Hasta ahora hemos tratado de conocer Yemen desde su mítica reina de Saba hasta la Primavera Árabe de 2011 continuada hasta 2014.
Hemos sabido que no es un conflicto maniqueista del bien contra el mal, y a la gente le gusta estos conflictos donde es fácil tomar partido; quiere gritar por su partido, en las guerras como en el futbol. Estados Unidos lo sabe bien Al Qaeda, su monstruo, cumple doble función, le permite bombardear al país que le interese bombardear y deja a la gente sin su conflicto a dos bandos donde es fácil elegir el tuyo.
. Yemen es un pais marcado por la dicotomía Norte Sur, el Norte mucho más tradicional donde las tribus son claves para la política y donde nadie ha podido jamás ser presidente sin el apoyo de las mismas y el Sur que luchó contra los ingleses e inició una revolución marxista que acabó con la creación de la República Socialista del Yemen del Sur y que duró hasta que cayó la URSS, hasta 1990 cuando Yemen se reunificó de nuevo.
Cuando nos hablan los medios del desastre humanitario, de la muerte y el hambre, nos hablan de GUERRA CIVIL, pero no nos cuenta que detrás está la todopoderosa Arabia Saudita y las armas de Gran Bretaña y Francia, y está Estados Unidos que no va a permitir que Irán tenga un aliado en la península arábiga.
La guerra tiene fecha de inicio: el golpe de Estado que sufrió el presidente Al-Hadi en 2014 pero los bombardeos americanos y sauditas se iniciaron mucho antes de este año.
El golpe enfrentaría a dos partes radicalizadas: Los separatistas del Sur y las fuerzas leales al gobierno de Al-Hadi con sede en Aden por un lado y los guerreros huties y fuerzas leales al ex-presidente Salé quien huyó a Estados Unidos tras la Primavera Yemeni de 2011.
Al-Qaeda y el Estado Islámico también están en suelo yemeni.
Si bien Yemen es estratégicamente importante, el conflicto es parte de la lucha de poder regional entre el Irán gobernado por los chiítas y Arabia Saudita gobernada por sunitas. Con la influencia debilitada de Estados Unidos en la región a raíz de sus intervenciones aventureras en Irak y Afganistán, Irán comenzó a posicionarse cada vez más como una potencia regional para llenar los vacíos de poder dejados por Estados Unidos.
Con el respaldo de Irán a los hutíes, Arabia Saudita decidió intervenir militarmente en Yemen en 2015 para salvar su patio trasero de la influencia de su principal rival regional con la ayuda de otros ocho estados árabes mayoritariamente sunitas y, lo que es más importante, el apoyo material y político de los Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
1.- En 2009 el general americano Petraeus, el jefe del comando a cargo de las guerras de Irak, Afganistan y Pakistán, declaró que Estados Unidos apoyaba la seguridad de Yemen en el contexto de la cooperación militar que proporciona a sus aliados en la región". Ese mismo día cazas americanos entraron en cielos yemenies y bombardearon la provincida de Saada
Estados Unidos pretextó que Al Quaeda estaba por allí y estaba porque los habían llevado ellos.
Los rebeldes huies- chiitas- y un tercio de la poblacion yemenie se habían levantado contra el gobierno de Sale. Estados Unidos los acusó de recibir armas de Irán aunque el chiismo Zaydi es muy diferente del iraní.
No habia ninguna evidencia del contacto con Iran ni de sus contactos con Bin Laden. Estados Unidos negó haber bombardeado al día siguiente de bombardear. Después Obama dijo que en realidad si habían bombardeado con misiles a petición del presidente Sale, en peligro.
120 muertos, civiles en su mayoría, y una llamada de felicitación a Sale por parte de Obama fue el resultado de esta intervención
Sale negó la intervención americana y rebatió también al portavoz de los Huties que denunció ataques del ejercito saudí contra Al Nadheer
El poblado sufrió 54 muertos civiles y numerosos heridos. Luego Sale llevó a cabo una operación en la aldea de Maajala al Sur, con 67 civiles muertos.
