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Geopolítica e intereses petroleros en Sudán

En 2007 Sudán llevaba sobre sus espaldas 50 años de guerra, cuando Estados Unidos decidió hablar de "genocidio". 
Cuando Estados Unidos inscribe a un país en la lista de los malos y llama a su presidente genocida (no importa que lo sea o no, para Estados Unidos el Chad, Ruanda, el Congo, la República Centroafricana no  son países dignos de ser tenidos en cuenta a la hora de atribuir a sus gobernantes crímenes contra la humanidad) 

  Hasta 2007 la prensa internacional ignoró la guerra de Sudán pero en 2007 el país se convirtió en el centro de la actualidad diplomática internacional y de repente se llenó de seres humanos muertos, heridos, desplazados y afectados por hambrunas, y la prensa fiel a sus gobiernos empezó a hablarnos de una guerra religiosa Norte-Sur, de un Norte árabe y musulmán opresor de un Sur negroafricano, cristiano y animista y etiquetar a la guerra como una guerra de religión y étnica. (En 2023 han sido mucho más osados y han calificado la guerra como el enfrentamiento de dos egos, dos militares narcisistas que están enviando a sus país al infierno) 

  Esa simplificación de la guerra de Sudán es propia de quien quiere convertirla en una guerra de buenos y malos para ponerse de parte de los buenos, como es natural alejándose de cualquier acercamiento a la complejidad de un país con una gran variedad cultural y sobre todo con una realidad socioeconómica que cambió con el descubrimiento del petróleo y la entrada de las compañías chinas en los negocios sudaneses, e ignora, esencialmente, que el Islam entró en Sudán casi cuando Mahoma predicó, que los árabes cruzaron el Mar Rojo hace mi cuatrocientos años y que en mil cuatrocientos años las poblaciones se mezclan y no se mantienen separadas por una línea del bien y del mal. Pero es Estados Unidos quien los cuenta la historia siempre, como sabe hacerlo, como un western.

En Sudán conviven 589 grupos con más de 100 lenguas o dialectos. Los unifica la lengua árabe y la mayoría, más del 60 por ciento de la población,  es musulmana, además hay cristianos y animistas.


 Es más fácil contar un cuento sobre Sudán que sobre Ucrania. Ucrania, al fin y al cabo, está en los libros de historia, es blanca, está en Europa y tiene historia. Pero Sudán...  ¿Quién sabe nada de Sudán? ¿Quien sabe que fue el pueblo Nubio, el que llegó a controlar el Gran Imperio Egipcio en el periodo de los "faraones negros" y que es una de las culturas más ricas de la antiguedad ? ¿Quién sabe que es el país que tiene más pirámides del mundo? ¿ Quien conoce la Nubia cristiana, la islamización, el  Sultanato Azul, del comercio de esclavos, de la llegada a Sudán del Imperio Otomano? ¿ Quien sabe como fue desgajado por el imperialismo británico en expansión para ejercer su control estratégico sobre la ruta de la India?  

 Sudan fue invadido por Egipto a finales del siglo XIX, imponiendo una unidad nacional que no existía. El sur y el norte tienen procedencias étnicas y culturales muy diferentes, pero por razones expansionistas, Egipto, impuso esa condición nacional. Luego llegó Inglaterra y generó antagonismo exacerbando las diferencias y separando físicamente las dos regiones. Pero durante la descolonización decidió reunir de nuevo ambas regiones en una sola administración para mejor controlar sus intereses económicos, sin atender a las diferencias.

Nada más derrotar a la monarquía egipcia, para evitar a toda costa una anexión de Sudán a los oficiales nasserianos progresistas, Gran Bretaña concedió la independencia al país. Sin embargo, dado que no hubo una lucha de liberación centralizada, no surgió el poder político nacional hasta la estabilización realizada por el gobierno militar del General Neimeiry, que permaneció a la cabeza del estado desde 1969 hasta 1985. Luego Al-Bashir mediante otro golpe de estado tomaría el poder entre 1989 y 2019 

 Lo cierto es que las corrientes secesionistas en 2004 no habían prosperado en el Sur y la lucha siempre fue por  construir un verdadero gobierno nacional que abrigase al conjunto de los sudaneses como varias ocurrió a lo largo de la Historia y que  Darfur es una región pobre de un país pobre con una guerra civil en la que entrar actores internos, socioeconómicos y externos, el control geopolítico  de la zona por parte de Gran Bretaña y  Estados Unidos y por supuesto el control del petróleo.

  Sudán estaba en el tablero de las rivalidades entre grandes potencias, con Estados Unidos a la cabeza, que tenia interés en hacer caer el régimen de Al Bashir que era  un tipo que en la esfera internacional era  amigo de todos y enemigo de todos. Al Bashir ejerció una dura represión en su gobierno de 30 años y cuando fue dócil con Estados Unidos fue bueno y cuando apoyó a Irak en la guerra del Golfo se convirtió en un enemigo.  Hay que librarse del concepto buenos y malos para entrar en estos tinglados.

