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Palestina a finales del siglo XIX, una tierra con un pueblo (I)

Los descendientes del histórico pueblo hebreo del que hablan los sionistas para establecer sus derechos "históricos" sobre el territorio palestino, eran en el siglo XIX los habitantes de la tierra de Palestina y eran en su mayoría musulmanes. 
  El judaismo se había expandido fuera de este territorio muchos siglos atrás y había sido llevado a través del Mediterráneo a Europa por comerciantes y hombres de negocios, los cuales ejercieron una labor proselitista. Los sionistas que pidieron los derechos históricos sobre sus tierras eran en su mayoría conversos, sin ningún vínculo con la "tierra prometida"
Palestina fue llamada así por la configuración provincial del Emperador Adriano al crear la provincia de Siria- Palestina, sobre la antigua provincia de Judea, territorio del reino de Israel y reino de Judá. En ese territorio arqueólogos ultranacionalistas israelíes buscan las bases históricas y la justificación de la  colonización 
  El pueblo hebreo es un de los tantos pueblos que habitaron la zona del Creciente Fértil, un pueblo de pastores en los bordes de las grandes civilizaciones antiguas ( sumerios, acadios, babilonios, amorreos, hititas, persas, partos etc) que si no hubiese sido por los acontecimientos del siglo XIX y XX hubiesen formado parte de la Historia de Palestina, puesto que los campesinos hebreos siguieron asentados en esa zona y el vaivén de la historia los cambió como cambia todos los pueblos del mundo.
   Israel estuvo formado por pastores nómadas en la Edad del Bronce donde se formaron ciudades estados, algunas amuralladas, pero no hay ninguna huella arqueológica de que existiera una confederación.  La zona del norte: Galilea y Samaria era más rica mientras que la del sur estaba menos desarrollada.
Entre 1250 y 1050 antes de Cristo las sequías, la crisis económica por las contradicciones internas de las grandes civilizaciones y la llegada de los misteriosos Pueblos del Mar provocaron el gran colapso civilizatorio de la Edad del Bronce. El territorio del pequeño reino de Israel cayó en manos de los asirios en el 622 a.C . En cuanto al reino de Judea hay dudas de que fuese realmente un reino. Estos reinos desaparecieron. La Historia contínuo su curso, llegó Roma, Bizancio, el Islam, los Cruzados y finalmente el Imperio Otomano. Luego de la I Guerra Mundial Gran Bretaña metería sus pezuñas imperialistas en la zon bajo la forma de un  Mandato Británico.
Sin las razones geopolíticas del siglo XX el viejo reino de Israel ocuparía unas páginas marginales en los libros de Historia Antigua y los palestinos lo estudiarían como parte de su historia.
A finales del siglo XIX Israel no existía. Palestina formaba parte del Sultanato Otomano, pues el llamado Imperio no era tal, sino un sultanato, creado en 1299 y gobernado siempre por la dinastía Osmanlí. Desde 1453 tuvo como capital a Constantinopla, la actual Estambul.
El sultanato tenía como religión el Islam y como lengua el turco otomano, pero el carácter de los pueblos que lo habitaban  era multiétnico, multiconfesional y multilingue.
Durante el siglo XIX comenzó el principio de su final. Diversos conflictos con Argelia, Bulgaria, Egipto, Grecia o Rumanía entre otros eran fiel reflejo de esa decadencia.
    Palestina no constituía una entidad política diferenciada en este tiempo. Era una zona que habia pasado por diferentes imperios desde Roma.
Hacia 1860-70 la Sublime Puerta modificó su estructura territorial y pasó a organizarse en vilayatos divididos en sanjaks y mutasarrifatos. La mitad Norte de Palestina quedó bajo los sanjaks de Acre y Nablus y el Sur bajo el mutasarrifato de Jerusalem que durante el sultanato otomano se llamó Siria Meridional, Tierra Santa o Filistin, Falastin- Palestina-. Denominación que también fue usada durante la Edad Antigua.
La población de Palestina era árabe en su totalidad, Vivian sobre medio millón de personas sobre unos 27.000 km cuadrados, un territorio como el de Albania hoy. 
 Un 3 por ciento de esta población era de religión judía y un 11 por ciento cristiana. Era un territorio plural y tolerante, sin problemas de acceso a los santos lugares de las tres religiones abrahámicas.
De hecho en Palestina no se vivió la oleada judeófoba que experimentaron los paises europeos a finales del siglo XIX.
La población era básicamente rural y era bastante autónoma respecto al poder central otomano.
A pesar del sistema patriarcal dominante muchas mujeres palestinas trabajaban en tareas agrícolas, comerciales o educativas. No llevaban velo en los pueblos ni en los barrios populares de las ciudades.
Comenzaron a llevar velo cuando los lugares fueron visitados por viajeros europeos y cuando llegaron los colonos sionistas. En las clases altas el fenómeno fue el contrario, el velo que era signo de distinción comenzaron a dejarlo en un afan de modernizarse al modo europeo.
Palestina desde mediados del siglo XIX estaba insertada en ciertos circuitos comerciales internos y con el extranjero gracias a la producciòn de aceite de oliva, algodón, cereales, sésamo, tabaco y algunas manufacturas, pero fueron sobre todo los cítricos, especialmente las naranjas de Yafa, las exportaciones que más crecieron. Había algunas fábricas, como las madereras de Belén, la textil de Gaza, la del vidrio del Hebrón y Haifa era un núcleo ferroviario, industrial y portuario que favorecía la industria del marmol y el jabón de Nablus.
Desde las décadas de 1860 y 1870 existieron compañías que contactaban el servicio postal con Europa
Al contrario de lo que el movimiento colonizador sionista difundió Palestina no era una tierra vacía ni un desierto yermo y abandonado, ni mucho menos "una tierra sin un pueblo"


En la década de 1880 las cosas comenzaron a cambiar con los primeros asentamientos sionistas




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