Esto llevó a miles de manifestantes a las calles de todo el pais exigiendo que se investigaran los crimenes.
El Miembros del Movmiento del Sur, frente secesionista pacífico, subrayaron que el objetivo del ataque no era Al Qaida, sino los sureños que sueñan con restaurar lo que hasta 1990 era la República Democrática de Yemen, independiente del Norte
Estados Unidos buscaba en Yemen exteneder el conflicto de Afganistán a zonas concéntricas más amplias de Asia central y del sur, el Cáucaso y el Golfo Pérsico, el sudeste asiático y el golfo de Aden, el Cuerno de Africa y la península arábiga
La sedicente guerra mundial contra el terrorismo de W. Bush cambió de nombre con Obama: ahora se llama “operaciones de contingencias en ultramar”.
Pero los dos productos tienen el mismo olor. A petróleo.
Había un aspecto convergente y nada despreciable. El papel que Arabia Saudita y las monarquías afines del Golfo Pérsico desempeñan en la “nueva estrategia” de Obama los llevará a invertir en la compra de equipos militares estadounidenses la friolera de 20.000 millones de dólares en los siguientes diez años .
Antes de la Primavera Yemení Estados Unidos ya habia analizado bien el territorio y había visto que era propicio para introducir unas células de Al-Qaeda.
En Yemen habia una guerra teológica entre sunnitas apoyados por Arabia Saudita, Jordania y los Emiratos y los chiitas-hutis- apoyados por Irãn y había una guerra separatista en el Sur con la isla Socotra junto al cuerno de África y el estrecho Bab-el-Manded en el golfo de Aden, a los dos lados de Yemen y Somalia donde transitan 3.5 millones de barriles al día y cuya obstrucción afectaría el precio del petróleo y en esa situación Estados Unidos sacó su Al Qaeda para iniciar su entrada en el conflicto
Desde 1979 (coincidentemente fecha de la revolución chiíta iraní), el teórico fundamentalista israelí británico Bernard Lewis lanzó el concepto de “arco de la crisis”, que va desde el subcontinente indio, pasa por el Medio Oriente y llega hasta el Cuerno de África.
El objetivo principal del “arco de la crisis” radica en controlar alrededor del 80 por ciento de los hidrocarburos del planeta que ubican en su seno.
El corazón del “arco de la crisis” lo representa Irán: la segunda reserva de gas en el mundo y exquisitamente ubicado en línea vertical, entre el Mar Caspio (la tercera reserva de hidrocarburos del planeta) y el superestratégico Golfo Pérsico (otro “punto de estrangulamiento” donde atraviesa alrededor del 40 por ciento del petróleo mundial, dirigido primordialmente al noreste asiático: China, Japón y Sud-Corea) y, en forma horizontal, con fronteras incandescentes tanto en Afganistán y Pakistán como en Irak.
Treinta años después del alumbramiento y la iluminación del “arco de la crisis”, el objetivo del control de sus hidrocarburos es el mismo, pero ha variado su rival.
Ya en 2010 Estados Unidos se preparaba para su verdadera enemiga: China.: la principal consumidora del mundo.
“Controlar” los hidrocarburos en el “arco de la crisis” por Estados Unidos (y sus aliados de Gran Bretaña e Israel) no necesariamente significa su posesión catastral (desde la exploración hasta su producción); consiste también en impedir que China consiga su acceso ,como propietario o accionario, o el libre tránsito de su abastecimiento desde los “puntos de estrangulamiento” del Estrecho de Bal Al-Mandab, el Golfo Pérsico y el Estrecho de Málaca, entre Malasia e Indonesia y que coincidentemente Al-Qaeda ha bautizado como su “segundo frente”.
