Los gobiernos de los países del Norte de Europa son históricamente grandes especialistas en el doble lenguaje.
Es el caso de Noruega, cuyo historial de participación en operaciones internacionales de mantenimiento de la paz, no le impide escalar posiciones en el ranking internacional de la venta de armas.
El Estado noruego vende armamento, oficialmente, sólo a países miembros de la OTAN o aliados a quienes no es necesario pedir certificado del destino de las armas. Es decir, no vende a Arabia Saudí directamente porque va en contra de sus sagrados principios pacifistas pero vende a Estados Unidos sin ningún tipo de control sobre el destino de las armas y Noruega sabe muy bien lo que Estados Unidos hace con las armas.
La guerra de Yemen se fabrica también en Noruega.
En 2016, un año después del bombardeo de Arabia Saudi que dio inicio a la guerra, Noruega había exportado equipo militar y municiones por valor de más de mil millones de coronas a los países que bombardeaban el país.
El bombardeo aéreo de Yemen no tiene precedentes en la historia moderna y lo llevan a cabo regímenes ricos y autoritarios con las armas más modernas del mundo. Arabia Saudita es el mayor importador de armas del mundo, seguido muy de cerca por los Emiratos en el cuarto lugar.
En 2009, el gobierno noruego se comprometió a cambiar sus políticas de exportación de armamento, e introdujo el requisito de exigir a quienes recibieran estas armas un certificado de usuario final que asegurase el destinatario último. Más del 80 por ciento de las exportaciones noruegas de categoría A (o sea, armas) y del 75 por ciento de exportaciones de categoría B (otro material militar) se dirigen a los países de la OTAN.
Pero Noruega nunca ha requerido a los aliados de la OTAN estos certificados de usuario final para su equipamiento militar.
Por ejemplo: explosivos de alta potencia exportados a Estados Unidos para su uso en misiles Hellfire se volvieron a exportar a Israel para su despliegue en los Territorios Ocupados Palestinos.
Otra revelación reciente es la transferencia propuesta por EE.UU a Israel de 89 millones de dólares en ‘armas ligeras anti-blindados’ (proyectiles) manufacturadas por la empresa Nammo Talley. El Departamento de Defensa de Estados Unidos afirma que la venta «proveerá al gobierno israelí de proyectiles de asalto de peso ligero que permitirá a Israel mantener su capacidad operativa y facilitará una mayor flexibilidad en las misiones de disuasión de agresiones en la región».
Las armas y el equipamiento militar de Noruega están siendo usados por los aliados de la OTAN en guerras en otros países. Fueron usadas especialmente en Irak
La compañía noruega Kongsberg ha suministrado sistemas de control remoto de armas Protector a Estados Unidos que han sido desplegados en Irak y en Afganistán.
Un sistema de radares de vigilancia y rastreo llamado Arthur, desarrollado por compañías noruegas y suecas, se exportó a la Marina Real del Reino Unido y ha sido usado en operaciones en Irak y en Afganistán.
Nammo Talley ha conseguido un contrato para suministrar lanzaderas móviles de misiles de nueva generación a la Marina de Estados Unidos. La compañía ha vendido así 40.000 misiles y 1.500 lanzaderas desde 1990. Nammo Talley también está produciendo para EE.UU 3.000 proyectiles para armas ligeras de asalto multiuso
Las armas noruegas están siendo exportadas a algunos países con informes muy negativos en cuanto a la defensa de los derechos humanos, pero Noruega ha adoptado voluntariamente el Código de Conducta de la UE sobre exportaciones de armas, cuyo segundo criterio requiere tener en cuenta los derechos humanos a la hora de tomar decisiones sobre estas ventas.
Arabia Saudí recibio equipamiento militar por valor de más de 150 millones de coronas noruegas (NOK) durante los años 2005-2007, y de 57 millones de euros entre 1997 y 2005. De hecho, Arabia Saudí era uno de los mercados más grandes de exportación militar después del de la OTAN, a pesar de la represión que ejerce sobre la comunidad shií, de los recortes de la libertad de expresión o de que no se acaben de instituir reformas legales que salvaguarden la defensa de los derechos humanos. Es muy probable que las exportaciones de armas noruegas a Arabia Saudí estén ligadas a las políticas petroleras y que éstas tengan más peso que el comercio o el «diálogo político» entre los dos países.
Hasta el 9 de noviembre de 2018, tres años después de iniciado el conflicto, Noruega no anunció que dejaría de vender armas a Arabia Saudi y a Emiratos Árabes Unidos, lo cual indica que pese a los discursos de buenas intenciones el país siguió exportando armas a países en guerra y hoy día exporta a Ucrania sin ser de la OTAN y estando en guerra, rompiendo todos sus principios "pacifistas"
Noruega no lleva a cabo controles de
la exportación de armas posteriores al envío pese a los discursos políticos sobre su pacifismo.
El país gasta muchas coronas vendiendo el mensaje de que es una nación de paz, pero la realidad de sus intereses económicos se impone dejando al país encabezando la lista de los de doble moral.
Noruega estuvo a la vanguardía de los bombardeos de Libia, las armas noruegas han asesinado niños irakíes, afganos y yemeníes y en 2022 sigue su carrera para convertirse en uno de los estados más bélicos del mundo.
Su último gesto ha sido de sumision absoluta al al complejo militar-industrial de los Estados Unidos, colocándose a la vanguardia entre los compradores del escandaloso avión F-35 de Lockheed Martin. El avión está diseñado para combates de agresión internacional como en el que Noruega participó activamente contra Libia, además este avión es prácticamente inapto para la defensa de Noruega.
La compra de estos aviones es la adquisición militar más cara de la historia del país. El programa de la televisíón estatal NRK centró la atención sobre ésto en un reportaje el 04.16.2013. El gobierno estaba molesto de tales revelaciones y respondió con un comentario defensivo
Con la compra de esto aviones el gobierno de coalición de Noruega ubica a al país entre los más beligerantes del mundo.
La militarización de Noruega es muy rentable para la industria militar noruega, tales como Kongsberg Gruppen, Nammo y ahora Umoe, que ha firmado un contrato gordo para la industria de las armas americanas: Vender a Estados Unidos es vender a Arabia Saudí y es ser parte activa del genocidio de Yemen.
Desde 1990 Noruega participó en la guerra del golfo pérsico, las guerras de Bosnia y Kosovo, la guerra en Afganistán y la guerra en Libia. Además apoyar a la OTAN en la guerra contra el estado islámico en Siria e Irak y vender sus armas a ambos países.
En esta nueva Noruega beligerante basa su discurso en un ridículo "que vienen los rusos" lo que es una simple excusa para seguir haciendo lo que lleva haciendo los últimso veinte años: fortalecer su economía a base de la venta de armas. Jugar a la doble moral, el pacifismo dentro de sus fronteras, la guerra fuera.
La energía verde dentro de sus fronteras, aprovechar la guerra de Ucrania para vender petróleo y gas sin límite. Contaminación fuera de sus fronteras. Noruega en paz y verde. Lo que pase fuera, mientras entren coronas al fondo nacional...
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