Por las calles de Tbilisi (Tiflis para nosotros) se pueden ver gentes agitando
la bandera azul con las estrellas de la Unión Europea. O no saben lo que piden porque los han engañado o sí lo saben y son unos granujas que quieren engañar. La Unión Europea es hoy un centro de vasallaje a Estados Unidos y un grupo de insensatos belicitas que para conformar a las élites están llevando a Europa al descalabro social y económico y a las puertas de una guerra con una potencia nuclear.
La prensa europea está de su lado. Nunca ha estado al lado de las revueltas europeas pero las revueltas en los países fronterizos con Rusia son otra cosa. Todas son justas y basadas en aspiraciones democráticas
Desde hace varios días, Georgia se ve conmocionada por protestas callejeras contra la aprobación parlamentaria de la ley que sanciona la introducción de la obligación de inscribirse en el registro de agentes extranjeros para cualquier asociación ( no persona física) que cubra al menos el 20% de sus necesidades financieras con fondos procedentes desde el extranjero.
La medida surge de la necesidad de reducir la capacidad de influencia en la vida política nacional ejercida por potencias extranjeras, identificables no sólo en la Federación Rusa, sino también y sobre todo en Estados Unidos, cuyo activismo en el antiguo espacio soviético -y más allá- todavía se lleva a cabo hoy a través de una vasta constelación de Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
El acrónimo identificativo de Organización No Gubernamental Cuasi Autónoma (Qango) que las caracteriza delata la parcialidad de estas asociaciones, atribuibles todas ellas a oficinas y agencias estadounidenses que las utilizan para llevar a cabo sus planes estratégicos sin dejar rastros que puedan conducir a Washington, a través de una especie de diplomacia paralela y en gran medida privada llevada a cabo también con la ayuda de think-tanks alineados como el American Enterprise Institute (Aei) o el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Una parte muy considerable de las ONG reportan al
Departamento de Estado, a la CIA y a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Además del Fondo Nacional para la Democracia (NED), una empresa privada sin fines de lucro creada por el Congreso en 1983 por recomendación del director de la CIA, William Casey, para prever la reutilización fructífera de los fondos públicos asignados anualmente para la "promoción de la democracia en todo el mundo".
No es necesario explicar que significa "democracia" para un gobierno que alimenta un genocidio y golpea y detiene a sus propio manifestantes.
En realidad, la función del NED consistía en garantizar la protección de los intereses estadounidenses en el exterior, evitando el uso de metodologías que la CIA había utilizado ampliamente en las últimas décadas, atrayendo fuertes críticas incluso dentro de los propios Estados Unidos.
Allen Weinstein, principal arquitecto de la NED declaró al Washington Post que "buena parte de las operaciones que llevamos a cabo hoy [a través de la NED], hace veinticinco años eran gestionadas por la CIA"
En un nivel práctico, el NED se ocupa, al igual que las agencias y oficinas departamentales igualmente involucradas en proyectos de "construcción de la democracia en el extranjero", de subsidiar, a través de la red estructurada de ONG, candidatos extranjeros individuales cuidadosamente seleccionados, para garantizarles mayores posibilidades de éxito. Èxito a nivel electoral o en lo que respecta al derrocamiento de gobiernos no deseados sin recurrir a los costosos y ahora inadecuados métodos convencionales típicos de la CIA y el Pentágono.
El objetivo final es promover la difusión de sistemas abiertos al "libre mercado" e instalar en el poder clases dominantes aliadas dispuestas a pagar la deuda de gratitud contraída con los subvencionadores estadounidenses mediante la adopción de medidas adecuadas a los intereses estadounidenses.
Los georgianos son plenamente conscientes de ello, ya que hace apenas veinte años presenciaron la implementación en su territorio de la llamada Revolución Rosa, una operación de "cambio de régimen", construida como las demás sobre la base de teorizaciones formuladas por el politólogo Gene Sharp. en colaboración con el ex coronel Robert Helvey –similar al que condujo a la caída de Milosevic en Yugoslavia- y fuertemente subvencionado por la Open Society de George Soros.