China ha optado por buscar otras fuentes alternas: primordialmente en Asia Central, donde recientemente ha descolgado relevantes contratos de abastecimiento en Turkmenistán, Kazajstán y Uzbekistán, ya no se diga con el “Lejano Oriente Ruso”, así como en África y hasta Venezuela y Brasil.\
Yemen, por desgracia atraviesa de facto la linea Brzezinski, la que ocupa los paralelos 20 y 40, que y que en forma horizontal va de la costa oriental del Mar Mediterráneo (Gaza, Líbano y Siria), atraviesa el corazón del “arco de la crisis” (Irán, al unísono de Irak) y alcanza Afganistán, Pakistán y Cachemira (y luego India, como quedó plasmado con los diversos atentados en Bombay).
Por el despliegue de las guerras de Bush, que avaló Obama , la “línea Brzezinski” se entrecruza con el “arco de la crisis” de Bernard Lewis, lo que explica el incendio de Somalia y Yemen, así como su nada improbable propagación bélica a su “periferia inmediata”: Sudán (con pletóricas reservas de petróleo), Omán y Arabia Saudita (la primera reserva mundial de petróleo).
Justamente el petróleo de Yemen sintetiza las tres diferentes guerras “locales” que libran en sus entrañas, pero con profundas ramificaciones y repercusiones tanto regionales (la primacía de Irán y Arabia Saudita: relevantes productores de hidrocarburos) como globales (geoestratégicas), cuando pueden afectar palmaria y primariamente a China.
La estrategia del Pentágono (técnicamente conocida como Control de Espectro Total) aplicada a Yemen consiste en contener la importación del petróleo de China (6 por ciento de su total) de Puerto Sudán en el Mar Rojo, justo al norte del estrecho de Bal Al-Mandab. Consideraba que “aunque Estados Unidos controle eventualmente el Puerto de Aden, la entrada de Asia a través del Océano Índico, China desplegará su estrategia compleja para evitar los puntos de estrangulamiento como el Estrecho de Ormuz (en el Golfo Pérsico), el Estrecho de Málaca o el Estrecho de Bab Al-Mandab”.
El Control de Espectro Total del Pentágono consiste, segun Escobar, en “amenazar el cese de flujos energéticos no solamente a China, sino también a la Unión Europea o cualquier país importante que se atreva a ponerse en el camino de los señores de la política de Washington. Las exportaciones del petróleo saudita deben cruzar el Estrecho de Bab Al-Mandab. Los llamados intereses en Yemen significan un gráfico de advertencia: no se atrevan a comerciar su petróleo en euros o en una canasta de divisas que incluya al yuan chino”.
La estrategia del Pentágono implicaba e implica “aislar a Irán” en la confrontación de sunnitas contra chiítas que paulatinamente contamina y mina los dos lados de la Península Arábiga y colisiona a Irán contra Arabia Saudita. “esta guerra tiene que ser ganada por el Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia y el Mossad (los servicios de espionaje de Israel), y perdida por China, Rusia e Irán”,
"¿La resurrección de Estados Unidos (y, de paso, de Gran Bretaña e Israel) pasa por la destrucción del resto del planeta, en particular, de dos gigantes como Rusia y China y , en general, de los países que se ubican en el cruce del “arco de la crisis” y de la “línea Brzezinski”?¿No es exagerado y catabólicamente alto el costo? ¿Cuál será la réplica de Rusia y China? escribía Alfredo Jalife en 2010.
Estados Unidos al mismo tiempo que pide la desescalada en toda su prensa fiel occidental sigue con su guerra imperialista en esta parte estratæegica de sus planes contra China
El bombardeo de enero de 2022 se llevó por delante 70 civiles y dejó más de 130 heridos.
La coalición liderada por Arabia Saudi, con Estados Unidos y Gran Bretaña en sus filas,
Biden sigue las huellas de Bush y Obama. No tienen ninguna intención de poner fin a la guerra, más bien la siguen alimentando
Aunque a principios de 2021 Biden revocó la designación de los hutíes como grupo terrorista por parte de la administración Trump y puso fin al apoyo a las llamadas “operaciones ofensivas” por parte de la coalición liderada por Arabia Saudita, los movimientos recientes de su administración cuentan una historia distinta.
En una conferencia Biden dijo: “Terminar la guerra en Yemen requiere que las dos partes se involucren para hacerlo. Y va a ser muy difícil”. Acto seguido su administración aprueba $650 millones de dóalres en ventas de armas a Arabia Saudita a través del Congreso con el pretexto de que las armas son para “fines defensivos”.
