Francis Drake, un pirata nombrado Sir, para agradecer los atracos y robos a los barcos españoles que viajaban desde el Nuevo Mundo hasta la metrópoli cargados con los metales preciosos de las colonias, tomó posesión de California, en 1577 a nombre de Isabel I
En 1578, Isabel I le otorgó una patente a sir Humphrey Gilbert que lo autorizaba a fundar colonias en América y en otras tierras ignotas que pudiera encontrar. Después de una expedicion fracasada, en 1583 emprendió un segundo viaje. Llegó hasta Terranova. Luego de anclar en la bahía de Saint John's, tomó posesión de aquellas latitudes en nombre de la reina y se autodenominó gobernador de la colonia de pescadores que había encontrado allí.
Para Gilbert, la ocupación de ese sitio representaba el preludio de un proyecto más amplio: expulsar a los españoles de América para que la Corona inglesa gobernara en exclusiva a lo largo y ancho del Nuevo Mundo
Finalizada en 1584 la vigencia de la patente que había concedido a Gilbert, la reina decidió renovarla, concediéndosela a su nuevo favorito, sir Walter Raleigh.
A partir de esa fecha, Raleigh emprendió diversas aventuras de colonización. El privilegio que recibió de Isabel I le daba el derecho, a él y a sus herederos de adueñarse de todos los territorios que encontraran, comprometiéndose a pagar a la Corona un quinto de las minas y metales explotados. En abril de 1584 envió a dos capitanes, Philip Amadas y Arthur Barlowe, a explorar el este americano. De las Canarias llegaron a Florida y, desde allí, siguieron la costa hasta alcanzar lo que hoy es Carolina del Norte. Bautizaron con el nombre de Virginia a ese gigantesco territorio, pero ninguno pisó tierras de lo que actualmente es el estado de Virginia.
Ambas patentes van más allá de ser una curiosidad histórica. Su relevancia es manifiesta en la medida en que ellas propiciaron el inicio de la colonización inglesa en Norteamérica que ocurriría en los primeros años del siglo XVII, dando origen a lo que, con el correr del tiempo, serían las trece colonias americanas y, posteriormente, la nación independiente de los Estados Unidos de América.
Los franceses llegaban en este periodo al territorio del valle del Mississippi controlando la vasta área entre los Grandes Lagos y el golfo de México, mientras que los holandeses se asentaron en el costa: en 1624 fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, hoy Nueva York.
En la segunda década del siglo XVII, los ingleses favorecieron la emigración de personas pertenecientes a grupos religiosos, de orientación puritana, que buscaban un lugar para ejercer libremente su culto y construir una sociedad de acuerdo con sus ideales. Así, se llevó a cabo el famoso viaje de los calvinistas a bordo del Mayflower en 1620 y la posterior fundación de Plymouth, Nueva Inglaterra. Tal hecho ahora se asocia a la identidad histórica de los Estados Unidos.
Durante el siglo XVIII se conformaron tres grandes áreas de poblamiento con rasgos peculiares, en las que se asentaron las llamadas Trece Colonias inglesas: en el Sur (Virginia, Maryland, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia) predominó la agricultura de arroz, tabaco y algodón; en el centro (Nueva York, Nueva Jersey, Delaware y Pensilvania) se cultivaron cereales y se promovió el comercio naval; y en el norte (Massachusetts, Connecticut, Rhode Island y New Hampshire), donde ocurrió la primera colonización, se forjó una economía agrícola y manufacturera cuya fuerza motriz fue el puerto de Boston.
La contienda finalizó con la firma del Tratado de París de 1783, en el cual la monarquía de Gran Bretaña reconoció la pérdida de sus antiguos dominios entre el río Mississippi y la costa atlántica. Los territorios fuera de las trece colonias, como Canadá y algunas islas del Caribe, permanecieron leales a la corona británica.
En la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776 expresaron que su lucha se fundamentaba en la búsqueda de la libertad, la igualdad y la felicidad. Además, justificaron sus acciones manifestando la importancia que tenía la organización entre ciudadanos para proteger los derechos naturales que eran comunes a todos.
El progreso económico y el aumento de la población fue constante en las 13 colonias, pero los colonos no fueron ajenos a los problemas que tuvieron las potencias europeas. Por esa razón, cuando el gobierno inglés decidió implantar más controles y exigir pagos de nuevos impuestos, se desató una crisis que resultó en la guerra y en la posterior independencia.
En términos generales podemos hallar dos conjuntos de causas que produjeron problemas entre el gobierno inglés y sus colonias americanas.
1. Económicas y militares
El gobierno de Inglaterra tuvo que cubrir gastos extraordinarios cuando se enfrentó con Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Eso hizo saber al rey que para sostener su presupuesto de gobierno debía obtener más recursos y más dinero.