El presidente Mijeil Saakashvili abogado y político de origen georgiano fue presidente de Georgia, tras la conocida Revolución de las las rosas, desde 2004 hasta 2007, y desde 2008 hasta 2013. Era un joven abogado de la Universidad de Columbia que asumió el cargo en sustitución del derrocado Eduard Chevardnadze ( último ministro de Asuntos Exteriores de la URSS y primer presidente de Georgia después del desmoronamiento de la Unión Soviética)
La "revolución de las rosas " fue un golpe de estado con fuerte injerencia extranjera que puso a Mijeil Saakashvili como iniciando nmediatamente una serie de iniciativas de apertura a Occidente, incluida la intensificación de reuniones con altos representantes de la OTAN para defender la adhesión a la Alianza Atlántica, la concesión de la aprobación a los EE.UU. para la construcción de una base militar en el enclave de Krtsanisi y el desbloqueo de las obras para la construcción del crucial oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan, concebido específicamente para garantizar el flujo de Petróleo azerbaiyano al mercado europeo sin pasar por la Federación de Rusia.
Bajo la dirección de Saakashvili, el gobierno de Tbilisi dio la bienvenida a cientos de instructores estadounidenses responsables de entrenar a las fuerzas armadas locales y anunció su intención de iniciar el proceso burocrático formal para la entrada de Georgia en la OTAN.
Aspiraciones que fueron objeto de un acalorado debate con motivo de la cumbre de la Alianza Atlántica celebrada en
Bucarest en abril de 2008, durante la cual los participantes en la cumbre afirmaron la "política de puertas abiertas", que preparaba la
futura ampliación de la OTAN y sancionaba la aceptación de la aspiraciones de Ucrania y Georgia Apenas cuatro meses después, un grupo de fuerzas especiales georgianas penetró en el territorio de Osetia del Sur, lanzando un ataque contra la región separatista poblada principalmente por personas de etnia rusa, ante lo que Moscú reaccionó con una rápida intervención militar, que culminó con la aplastante derrota del ejército georgiano y la eliminación definitiva de Tbilisi del control de facto de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
La durísima respuesta rusa contribuyó a ir restando popularidad a Saakashvili, pero no detuvo el proceso de acercamiento de Georgia a la OTAN.
En 2014, para coronar el esfuerzo militar apoyado por Tbilisi con el envío de aproximadamente 12.000 soldados a Afganistán para apoyar las operaciones llevadas a cabo por la OTAN, Georgia se integró en la Asociación de Oportunidades Mejoradas (Eop) de la Alianza Atlántica y fue seleccionada como beneficiaria del Acuerdo Sustancial
Bajo la presidencia de Salomé Zurabishvili, que accedó al poder con el partido Sueño Georgiano, una rara coalición de seis partidos de orientaciones divesas, desde favorables al neoliberalismo, nacionalistas radicales y viejos politicos del tiempo de Shevardnadze
El Presidente recibió los elogios de Stoltenberg por el papel desempeñado por Georgia en las operaciones dirigidas por la OTAN durante muchos años, y señaló que Georgia era el segundo mayor contribuyente a la misión Apoyo Decidido en Afganistán.
En la Cumbre de Gales y debido " a las importantes contribuciones operativas de Georgia, Estados Unidos y sus vasallos de l OTAN designaron al país como socio de Oportunidad mejorada" estableciendo un “ Paquete sustancial OTAN-Georgia ” para fortalecer las capacidades de defensa de Georgia. El Secretario General señaló que los instructores de la OTAN apoyarán la reforma de la defensa de Georgia y que más adelante en 2015 se establecerá en Georgia un Centro de Capacitación y Evaluación OTAN-Georgia. " El Centro mejorará la capacidad de nuestras tropas para trabajar juntas ", afirmó el señor Stoltenberg.