Biden también señaló que estaba considerando volver a designar a los hutíes como un grupo terrorista que podría exacerbar la crisis humanitaria de Yemen al dificultar que la ayuda llegue al país.
Para Estados Unidos, el conflicto en Yemen fue una oportunidad importante para impulsar lucrativos acuerdos de armas con Arabia Saudita para asegurar ganancias para el vasto complejo militar-industrial del imperialismo estadounidense y para llevar a cabo su geopolítica anti China
Yemen se ha convertido en una “guerra olvidada" pero sin duda, la salvaje campaña de drones desatada por Obama, ganador del Premio Nobel de la Paz, que mató a casi 700 personas no es olvidada por el pueblo yemení.
Y más allá del apoyo militar absoluto a la coalición liderada por Arabia Saudita, desde el comienzo de la guerra, Estados Unidos y el resto de la coalición han reforzado un atroz bloqueo económico y humanitario que afecta principalmente a las clases populares de Yemen.
Hoy, a pesar de los millones invertidos en la guerra reaccionaria, la coalición liderada por Arabia Saudita no ha podido imponer un régimen títere ni impedir el avance de los hutíes y otros grupos islamistas insurgentes como el Estado Islámico, pero continúa causando muerte y destrucción en Yemen, provocando un nivel inimaginable de sufrimiento para el pueblo yemení.
En diciembre de 2020, Naciones Unidas informó que el conflicto había causado unas 233.000 muertes , incluidas 131.000 por causas indirectas como la falta de alimentos, servicios de salud e infraestructura. Decenas de miles de yemeníes han resultado muertos o heridos como resultado directo de los combates, incluidos más de 10.000 niños.
Cuatro millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares y más de 20,7 millones (el 71 % de la población) necesitan algún tipo de asistencia humanitaria o protección para sobrevivir. Al menos 5 millones de personas están al borde de la hambruna y casi 50.000 personas ya están experimentando condiciones similares a las de la hambruna. Se estima que 2,3 millones de niños menores de cinco años están gravemente desnutridos, incluidos 400.000 que corren el riesgo de morir sin tratamiento, según la ONU.
Una de cada dos personas en Yemen tampoco tiene acceso a agua potable, lo que ha dejado al país luchando para hacer frente al mayor brote de cólera jamás registrado. Esto ha resultado en 2,5 millones de casos sospechosos de cólera y alrededor de 4000 muertes desde 2016. La nación devastada por la guerra también se ha convertido en caldo de cultivo para una epidemia de dengue desde 2019.
Todo eso sin mencionar los efectos de la pandemia de Covid-19 en un país con un sistema de salud casi colapsado. Solo la mitad de las 3.500 instalaciones médicas de Yemen están en pleno funcionamiento y el 20 % de los distritos no tienen médicos, lo que significa que al menos 20 millones de personas carecen de acceso a una atención médica adecuada.
Ante este trágico escenario, es claro que el imperialismo yanqui no tiene interés en poner fin a la catástrofe en Yemen ni en ninguno de los demás países de la región, como lo demostró la reciente retirada y posterior crisis humanitaria en Afganistán.
El último bombardeo a Yemen fue hace menos de un mes. Y las bombas tienen el sello británico, americano y francés, los mismos países que ponen en los titulares de sus periódicos " Emergencia humanitaria en Yemen"
El líder de Ansarolá, Abdulmalik al-Houthi, declaró que Yemen no puede ser controlado por “decisiones de Estados Unidos”, pues, este último está construyendo sus bases militares en las provincias de Hadhramaut y Al-Mahra (este del territorio yemení), así como en el oeste del país, a lo largo del mar Rojo,
Al-Houthi pidió el cese inmediato de la intervención extranjera en el territorio yemení y prometió que el pueblo del país árabe “continuará recorriendo el camino de la independencia y la libertad”, y evitará que los extranjeros interfieran en sus asuntos internos.
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