Una de sus principales decisiones fue la de incrementar los impuestos de sus colonias americanas.
El punto de vista de la corona se justificó en que parte de los gastos militares ingleses se realizaron por proteger a sus colonias. De hecho, desde 1754, los colonos de origen inglés le habían pedido ayuda a las autoridades de la realeza británica cuando se enfrentaban a los comerciantes franceses que habitaban en el valle de Ohio.
La guerra de Siete Años culminó en 1763 con la victoria de Inglaterra y de sus colonos en América. No obstante, quienes entonces lucharon juntos, pronto tuvieron diferencias irreconciliables y formaron bandos distintos en una nueva guerra, la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, que comenzó doce años después.
2. Políticas e ideológicas
La autonomía que se desarrolló en las trece colonias tenía gran valor. Las personas que allí vivían tuvieron preocupaciones similares y afrontaron problemas que hicieron confluir sus intereses. Por años se debieron acostumbrar al nuevo entorno natural que los rodeaba, lo cual presentó desafíos. Los colonos se organizaron para distribuir tareas y darle un orden a sus sociedades.
Por eso se sentían capaces de tomar decisiones propias. Estaban subordinados al rey, pero no querían ser sometidos por éste. Las diferencias entre los colonos americanos y la corona británica crecieron cuando ésta trató de imponerles más controles después de 1763.
El pensamiento de la Ilustración en las colonias
Los líderes de la revolución en las colonias no ignoraban los escritos de los principales filósofos políticos del siglo XVIII. Thomas Jefferson, Benjamin Franklin, James Madison, entre otros, conocían que en Europa se había iniciado una nueva forma de entender el papel de los gobiernos y de los ciudadanos.
Autores como el inglés John Locke definieron las bases de un gobierno justo. Él afirmó que un gobernante sólo ganaba autoridad si tenía el consentimiento de las personas bajo su mandato. También indicó que el deber de los gobiernos era proteger los derechos naturales de las personas, como la vida, la libertad y la propiedad.
Tales argumentos fueron utilizados cuando lo líderes de las colonias desafiaron al rey de Inglaterra y lo culparon de ejercer la tiranía por no escucharlos ni darles representación ante el parlamento británico.
Desarrollo del conflicto entre las trece colonias e Inglaterra
A continuación presentaremos una cronología de los eventos que produjeron desacuerdos entre los habitantes de las colonias inglesas en Norteamérica y su rey, hasta desembocar en la independencia de los nacientes Estados Unidos.
1. La Proclama de 1763
Al finalizar la guerra de los Siete Años, Inglaterra expandió su control sobre buena parte de los antiguos asentamientos franceses de América del Norte. Justo después, el rey Jorge III firmó una proclama que prohibió a los habitantes de las trece colonias migrar y vivir en esos campos al oeste de las montañas Apalaches. El fin era evitar problemas entre estos y los indígenas que ya poblaban esa región.
El rey quiso mantener esos territorios en calma y prevenir más gastos militares. No obstante, lo que generó fue descontento entre los colonos que recién habían peleado contra los franceses. Ellos habían pensado que al obtener la victoria también podrían ocupar esa tierra para sembrarla, comerciarla y obtener beneficios.
2. La creación de impuestos entre 1764 y 1770
A través de leyes se establecieron impuestos al comercio con textiles, café y vino, productos que generalmente importaban los colonos. Estos se quejaron, pero también aumentaron sus actividades de contrabando para evadir pagos a los recaudadores ingleses.
Uno de los impuestos más repudiados fue el que se decretó con La Ley del Timbre (1765). Así, todo papel que tuviese curso legal en las colonias debía tener un sello que comprobara el pago del impuesto ante la corona. Es decir, las actas de matrimonio, los diplomas del colegio, los periódicos, los documentos de propiedad, etc., debían contener este sello para ser legítimos.
Los colonos protestaron e incluso organizaron interrupciones del comercio con Inglaterra. En 1766, el parlamento británico tuvo que anular la ley.
3. El reclamo por la falta representación
Durante años los colonos alegaron que el parlamento inglés no tenía autoridad para cobrarles impuestos, pues nadie podía defender sus intereses en Inglaterra. Así, consideraron incorrecto que se escribieran reglas sobre su forma de vivir sin su aprobación.
La frase que se popularizó entre los líderes de las colonias fue: "la tributación sin representación es tiranía".
4. La Masacre de Boston (1770)
El gobierno británico envió tropas a la colonia de Massachussetts en 1768 para mantener el orden. Los colonos sentían resentimiento ante la presencia de los casacas rojas (soldados ingleses). Es así que una noche de marzo de 1770, unos hombres comenzaron a lanzarle piedras y bolas de nieve a un pelotón.