El Presidente Margvelashvili y el Secretario General Stoltenberg acogió con satisfacción los “ progresos significativos ” realizados hasta el momento y alentó a Georgia a profundizar aún más las reformas democráticas, incluidas las relativas a la independencia judicial y el estado de derecho.
" Georgia se está acercando a la OTAN ", afirmó el Secretario General; “ Esperamos seguir trabajando con usted en este camino. "
Hace unos días Parlamento de aprobó la ley de 'agentes extranjeros. La prensa occidental llama sin pudor a esta ley "La ley rusa" y la compara con la ley que rige en Rusia desde 2012 "usada por el Kremlin para reprimir a sus opositores"
Los defensores de la ley en el Parlamente argumentan que su objetivo es proteger la soberanía nacional
La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, ha sido una de las voces más destacadas en contra de la ley, afirmando que es una copia de la legislación rusa que ha sido utilizada para perseguir a disidentes.
Por otro lado, el partido Sueño Georgiano, promotor de la ley, defiende que esta medida promueve la transparencia y fortalece la soberanía nacional.
El problema planteado es simple: ¿Qué tanto acerca esta norma a Georgia a Rusia y qué tan lejos la aleja de la Unión Europea, a Estados Unidos y la OTAN?
La presidenta Zurabishvili quiere que Georgia entre en la UE y en la OTAN pero una ley contra ingerencias extranjeras no ayuda
Stoltenberg sigue en su empeño de provocar a Rusia " la expansión de la Alianza Atlántica hacia el Mar Negro representa un requisito previo para la seguridad europea y global"
Pero la situación ha cambiado radicalmente para los amigos occidentaeles como resultado del ataque ruso a Ucrania y la ola simultánea de sanciones occidentales y contrasanciones rusas que derivó.
Para un país como Georgia, situado en una posición geográfica muy crítica y carente de un alto nivel de peso demográfico, económico y militar, meterse en la línea de conflicto con Rusia seguida del alineamiento occidental representa una opción absolutamente suicida.
La nación se encontraría no sólo aislada desde el punto de vista económico-comercial, sino también expuesta a una represalia militar rusa con efectos potencialmente aún más devastadores que los de 2008, sin poder contar con el apoyo de la OTAN, ya comprometida a apoyar Ucrania entre dificultades cada vez más evidentes.
Georgia estaba incluida, junto con Japón, Polonia y Moldavia, en la lista de
países fronterizos con Rusia a los que el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Aleksey Danilov, había dirigido la exhortación a abrir "segundos frentes": las Islas Kuriles para Japón. , Kaliningrado para Polonia, Transnistria para Moldavia,
para ayudar al esfuerzo bélico de Kiev. Así lo declaró el actual primer ministro Irakli Garibashvili, quien calificó a ciertos sectores de la política local de la oposición como aliados del gobierno ucraniano, cuya hipotética conquista del poder habría transformado a Georgia en un "campo de tiro".
El pasado mes de febrero, a pesar de la reafirmación de neutralidad de Tbilisi, la OTAN volvió a la carga haciendo saber su intención de «cumplir sus obligaciones hacia los socios que se encuentran en una situación de peligro».
Se trata de «aumentar el apoyo para perfeccionar las capacidades en términos de defensa, estabilidad y compatibilidad con la OTAN» de Georgia, Bosnia-Herzegovina y Moldavia.
El 7 de marzo, el Secretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, Todd Robinson, visitó Tbilisi para asistir a la Conferencia anual de Mujeres en la Policía, aprovechando la oportunidad para expresar la posición del gobierno de Estados Unidos sobre la ley sobre agentes extranjeros que acaba de aprobar el parlamento georgiano en una clara ingerencia en la política interna del pais.
Declaró que la ley era una ley basada en los intereses de Rusia y no de Georgia obviando algo tan elemental como que había sido aprobada por el Parlamento georgiano.
"Creemos que a Georgia le conviene trabajar más profundamente en la dirección de la integración euroatlántica; esta ley no hace eso. No creemos que eso sea lo correcto para Georgia. Más importante aún, los georgianos no creen que sea lo correcto para Georgia […]. Esta ley no está orientada hacia lo que quieren los georgianos, que es la integración euroatlántica. Estamos aquí para ayudar a Georgia a lograr su aspiración, que es la integración euroatlántica, y eso es lo que seguiremos haciendo".
