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Ken Loach o el intelectual comprometido

Israel se considera invencible en los territorios palestinos y del Líbano. Campa por sus respetos. Viola todos los derechos internacionales y ahora incluso es considerado una víctima del terrorismo. 

 Desde la guerra del Líbano de 2006 y el intento de ocupación de Gaza en 2014 o el conflicto iniciado el 6 de mayo de 2021 con los enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí por una decisión prevista de la Corte Suprema de Israel sobre los desalojos de seis familias palestinas, Israel se considera invencible.  Se mueve como un pistolero en su "saloon" privado, imponiendo su política del terror. 

 Ahora que los movimientos geopolíticos sobre el tablero internacional vuelven le vuelven a dar protagonismo, ahora que se está llevando a cabo un genocidio contra el pueblo palestino ante el silencio de la mayoría de los gobiernos occidentales, las voces disidentes son mucho más valiosas y hay que sacarlas a la luz.

 Ya desde 2006 el director de cine Ken Loach inició una campaña de boicot, condenando  a los gobiernos británico y estadounidense por su apoyo al estado genocida y dejando claro que no acudiría al  Festival de Haifa, en Israel. 

 Sobre su película de 2006 "El viento que agita la cebada", que transcurre básicamente durante la guerra civil irlandesa de principios de los años veinte afirmó que no es simplemente una revisión del pasado, sino un comentario de los tiempos en los que vivimos. 

 Loach anunció su apoyo al llamamiento de los directores de cine y artistas palestinos de boicotear las instituciones culturales israelíes patrocinadas por el Estado y reconoció que "los palestinos no tienen más remedio que  hacer este llamamiento después de cuarenta años de ocupación de su tierra, de destrucción de sus casas y de secuestro y asesinato de sus civiles».

La película empieza en 1920 en la ondulante campiña de Irlanda. Un grupo de jóvenes está jugando un bullicioso partido en el campo. Cuando vuelven a su pueblo, unos soldados británicos les hacen frente. Su crimen ha sido jugar al hurling, un viejo juego tradicional irlandés similar al jockey. Los británicos prohibieron este juego debido a su identificación con el nacionalismo británico y porque el hurley, el palo que se usa para jugarlo, lo utilizaban los resistentes irlandeses como rifles en su instrucción dada la dificultad de obtener armas. Cuando uno de los jóvenes, Micheail, se niega a dar su nombre en inglés al oficial británico, es golpeado hasta morir delante de su familia y amigos, lo que les impulsa a unirse a la causa del Irish Republican Army [Ejército Republicano Irlandés] que lucha para librarse de la dominación británica.

 Esta dolorosa escena es un recordatorio eterno de que, independientemente de cuánto pretendan representar la civilización y la democracia, los gobernantes coloniales mantienen su poder al estilo de los matones callejeros: rompiendo los dientes de la gente y rompiéndoles los huesos con la culata de los rifles, y cuando esto no funciona, torturándolos, matándolos y destruyendo sus casas. 

Es patente el parecido entre la estructura básica del conflicto en Palestina-Israel e Irlanda: dos comunidades prácticamente del mismo tamaño que no pueden ir a ninguna otra parte y llevadas por el colonialismo a una confrontación sangrienta.

  En los días del extreno de " El viento que agita la cebada" el relator especial de derechos humanos de Naciones Unidas, el distinguido jurista sudafricano John Dugard, declaró que "la situación que Israel ha creado para los habitantes palestinos de Gaza era intolerable, atroz y trágica", y que "Israel ha convertido a Gaza en una gigantesca prisión y ha arrojado la llave".  Y en esos días también   ministro israelí de Comercio, Eli Yishai,  pedía que Israel arrasara completamente los pueblos palestinos de Gaza hasta que los palestinos aprendieran a someterse tranquilamente a su destino. "Y que se haga pueblo tras pueblo hasta que dejen de lanzar cohetes contra nosotros".