En medio del alboroto, uno de los soldados disparó a la multitud. Esto inició una pelea que culminó con cinco colonos muertos. Los líderes de la colonia aprovecharon la oportunidad para crear un grabado que alarmó a la población. Se hizo entonces propaganda en contra del ejército del rey.
5. El motín del té (1773)
Las autoridades británicas le otorgaron el monopolio del té a la Compañía Inglesa de las Indias Orientales. Sólo esa compañía iba a poder vender té traído de Asia en las costas de América del Norte.
Los colonos afectados por esta medida entonces planificaron un motín para el 16 de diciembre de 1773. Disfrazados con indumentarias indígenas, abordaron tres barcos ingleses en la bahía de Boston y arrojaron los cargamentos de té al mar. Cuando el rey Jorge III supo de esto, se indignó. Su resolución fue que las colonias debían ser sometidas.
6. Las leyes "intolerables" (1774)
El parlamento inglés redactó leyes para reprender a las colonias. Se enviaron más tropas para mantener el orden, se cerró el puerto de Boston, se nombró a un gobernador designado por el rey, se restringió la libertad de tener reuniones, etc. Los colonos consideraron la situación intolerable.
7. El primer congreso continental (1774)
Delegados de 12 de las trece colonias (salvo Georgia) se reunieron en Filadelfia en septiembre de 1774. Durante semanas debatieron un plan de acción y decidieron solicitar al parlamento que eliminara las leyes que tanto les perjudicaban.
Entre las resoluciones, también se determinó tener un plan de defensa mutuo. Si una de las colonias era atacada, todas las demás la defenderían.
La primera batalla (1775)
El 19 de abril de 1775, el general inglés Thomas Gage se dirigió al pueblo de Concord, Massachussetts, para hacer una confiscación de armas. Las noticias llegaron a los oídos de los aldeanos, quienes se prepararon para detener a los soldados ingleses.
Cuando los casacas rojas se disponían a cruzar el pueblo de Lexington en su camino hacia Concord, se encontraron con un grupo de colonos armados. Los primeros disparos que dieron inicio a la independencia entonces se escucharon.
El segundo congreso continental (1775)
Aunque hubo muchas discusiones entre quienes querían una reconciliación con Inglaterra y quienes fueron más radicales en sus decisiones, se acordó la unidad en la guerra. George Washington fue nombrado comandante en jefe de los ejércitos continentales de América en junio de 1775.
Después de varias batallas, a mediados de 1776 los congresistas que representaban a las trece colonias concluyeron que éstas debían convertirse en Estados independientes. Una comisión fue elegida para escribir el acta de la independencia, con Thomas Jefferson como redactor principal.
El congreso adoptó formalmente las resoluciones del acta el día 4 de julio de 1776.
Fin de la guerra de independencia
Las hostilidades militares se prolongaron hasta 1781. En septiembre de ese año las tropas de George Washington y de sus aliados franceses asediaron al pueblo de Yorktown, Virginia. Allí se hallaba el general inglés Charles Cornwallis, quien tuvo que rendirse. La captura de este y de sus soldados forzó al gobierno británico para negociar una salida al conflicto.
Finalmente, en septiembre de 1783 se firmó en París el tratado de paz entre Gran Bretaña y los Estados Unidos de América.
Se estableció en los Estados Unidos un gobierno guiado por una constitución republicana.
La carta de derechos añadida a la constitución de 1787 permitió la consolidación de derechos como la libertad de expresión, la libertad de culto, y el derecho a ser iguales ante la ley. Tales ideales se derivaban del pensamiento de la Ilustración.
Se facilitó el poblamiento de los territorios norteamericanos hacia el oeste del continente. La fundación de nuevas ciudades y la apertura de nuevos mercados generaron crecimiento económico.
La revolución americana influyó en las provincias hispanoamericanas que a comienzos del siglo XIX también buscaron independizarse de una potencia europea.
Gran Bretaña, por su parte, redirigió sus esfuerzos para ejercer más control y afianzar sus dominios en las colonias de Asia y el Pacífico.
Los personajes más representativos de la Guerra de Independencia fueron:
George Washington (1732-1799)
Fue el líder militar que condujo al ejército de Estados Unidos a la victoria. Washington fue el primer presidente de la nación entre 1789 y 1797.
John Adams (1735- 1826)
Abogado y político de Massachussets. Fue el segundo presidente de los Estados Unidos entre 1797 y 1801. Su labor ayudó a concretar la firma del tratado de paz entre Inglaterra y Estados Unidos.
Era un terrateniente de Virginia que se convirtió en líder político y diplomático de los Estados Unidos. Sirvió como embajador de su país en Francia entre 1785 y 1789, y fue presidente de los Estados Unidos entre 1801 y 1809. Además, es conocido por ser el redactor principal del acta de la independencia.
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