Una injerencia en toda regla, pero ciertamente no nueva para alguien como Robinson que en 2018, cuando ocupaba el cargo de embajador de Estados Unidos en Caracas, fue expulsado de Venezuela con una disposición específica de Nicolás Maduro por haber conspirado contra el gobierno bolivariano y haber intentado influir en las elecciones presidenciales celebradas en mayo de ese año.
Se formularon valoraciones en línea con las pronunciadas por Robinson, según las cuales la ley sobre agentes extranjeros aprobada por el Parlamento de Tbilisi estaría
"inspirada" en el Kremlin, algo que pueden leer si abren los periódicos occidentales, y sería un obstáculo para la integración de Georgia en el alineamiento occidental
deseado por la población georgiana. Obvía que la problación georgiana votó el parlamento que ha aprobado la ley. Pero eso son cosas menores para alguien tan preocupado por el bien de los georgianos.
La embajada de Estados Unidos en Tbilisi agravó la situación afirmando que «hoy es un día oscuro para la democracia de Georgia. El avance de estas leyes inspiradas por el Kremlin en el Parlamento es incompatible con el claro deseo del pueblo georgiano de integración europea y desarrollo democrático.
La aplicación de estas leyes dañará las relaciones de Georgia con sus socios estratégicos y socavará la importante labor de tantas organizaciones georgianas que trabajan para ayudar a sus conciudadanos. Estos proyectos de ley plantean dudas reales sobre el compromiso del partido gobernante con la integración euroatlántica.
Es significativo que las protestas callejeras ocurrieran prácticamente en conjunción con el viaje de Robinson a Tbilisi y la visita del Presidente de la República Saolomé Zourabichvili a los Estados Unidos,
De manera similar a muchas revoluciones de colores del pasado (en primer lugar, la de Irán en 2009) encontramos en la capital de Georgia una presencia masiva de carteles y carteles con consignas en inglés y una serie de banderas de Estados Unidos, Ucrania y la Unión Europea que incluso eclipsan a la bandera de Georgia.
Los destinatarios del mensaje se encontraban muy lejos de las fronteras nacionales, como se desprende de la aparición en las portadas de la mayoría de los principales periódicos europeos de la misma fotografía en la que se muestra a un manifestante rodeado por policías y manifestantes sosteniendo una bandera europea.
Además de la disposición mostrada por los propios periódicos a actuar como caja de resonancia del discurso centrado en la estigmatización del supuesto "giro prorruso" del ejecutivo de Tbilisi empaquetado en los Estados Unidos e inmediatamente adoptado por la propia Zourabichvili, quien durante su estancia en Estados Unidos envió un mensaje grabado en vídeo que contenía una declaración de apoyo a los manifestantes y el compromiso de utilizar sus poderes de veto para impedir que la ley entre en vigor.
Presentado como una especie de marioneta del Kremlin por los medios de comunicación occidentales, el Gobierno de tendencias marcadamente liberales, proeuropeas y atlantistas, encabezado por el Primer Ministro Garibashvili, rápidamente tomó medidas y acordó con el Parlamento la retirada de la ley de agentes extranjeros en un intento de calmar las protestas y prevenir el riesgo de una escalada “al estilo Euro-Maidan” que acechaba a la vuelta de la esquina.
De hecho, desde hacía varias horas, las manifestaciones habían comenzado a adquirir connotaciones claramente violentas, con el asedio del Parlamento, la demolición de barreras antidisturbios y el lanzamiento de bombas molotov a la policía.