En una entrevista que pueden leer en Palestinalibre.org Ken Loach explicó su acercamiento a la causa palestina: "Todo empezó hace algunos años, cuando participaba como director en el montaje de una obra de teatro llamada “Perdition”. Trataba sobre el sionismo en la Segunda Guerra Mundial y el acuerdo que realizaron algunos sionistas con los nazis. Arrojaba nuevas luces sobre la creación del Estado de Israel y las políticas sionistas 1. En aquel momento me di cuenta que la fundación de Israel se basó en un crimen contra los palestinos, y los años han reforzado esa convicción. Desde entonces se han perpetrado nuevos crímenes. La opresión de los palestinos, que han perdido su tierra y cuyas vidas cotidianas han sido interrumpidas por la ocupación, que viven en un estado de depresión permanente que continúa hasta hoy, es algo a lo que nos tenemos que enfrentar. Existe opresión en muchos lugares del mundo, pero hay una serie de factores que hacen que el de Israel-Palestina sea un conflicto especial. Lo primero, que Israel se presenta ante el mundo como una democracia. Un país como cualquier otro país occidental. Y lo hace mientras sigue cometiendo crímenes contra la humanidad. Ha creado un Estado dividido según líneas raciales, como el apartheid de Sudáfrica. Está apoyado militar y financieramente por la Unión Europea y Estados Unidos. Es de una hipocresía impresionante; estamos apoyando a un país que dice ser una democracia, lo estamos apoyando de todas las maneras posibles y sin embargo está cometiendo crímenes contra la humanidad"

 En 2014 Ken Loach estrenaba Jimmy's Hall sobre la deportación a Estados Unidos en 1933 de James Gralton, el líder en Leitrim del Grupo Revolucionario de los Trabajadores, el antecesor político del Partido Comunista de Irlanda. 

  De nuevo volvió a llamar al boicot cultural a Israel. “Un boicot absoluto a todos los acontecimientos culturales apoyados por el Estado israelí”. 

 En su intervención en el festival de cine de Sarajevo, Loach entregó el premio de la Fundación Katrin Cartlidge a dos documentalistas de Gaza, Abdel Salam Shehadeh y Ashraf Mashharawi. El primero no pudo asistir debido a los ataques aéreos, mientras que el segundo, que estaba en el festival, dijo a Reuters que no podría regresar. “No puedo regresar ahora debido a los bombardeos y a la frontera cerrada. Tengo que esperar, pero sé que también es nuestro deber venir aquí y traer estas voces de las víctimas: te persiguen”, dijo Mashharawi.

En su discurso, Loach trazó paralelismos entre la terrible experiencia sufrida por los residentes de Sarajevo cuando su ciudad estaba sitiada y la de los que viven actualmente en Gaza.

"Necesitamos que estos cineastas cuenten estas historias porque son absolutamente fundamentales para nuestra comprensión del conflicto", afirmó. “Israel debe convertirse en un Estado paria”. 
También reiteró sus críticas al gobierno británico a principios de este verano, cuando entregó una petición a David Cameron pidiendo un embargo de armas a Israel.
"Mi país, para su vergüenza, sigue al matón que es Estados Unidos", dijo Loach. “Pero no somos impotentes. Podemos actuar juntos”.

Esta postura llevó a que en 2021 cuando el director se pronunció de nuevo abiertamente sobre el boicot a Israel se iniciase una campaña de difamación alentada por quienes no se detendrán ante nada para proteger las políticas de apartheid de Israel. 

La  obra Perdition es considerada una obra controvertida y  sobre todo antisemita. El holocausto no solo quemó las vidas de muchas personas sino que ha quemado el derecho a pensar de otras y sus llamas llegan hasta nuestros días.

El mensaje que se envía con el recuerdo de Perdition es sencillo: si no queréis veros tachados de antisemitas, guardad silencio sobre los crímenes contra la humanidad y los ataques a los derechos humanos en tierra palestina. 
 Nos ponen a los demás sobre aviso: si podemos hacerle esto a Ken Loach, un hombre que ha pasado su vida abogando en favor de las víctimas de la opresión, el racismo y la discriminación, imaginaos lo que os haremos a vosotros. Si os atrevéis a apoyar los derechos humanos de los palestinos, afirmaremos que odiáis a los judíos. 
  Que los estados occidentales marcados por el patriarcado, el antisemitismo, el racismo y el colonialismo ataquen a un intelectual como Ken Loach  provoca rabia y mucha. 


