Y ese estallido se produjo en 1936 numerosos sectores palestinos iniciaron la Gran Insurrección que se prolongaría hasta 1939. Este movimiento de rebeldía contra la colonización israelí y contra el mandato británico se había iniciado unos años antes: 1920 en Jerusalén, 1921 en Yafa, 1928 en Jerusalén y 1929 en varias ciudades importantes Jerusalén, Safed o Hebrón.
La Gran Insurrección se inicia con carácter religioso.
El Muro de las Lamentaciones es considerado para los judios un lugar sagrado, al ser la única parte del Templo de Salomón que quedó en pie tras la destrucción por el emperador romano Tito. El muro está en el lugar que ellos llaman Monte Templo, y que los musulmanes llaman Al-Haram Al-Sharif o explanada de las mezquitas, porque ahí se encuentra la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, tercer lugar más sagrado para el islam. A pocos centenares de metros, a este y oeste, se encuentra la iglesia del Santo Sepulcro, la Vía Dolorosa y el monte de los Olivos el lugar más sagrado para los cristiano.
El ataque a la Explanada de las Mezquitas hizo que se creciera la vinculación entre la protesta anticolonial con la consideración del Islam ya no solo como religión sino como identidad cultural; iniciándose en Palestina una corriente de nacionalismo religioso.
En octubre de 1933 también hubo grandes protestas palestinas en Al-Quds-Jerusalén, Haifa, Nablus y Yafa. Se sucedieron varias manifestaciones y huelgas generales, que acabaron con el uso de armas de fuego por parte de la policía británica y la muerte de más de 20 palestinos.
Surge en estas rebeliones algo que el Comisionado Británico, Wauchope consideraba "inquietante" y era la presencia de mujeres de toda procedencia en los disturbios. "Mujeres que han golpeado las puertas de las oficinas del Mandato y que han incitado a los hombres a desafiar las órdenes policiales"
La primera acción femenina contra la emigración judía a Palestina tuvo lugar el año 1893, cuando las mujeres salieron en manifestaciones y protestas, y lucharon al lado de los hombres.
Entre los primeros años 20 y el fin del Mandato Británico se desarrolla la etapa embrionaria del Movimiento Femenino Palestino. Muchas mujeres trabajaron sin registrar sus organizaciones ni programas femeninos, pero desde organizaciones como la Ortodoxa del Socorro para los Pobres, lucharon para mantener el tejido de la sociedad palestina.
Este trabajo social fue transformándose en político y armado. Mujeres palestinas establecieron organizaciones de carácter militar para luchar contra el Mandato Británico y la colonización sionista.
A pesar de que las organizaciones eran urbanas y de mujeres de clase media en su mayoría, hubo una gran colaboración entre las mujeres rurales a la hora de trasladar armas, intercambiar información y formar un cuerpo móvil de alarma para proteger a los revolucionarios, vigilando y controlando las carreteras e, incluso, combatieron contra los soldados británicos para liberar a los revolucionarios palestinos arrestados.
En la revolución del año 1936, en la Gran Huelga, surgió un grupo de mujeres llamado “Las Compañeras del Kassam” que participaron con el líder de la revolución, Al-Kassam,en las luchas contra el Mandato Británico
Halima Haj Muhamad, hermana del dirigente de la revolución, se hizo famosa por su participación política y acción militar; sus hermanos la habían entrenado en el uso de las armas y fue un miembro activo en los enfrentamientos armados contra los soldados británicos.
Las mujeres de Haifa llevaron a cabo una sentada frente a la cárcel del Gobierno Británico pidiendo que liberaran a los presos políticos palestinos que estaban en huelga de hambre; como consecuencia, el Gobierno Británico fue obligado a recibir a una delegación de las mujeres manifestantes en su despacho y, como resultado, el Alto Comisionado les prometió liberar a cien de los presos políticos y tener en cuenta a los demás.
Las mujeres han luchado codo con codo al lado de los hombres; y muchas murieron en manos de sionistas o soldados británicos. Llevaron armas a los hombres, lucharon con ellos en los túneles, participaron en las protestas y estuvieron en los lugares de las batallas ofreciendo la ayuda médica.
1929 fue, efectivamente, el año del establecimiento del movimiento de mujeres palestinas. El 26 de octubre se celebraba el primer Congreso de Mujeres Árabes de Palestina y se creaba la Asociación de Mujeres Árabes (AMA). Más de 200 mujeres musulmanas y cristianas de distintas zonas de Palestina acudieron al congreso y una delegación visitó al Alto Comisionado británico John Chancellor para presentarle sus resoluciones.