 En 2004, el secretario de Estado de Bush,  Colin Powell, en la CNN habló de atrocidadesasesinatos, violaciones e incendios de aldeas cometidos por el malvado presidente Al-Bashir, justamente cuando este había declarado su intención de apoyar a Irak en la guerra. Esta violencia requería, segun Powell, la actuación de Estados Unidos en su nueva versión de promotor de guerras "humanitarias", pero en este caso las ganancias no eran tan interesantes ( un país  medio desértico, asolado por la guerra, sin transportes ni carreteras ni ferrocarriles que permitiesen sacar el petróleo con poco esfuerzo no merecía los dólares que se usaron en Irak) y pidió que se hiciese dentro de la legalidad internacional, mediante la ONU. 

   Powell acusó a las milicias árabes "Janjaweed"   de cometer atrocidades generalizadas contra los aldeanos negros y de desplazar a cientos de miles de personas de sus hogares en la enorme nación africana, de lo que no habló fue de las disputas geopolíticas 

 Sudán recibió inversiones de China, Malasia, Irán, Francia y Holanda pero Estados Unidos no entró en el negocio entre otras cosas porque había bloqueado al país a raiz del bombardeo de Jartum por la administración de Bill Clinton que fue quien le dio la idea a Bush de que con acusar a algún país de tener armas químicas se podía bombardear con total impunidad. Era el tiempo en que había que demostrar al mundo quien era el sheriff tras el fin de l URSS y bastaba con una acusación de albergar terroristas para enviar sus cazas. En  agosto de 1998 acusó a Sudán y Afganistán de albergar al activista Bin Laden y bombardeó ambos países. Apenas unos meses más tarde y dentro de la misma estrategia de control del mundo postsoviético, bombardearía Yugoslavia.

  Cuando China comenzó a invertir en Sudán Anmistia Internacional ( una de las ONGs mejor   pagadas y protegidas por el gobierno USA  encargada como otras tantas de concienciar al mundo de quienes son los buenos y los malos desde su posición de no políticos y benefactores)  comenzó a llamar al gran país asiático para que condenase los crímenes de guerra.  En la Cumbre Chino-Africana para el Desarrollo y la Cooperación, que se celebó en Pekín en 2006 la ONg pidió que priorizara los derechos humanos de las poblaciones ( cuando habla de Mali, no pide a Francia nada, claro está)

 Sudan es rico en oro, en petróleo, en minerales estratégicos y en agua. El Rio Nilo, que desemboca en Egipto, baña sus tierras y su capital Jartum. En el sur, se encuentra la selva africana que es pródiga también en biodiversidad y sufria una guerra desde 1955 con diferentes episodios de violencia y con intentos del gobierno central y la Unión Africana de llegar a cuerdos de paz en diversas negociaciones. 

 La región conflictiva es Darfur, que está situada en el centro occidente del país, donde en 2004 disputaban   el Ejercito de Liberación de Sudan y las milicias árabes progubernamentales.  Los recursos petrolíferos son muy importantes en  esta zona.

 En 2004 Bashir llevaba 15 años en el poder. Llegó por un golpe de estado no sangriento y luego fue ratificado por las urnas aunque en las elecciones no se participaron partidos de la oposición. Su régimen islamista fue considerado fundamentalista por Estados Unidos.

Las presiones internas, tanto política como militar y las presiones internacionales del más diverso género, moderaron bastante el régimen de El Bashir,  abriendo hasta dos frentes de diálogo con las fuerzas político militares en discordia justo en el años 2004 en Nigeria y Egipto con la participacion de la Alianza Nacional en la que están todos los partidos no incluidos en el régimen de Al- Bashir entre ellos el Partido Comunista, el Movimiento de Liberación del Sur y el Ejercito de Liberación de Sudan.

A pesar de estos intentos, tras el discurso de Colin Powell el Consejo de Seguridad de la ONU sacó una resolución instando al régimen sudanés a resolver el problema de Darfur en treinta días.

China sabía perfectamente que detrás de esa resolución estaba la sombra alargada de Estados Unidos y  planteó que utilizaría el veto en el Consejo en caso de una definición de intervención.

Y es que la intervención humanitaria que propugnaban Estados Unidos y Gran Bretaña, era una intervención colonial Basta buscar en la prensa quién acompañó a Colin Powell cuando  viajó a Darfur con su "comitiva humanitaria": empresarios de la industria petrolera.

