La misma brutalidad con la que destroza los cuerpos de los niños, intencionadamente porque los niños son el futuro de Palestina, que le está convirtiendo en una peste a los ojos del mundo, convierte en estados parias también a quienes apoyan a "Israel", especialmente Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Canadá e Italia que lo han hehco de un modo tan descarado que han perdido el poco respeto que quedaba a sus gobiernos como gobiernos democráticos y defensores de derechos humanos.
¿Son conscientes de lo que pagan por su apoyo al ente genocida sionista que es un descarado apoyo a los intereses de sus burguesías en contra de los intereses de sus pueblos?
Algo deben ser cuando comienzan a "advertir" a "Israel" en las portadas de sus fieles medios de comuniación:
El País nos cuenta que "Alemania alerta a Israel de que debe luchar “contra el terrorismo y no contra la población civil inocente”La ministra de Exteriores eleva el tono sobre la responsabilidad del ejército israelí para asegurar una evacuación segura de los gazatíes en Rafah"
En DW "Francia urge a Israel evitar "evitar un desastre" en Rafah"
Gran Bretaña está viviendo el canto del cisne de sus viejas glorias imperiales y no puede permitirse ni siquiera "advertir" al organismo colonial que destroza la vida de los palestinos desde hace 75 años.
Las advertencias sobre Rafah mientras el monstruo Netanyahu sigue lanzando las bombas que le venden quienes les advierten, son todavia más hipocritas porque pretenden apoyar el sionismo y conquistar la opinión pública.
La pregunta es ¿Estamos asistiendo a un cambio real en la propaganda occidental en la historia de la barbarie en Gaza? ¿Existe un conflicto real dentro de la oligarquía europea y estadounidense en el poder sobre cómo relacionarse con su aliado israelí?
Y si es así, ¿por qué ahora?
El periodista americano Patrick Lawrence, escritor, enviado al extranjero durante muchos años principalmente con el International Herald Tribune y hoy uno de los mayores conocedores y reveladores de la propaganda occidental responde a esta cuestion en el diario Hegemonia.
En un artículo reciente en Scheer Post , Lawrence ilustró magistralmente el fracaso ético dentro del principal periódico estadounidense, el New York Times, donde se ha producido una escisión que ejemplifica muy bien la fractura moral de Occidente. "Israel se atrevió y pidió algo que ahora ya no es tolerable".
La luz verde, lo entendemos bien en la comparación con Lawrence, partió del debate que está surgiendo en Estados Unidos. “El apoyo a la brutalidad diaria de los israelíes está literalmente desgarrando a mi país” , afirma el gran periodista estadounidense, según el cual los historiadores, cuando tengan que escribir “la fase final del imperio estadounidense" desempeñará un papel clave en la crisis de Gaza”. .
Insistimos mucho para comprender con él el cambio de ritmo, la valentía de Sudáfrica, la clara negativa de la comunidad internacional (menos Occidente) a hacer la vista gorda ante la barbarie israelí y encontramos la confirmación del papel decisivo. La decisión del tribunal de La Haya de implosionar definitivamente a los Estados Unidos (y por tanto a sus vasallos). “Después de Gaza y esa decisión, es poco probable que el Israel del apartheid recupere su lugar en la comunidad de naciones. Ahora está entre los parias”.
Los verdaderos perdedores, Lawrence no tiene ninguna duda, son los medios de comunicación occidentales.
Comentando su extenso reportaje en el Scheer Post en el que analiza el enorme choque en el seno del New York Times, el periodista recuerda cómo después del 7 de octubre el NYT inmediatamente asumió el papel de apologista de "Israel".“La intención genocida de Israel fue ocultada deliberadamente y la destrucción de Gaza nunca fue descrita como sistemática. Las FDI no atacaron a civiles”.
Las declaraciones de funcionarios y soldados israelíes fueron tomadas como fuentes y "pruebas" sin ser cuestionadas jamás. “Tomemos, por ejemplo, el artículo del NYT del 22 de enero escrito por David Leonhardt titulado "La disminución de las muertes en Gaza" que busca demostrar (¡basándose en fuentes israelíes!) que las muertes de civiles palestinos se han reducido a la mitad desde el mes anterior. ¡Como si 150 muertes en lugar de 300 al día no fuera una masacre!”.
La operación de los medios occidentales que Lawrence analiza perfectamente fue hacer creer que la historia comenzó el 7 de octubre. Nos pregunta: “¿Habéis leído por casualidad la historia palestina en los medios occidenales? No existía, porque no existía en los medios estadounidenses"
Lawrence no tiene dudas de que el punto sin retorno fue el trabajo de Jeffrey Gettleman sobre las presuntas violaciones "como arma de terror" por parte de las milicias de Hamás. “Ha manchado el nombre del New York Times” y ha puesto “en crisis al principal periódico estadounidense”. “Todas las afirmaciones de ese artículo que lamentablemente dio la vuelta al mundo, se basaban en inferencias ridículas, sin ninguna prueba. Testimonios inconsistentes y videos que no prueban nada. Hasta el ruido sordo - continúa Lawrence - de la 'mujer del vestido negro', en referencia a un cuerpo encontrado y filmado al costado de una carretera el 8 de octubre.
Los últimos mensajes de la mujer desmienten la reconstrucción del periodista del New York Times, quien también sufrió ataques por parte de la familia de la mujer llamada Abdush, quienes lo acusaron de distorsionar las pruebas y manipularlas durante su reportaje.
A partir de ese reportaje el periódico explotó y empezó a cambiar de rumbo. “El mérito de Jeffery Gettleman fue haber levantado el velo de maya de todo el mainstream. CNN, The Guardian, MSNBC, PBS y más, todos habían seguido el mismo procedimiento al reproducir la historia de abuso sexual sistemático tal como la proporcionaron los israelíes”.
El mérito de Gettleman fue, por tanto, el de haber abierto una brecha y, subraya Lawrence, desde entonces el NYT ha comenzado a publicar informes sobre la barbarie de los colonos en Cisjordania e incluso vídeos "de los soldados israelíes: que incitan a la destrucción y se burlan los gazaties".
¿Por qué ahora?
Lawrence no tiene respuestas seguras, pero una referencia histórica esclarecedora indica el camino a seguir. Al igual que en Vietnam, el Times comenzó a escribir sobre las masacres en el sudeste asiático cuando las oligarquías políticas de Washington comenzaron a dividirse.
"El ambiente en Washington está cambiando. Hay una fractura en el Capitolio que se hace cada vez más evidente".
Antes del inicio de una campaña electoral en Estados Unidos que inevitablemente tendrá el genocidio en Gaza como uno de los temas de referencia, el ambiente en Washington está cambiando
Porque, como explica Lawrence, Israel pidió a sus propagandistas algo que no pudo aceptar durante mucho tiempo: dejar de lado el más mínimo sentido de decencia ética y de humanidad.
El régimen israelí arriesgó y perdió, poniendo a Occidente en una terrible encrucijada de su historia. Todo esto fue posible gracias a la valentía de Sudáfrica y de toda la comunidad internacional, la verdadera, que nunca se ha doblegado ante la barbarie y los intentos de imposición.
Y la propaganda occidental sale, una vez más, derrotada.
Nuestras voces por poco público que tengan son necesarias, nuestro silencio es cómplice. No podemos aceptar que no tenemos poder, que las palabras no tienen poder. Tenemos que seguir hablando de Palestina.
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