Sus demandas se centraron en la cuestión nacional palestina, pero también en aspectos relacionados con la liberación femenina. Sus actividades impulsaron la propagación de un movimiento femenino, que ellas denominaron el “despertar” (nahda) de las mujeres palestinas y la creación de nuevos lazos con organizaciones femeninas de otros países árabes.
Aunque continuaron trabajando en las esferas caritativas, culturales, económicas, educativas y sanitarias, además de defender a las prisioneras y prisioneros palestinos (Filastin, 1929), la AMA se percibía como un movimiento político específico. No se trataba ya de una entidad meramente auxiliar del movimiento anticolonial y nacional palestino, sino que contaba con sus propias reivindicaciones, organización y militancia.
En Nablus el mismo año de 1929 se organizó una agrupación local femenina después del primer Congreso de Mujeres Árabes. Varios hombres intentaron intervenir en una reunión y conseguir los fondos que habían recaudado las mujeres, pero estas se negaron a dar sus fondos y reafirmaron su autonomía y declarar que no aceptaban la intromisión masculina en su organización, indicando que únicamente aceptarían sugerencias.
Entre las impulsoras del movimiento se encontraban Katrin Dib; Shahinda Duzdar; Anisa al-Khadra; Amina, Fátima, Khadija, Na’imati ‘Alami y Salma al-Husseini; Wahida al-Khalidi (presidenta del Comité Ejecutivo de la AMA); Diya y Zahiyya Nashashibi; Melia Sakakini; Zlikha Shihabi; y Mary Shihada La mayoría provenían de ámbitos urbanos; en especial de Al-Quds-Jerusalén y también de ciudades como Acre, Haifa, Nablus o Yafa, aunque en las luchas confluían mujeres urbanas y rurales. La mayor parte de sus dirigentes procedían de clases medias y altas y tenían una formación superior a la media de las mujeres palestinas.
Numerosas mujeres participaron en la efervescencia política de los años treinta y formaron parte de los partidos políticos anticoloniales y nacionalistas palestinos. Las acciones, manifestaciones y protestas de participación mixta y no mixta crecieron conforme avanzaba la década.
Por ejemplo, en 1931 el comité ejecutivo de la AMA convocó una huelga general de mujeres con motivo del aniversario de las ejecuciones de los mártires de las revueltas de 1929, en cuyo manifiesto se criticó la “política imperialista injusta” y se emplazó a las mujeres a difundir por el mundo el mensaje de que Palestina “era árabe y lo seguiría siendo”
En 1933 tuvieron lugar un gran número de convocatorias políticas en Palestina con protagonistas femeninas. En primer lugar, mujeres palestinas participaron de manera destacada en un boicot nacional por la visita de autoridades británicas. También organizaron una manifestación masiva en Al-Quds-Jerusalén en la cual participaron mujeres de zonas urbanas y rurales y que tuvo un gran componente simbólico, ya que una mujer musulmana (Tarab Abdul Hadi) pronunció un discurso en la iglesia del Santo Sepulcro después de que una cristiana (Matiel Moghannam) hubiera hecho lo mismo en la mezquita de Omar.
Muhiba Khurashid fundó la organización “Zahrat Al- Okhuan” en los años 30 que era una organización femenina secreta que trabajó bajo el marco social femenino y desempeñó un papel inmenso en las diferentes ciudades palestinas, especialmente en Jaffa en las confrontaciones diarias entre los palestinos, los soldados británicos y los grupos sionistas a través de la resistencia
En 1936, gran parte del milenario casco viejo de Yafa fue destruido por las tropas británicas y sus excavadoras. También conjuntos históricos como los de Acre fueron dañados. Precisamente en esta última ciudad del norte de Palestina, el periódico al-Difa’ informó de la intervención policial en una protesta antibritánica y antisionista de mujeres palestinas que provocó heridas a varias de ellas y la detención de una manifestante. Episodios similares se produjeron en numerosas ocasiones durante la Gran Insurrección. De hecho, los diarios al-Difa’ y Filastin publicaron 360 incidentes políticos protagonizados por mujeres palestinas (acciones de protesta, detenciones, infracciones, manifestaciones, recaudaciones de fondos o reuniones) en los tres años que duró la Gran Insurrección
Desde el año 1939 hasta 1948, se crearon casi 200 organizaciones femeninas por el Movimiento Femenino Palestino. Sus numerosas actividades se concentraron básicamente en prestar los servicios de socorro humano y médico y en las actividades de la resistencia nacional contra las políticas del Mandato Británico y la emigración judía a Palestina.
Comentarios
Publicar un comentario