Habiendo llegado a la conclusión de que una reacción casual por parte de las fuerzas policiales ante la intensa atención de los medios de comunicación occidentales habría llevado sin duda a la degeneración del conflicto, los exponentes del partido Sueño Georgiano (promotor del proyecto de ley) emitieron una declaración conjunta con las demás fuerzas del gobierno en el que, además de reconfirmar la retirada de la medida, se afirmaba que "hay que prestar atención a la paz, la tranquilidad y el desarrollo económico de nuestro país, así como al progreso de Georgia hacia la integración europea", y el inicio de consultas directas con la población.
El retroceso iniciado por el ejecutivo de Tbilisi representa un éxito indudable del alineamiento euroatlántico, porque al revitalizar los segmentos de la sociedad georgiana más sensibles a las "sirenas" occidentales se corre el riesgo de conducir a una redefinición de las relaciones de poder locales cargadas de consecuencias en el plano geopolítico.
De hecho, el pequeño país caucásico podría transformarse, de forma más o menos obtusa y a costa de sacrificar tanto la estabilidad socioeconómica como la seguridad militar, en un eslabón de la cadena de contención de la Federación Rusa creada por el despliegue de Estados Unidos y la OTAN a partir de desde la segunda mitad de los años 1990, de acuerdo con las recomendaciones enumeradas por la Rand Corporation en un estudio que data de mayo de 2019.
En el documento, en el que se aplica el criterio de evaluación constituido por la relación entre costes y beneficios a una serie de iniciativas potenciales que permitan llevar a cabo un ataque simultáneo y en múltiples niveles contra los principales puntos débiles de Rusia, con el objetivo de condenar a Moscú a un "desequilibrio" mortal " de la "extensión excesiva", el muy influyente think-tank estadounidense llegó a la conclusión de que el camino más viable contemplaba: el aumento del volumen de suministros militares a Ucrania, la intensificación del apoyo a los grupos rebeldes que operan en Siria, la la promoción de programas de liberalización en Bielorrusia, el bloqueo económico de Transnistria y la reducción de la influencia rusa en Asia Central.
Además de la consolidación de la influencia estadounidense en el Cáucaso meridional, que se logrará en primer lugar mediante el establecimiento de "una relación más estrecha de la OTAN con Georgia y Azerbaiyán, de modo que lleve a Rusia a reforzar su presencia militar en las regiones meridionales del país" , así como en Osetia del Sur, Abjasia y Armenia
Estados Unidos también podría renovar sus esfuerzos para incorporar a Georgia a la OTAN. Georgia lleva mucho tiempo buscando ser miembro de la Alianza; se unió al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte en 1992, poco después de la independencia, y se unió al programa Asociación para la Paz en 1994. En teoría, los aliados pusieron a Georgia en el camino hacia la membresía, pero la conferencia de guerra ruso-georgiana de 2008 detuvo el proyecto.
Georgia, sin embargo, nunca ha renunciado a sus ambiciones atlantistas, como lo demuestra su participación en las operaciones de la OTAN en el Mediterráneo, en Kosovo y en Afganistán [...].
El objetivo es obligar a Moscú a aumentar el gasto militar precisamente porque constituiría un claro desafío a los intereses políticos y posiblemente estratégicos rusos en lugares como Ucrania, Bielorrusia y Georgia. Y Kazajstán, que fue víctima (enero de 2022) de un choque interno particularmente duro e insidioso que, combinado con los ocurridos en los demás países antes mencionados, formó un "arco de crisis" capaz de mantener al Kremlin en un estado constante de fibrilación, obligándolo a un agotador trabajo de "ajuste" destinado a sobrecargar de trabajo el aparato militar, diplomático y de inteligencia ruso, exponiéndolo precisamente a ese riesgo concreto de sobreexposición señalado como elevado a finalidad estratégica por el think-tank estadounidense.
Si Ucrania, identificada en el estudio como el mayor punto de vulnerabilidad exterior de Rusia sobre el que aprovecharse para imponer el precio más alto a Moscú "sin provocar un conflicto a una escala mucho mayor", se inclinaba objetivamente hacia el propósito instrumental indicado por Rand Corporation (con los resultados ahora tristemente conocidos), no es nada obvio que Georgia correrá la misma suerte.
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