 Estados Unidos buscaba meterse en el petróleo sudanés y  sacar a China y a las empresas asiáticas. Espantar a Francia y darle continuidad a lo iniciado en el Mar Caspio, con la invasión a Afganistán y luego con el crimen en desarrollo en Iraq. Garantizar el petróleo para su hegemonía. Sudan jugaba  por el crudo pero también por su frontera con Chad, pues un oleoducto que atraviese Sudan hacia el Chad, traería el petróleo de Arabia Saudita al Atlántico, el petróleo gringo.

 Las intervenciones humanitarias de las grandes potencias, llevan el sello de la muerte y la opresión, de la prepotencia y el desprecio por los valores de los pueblos y la ONU es solo un agente  viabilizador de las políticas imperiales. 

 Sudan se está dando sus propios caminos, sobre una historia de expoliación colonial y de intromisión en sus asuntos. Un gran acuerdo nacional se estaba gestando en Egipto y Nigeria, de donde saldría  un futuro más prometedor dando fin a la segunda guerra sudanesa en 2005.

La prensa  occidental no mencionó los intentos de negociación para conseguir la paz, tampoco tuvo interés informativo la primera guerra sudanesa que se vendió como ciudadanos en estado precivilizatorio matándose entre ellos por asuntos religiosos.

 Pero la segunda guerra se encontró con  el apoyo de Estados Unidos e Israel  a los secesionistas y , basándose en la palabra "genocicio" comenzó a organizar la independencia de Sudán del Sur.


Para los estrategas en desestabilización de Washington Darfur es un auténtico caso de manual. Una región alejada de la capital, mal conectada al resto del país por carreteras que no siempre son practicables, más fácil de acceso para sus vecinos Chad y Libia que para el poder central, una región portadora de promesas petroleras y con una guerra civil conducida por dos grupos rivales que tienen más veleidades de participar en el reparto de una futura tarta petrolera que de independencia política. 

 Por supuesto se puede, sin demora, hacer que lleguen las armas a los rebeldes por el oeste y por Chad -con Francia como copiloto- cuyo dictador, que también mantiene muy buenas relaciones con Estados Unidos, se presta de buen grado a este juego apoyando a uno de los dos grupos rebeldes: el MJE. Pero hay que dar más fuerte. Por tanto, se clasifica a Sudán entre los «países peligrosos», se emprende la campaña mediática mundial para imbuir la idea de la necesidad y la intervención está lanzada. Se puede fechar el día de 2004 en el que Colin Powell lanzó el arma de destrucción política masiva: la acusación de «genocidio». De esta forma consagró el éxito de la campaña antisudanesa lanzada por el lobby sionista de Estados Unidos y ratificada por el Congreso estadounidense. Éste adoptó, efectivamente, el Sudan Peace Act, firmado por Bush en octubre de 2002, que concedía al Departamento de Estado los medios financieros para sus intervenciones «humanitarias» a la vez que sancionaba económicamente a Sudán.


A partir de esa fecha el proyecto de intervención militar-humanitaria era patente y oficial. Frente él, el gobierno sudanés resistía. Aceptaba la presencia de tropas de la Unión Africana en Darfur pero rechazaba la presencia de cascos azules de la ONU ya que, como se verificó en el sur de Líbano después del ataque israelí de 2006, los soldados de la ONU son casi todos de países de la OTAN. 

También se veía claramente que el Pentágono estaba, desde el principio de la "guerra contra el terrorismo", asentándose cada vez más firmemente en África oriental: base militar en Yibuti (en instalaciones amablemente puestas a disposición por el ejército francés) y después el bombardeo de Somalia y la invasión etíope del territorio bajo dirección estadounidense. 

Sabía por experiencia que el régimen ugandés que aportó un apoyo regular al MPLS y al APLS durante la rebelión del sur, es un aliado fiel de Estados Unidos y que los servicios secretos y las agencias de seguridad israelíes están allí muy activos. Sabe que Chad, país considerado como el más corrupto de África  se arrimó mucho a Estados Unidos desde que «Exxon» explota el petróleo chadiano. Egipto no le es hostil pero también se alinea con Estados Unidos. Sudán estaba prácticamente acorralado.

 Entonces el gobierno negoció con los rebeldes de Darfur para llegar a un acuerdo de paz muy completo que concedia numerosos derechos económicos y sociales a las regiones de Darfur. Este acuerdo de paz establecido en tres lenguas: árabe, francés e inglés, podría servir de modelo para la salida de crisis en numerosos países donde existen conflictos similares. 

Pero a Estados Unidos no le intersaba esta paz. Su objetivo era el fin de Al-Bashir y  la independencia de Sudán del Sur. En este caso cabe preguntarse ¿ fue la revolución de 2019 otra primavera árabe con un componente social interno y unos hilos delicados que llegaban desde Washington y Londres?

  En el próximo artículo trataremos la independencia de Sudán del Sur, la revolución de 2019 y la caída de Al-Bashir. 

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