realmente, por otro lado, que podríamos descansar en paz si las potencias del Eje fueran nuestro vecino ahí? Si Gran Bretaña cae, las potencias del Eje controlarán los continentes de Europa, Asia, África, Australia y los océanos. Y entonces se encontrarán en situación de convocar enormes recursos militares y navales contra este hemisferio.”

Desde Estados Unidos sabían perfectamente que si la URSS y Gran Bretaña caían, ellos acabarían haciendo lo mismo en un tiempo.

Finalmente, la máquina de guerra alemana acabó ahogándose en Rusia, teniendo que retroceder todo lo andado hasta Berlín.

El medio siglo posterior estaría marcado por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS.

Ahora sí había verdaderamente una potencia marítima con una capacidad de despliegue global (EEUU) y una potencia terrestre, de enorme extensión, con muchos recursos, una industria potente y un ejército numeroso y bien armado que además controlaba el Heartland (la URSS).
 El asunto entre las dos potencias estaba equilibrado por la doctrina de la contención gracias a la existencia de bombas nucleares.  Reagan llegó a decir en 1988, casi cincuenta años después de que Roosevelt se refiriese a la contención nazi, lo siguiente:
La primera dimensión histórica de nuestra estrategia es relativamente simple, clara y enormemente sensata. Es la convicción de que los intereses de seguridad nacional fundamentales de los EEUU se pondrían en peligro si un estado o grupo de estados hostiles dominaran la masa de tierra euroasiática. Y desde 1945 hemos procurado evitar que la URSS sacara partido de su posición geoestratégica ventajosa para dominar a sus vecinos de la Europa Occidental, Asia y Oriente Medio, con lo que se alteraría el equilibrio global de poder en nuestro perjuicio"

La Guerra Fría acabó en 1991 con la desaparición de la URSS, y con ella, la idea de que una superpotencia surgiese del Heartland. 
Su heredera más directa, Rusia, estaba inmersa en una crisis tan profunda que la relegaba a la segunda división geopolítica.

Por otro lado, las ex-repúblicas soviéticas de Asia Central (Kazajistán, Uzbekistán, Kirguizistán, Turkmenistán y Tayikistán) con la terapia de choque de entrada del Capitalismo se convirtieron en países destrozados con gobiernos corruptos azuzando las diferencias étnicas y el territorio ruso en un gran mercado de gangas para los capitalistas europeos y los emergentes hombres de negocios rusos.
  Pero China en 1991  inició el camino por la senda de la economía capitalista

Parece que de nuevo estaba vacante la plaza de potencia terrestre.

Cuando Mackinder elaboró su teoría en los primeros años del siglo XX, es poco probable que pensase en China como un candidato aceptable para dominar el Heartland. Mackinder sentía cierta fascinación por el Imperio Ruso, que en aquellos años llevó a cabo reformas políticas y económicas en su interior para impulsar la industria en un país fundamentalmente agrario. 
  No pensó en China porque el ahora gigante asiático era entonces un cortijo de las potencias europeas, y el emperador del lugar poco tenía que decir. Gobernaba – por decir algo – el centro y norte de lo que hoy es China. El resto: factorías europeas, influencia europea y todo dominado por europeos. Como es lógico, los chinos acabaron rebelándose y los europeos optaron por salir de allí, no sin antes provocar que China acabase en un mosaico de varios estados en un régimen casi feudal.
Hasta la victoria de Mao Tse-Tung en 1949, no podemos decir que China fuera un país totalmente unificado y controlado efectivamente por un poder central.
Siguiendo fielmente la delimitación original del Heartland de Mackinder, las regiones del noreste de China entran dentro del Corazón Continental. China tiene medio pie metido en el Heartland, el corazón de la tierra.

A finales de la década de 1990 y sobre todo en los primeros años del siglo XXI, China ha conocido un desarrollo económico sin precedentes. El tercer país más extenso del planeta y el más poblado; unas tasas de crecimiento vertiginosas que se creían imposibles de mantener a medio plazo en un país tan grande; un comercio exportador que poco a poco va copando el mercado; un presupuesto en defensa que no deja de aumentar; una política exterior ambiciosa; un poder económico apabullante al no tener apenas deuda pública ni una moneda que fluctúe (el yuan es la única moneda potente que no está en el sistema de cambio flexible)En definitiva, la constatación de que en la última década no ha habido tal crecimiento de poder en ningún país o región del mundo. Se empieza a hablar de que China podría ocupar muy pronto, si no lo ha hecho ya, el trono de potencia terrestre.
Como bien dijo Napoleón: “Cuando China despierte, el mundo temblará”.

En el recién empezado siglo XX, todavía las armas hacían más daño que cualquier otra herramienta a disposición de gobiernos o élites. Durante la etapa colonial, unos cuantos cientos de hombres con armas de fuego podían someter extensísimos territorios, igual que los hunos arrasaron con media Europa por el simple hecho de tener caballos. La dicotomía tierra/mar duró hasta casi el fin de la URSS, quizás complementado por el aire, aunque sin duda no como medio independiente o comparable a la tierra o el mar.

Estados Unidos nunca ha parecido comprender el poder “blando” o económico – al menos su gobierno, porque su sector privado lo ha entendido a la perfección –. Siempre han optado por la fórmula clásica, la guerra. Ya sea a través de guerras con ejércitos profesionales, como en el caso de Irak o Afganistán, o medianteguerras encubiertas, como los golpes de estado en América Latina o la lucha de los talibanes contra los soviéticos en Afganistán en los años ochenta.

En cambio China, en su reconversión del comunismo al capitalismo, ha entendido a la perfección que este mundo ya no lo dominan las armas sino el dinero. Dar una orden económica puede ser infinitamente más efectivo que guerrear contra un país o usar las arma. El dinero es el arma del siglo XXI. ¿El medio? El ciberespacio. Tierra y mar se ven cada vez más eclipsados por lo que supone lo virtual.



China y Estados Unidos van a combatir.Van a acabar peleando la influencia hasta en el islote más perdido del Pacífico si hace falta. Estados Unidos languidece como potencia marítima mientras China crece como la terrestre. 
 Controlar y destruir Rusia es el paso necesario para controlar China. 
Las guerras hay que mirarlas desde cerca, con el vencedor de Eurovisión, pero donde realmente se gestan es en los tableros geopolíticos.


Resumen de la teoría de Heartland  de "El gran tablero mundial" Zbigniew Brzezinski

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