 ¿No es síntoma de antisemitismo la crítica de Ken Loach exclusivamente de Israel? ¿No es antisemitismo indagar sobre la actuación de algunos judios en la Alemania nazi?

   Dejando aparte la  de la afirmación de sólo critica a Israel, la crítica de Israel no es nunca crítica de los judíos en general. 
  Ken Loach  aboga por su derecho a criticar la formación de un Estado  específicamente étnico y trata de buscar las raíces de esta formación que surge después de la II Guerra Mundial. Cuando gente notable, tal como Hannah Arendt y Albert Einstein, cuestionaron el proyecto sionista de un estado judío en Palestina, resulta ofensivo afirmar que debatir la existencia de Israel significa ser antisemita. La cuestión no es si Arendt y Einstein llevaban o no llevaban razón. La cuestión es si el cuestionamiento de la sensatez de un estado judío en la tierra de Palestina resulta antisemita o no. 
Está claro que, si bien los antisemitas se opusieron a la fundación del Estado de Israel, no se sigue de ello que sólo los antisemitas se opusieran a la fundación de un Estado judío en Palestina. 

 Hace unos días Ken Loach, con 87 años, presentó su  película "El viejo roble" que completa una especie de trilogía con "Yo, Daniel Blake" y "Sorry We Missed You" que llevan a la pantalla  las consecuencias de las políticas neoliberales que han acabado por dictaminar que si eres pobre es por tu culpa.
 Toda su obra es la mejor respuesta a las acusaciones que recibe.

 La película "El viejo roble" trata sobre lo que aún queda de la solidaridad de la clase obrera y trata sobre xenofobia. En un pueblo del noreste de Inglaterra, donde la mina cerró y la gente se siente abandonada por el sistema, queda allí un último pub llamado The Old Oak. Muchos jóvenes se han marchado y lo que una vez fue una comunidad próspera y orgullosa lucha por mantener vivos los viejos valores. Las casas son baratas y están disponibles, pero no para de crecer la ira, el resentimiento y la falta de esperanza. Allí serán dirigidos los últimos refugiados sirios que han sido acogidos por el gobierno de Gran Bretaña en los últimos años. 

 En el último Festival de Cannes se le preguntó  si echaba de menos algún argumento en su filmografía y contestó "la tragedia del pueblo palestino". "Todos los Estados dan la espalda a los palestinos y fingen que no ocurre nada.  Es una historia que requiere irse muy atrás, a casi 100 años, porque, como dice el secretario general de la ONU, todo tiene un contexto y la catástrofe que estamos viviendo ahora lo tiene, sin duda. La opresión que ha vivido el pueblo palestino es uno de los grandes crímenes de la segunda mitad del siglo XX y el comienzo de éste"




Si no tienes inspiración para ver cine este invierno, aquí tienes buenas ideas. La filmografía de Ken Loach desde su último film "El viejo roble" hasta el que lanzó su carrera como cineasta "Pobre vaca"

El viejo roble
Sorry We Missed You
Yo, Daniel Blake
Jimmy's Hall
El espíritu del 45
La parte de los ángeles
Route Irish
Buscando a Eric
En un mundo libre
A cada uno su cine 
El viento que agita la cebada
Tickets
McLibel
Sólo un beso
11'09''01 - 11 de septiembre
La Cuadrilla
Pan y Rosas
Mi nombre es Joe
The Flickering Flame
Tierra y libertad
La canción de Carla
Ladybird, Ladybird
Lloviendo piedras
Riff-Raff
Agenda oculta
La tierra de mi padre
Which Side Are You On?
Miradas y sonrisas
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Black Jack
A Misfortune
Family Life
Kes
Poor Cow
 

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