Ir al contenido principal

El foro de San Petersburgo. El futuro de Rusia



"Patria de paciencia, tierra de rusos"
Fëdor Ivanovič Tjutčev

Por mucho que la prensa occidental trate de seguir echando leña al incendio de Ucrania, animando con mensajes de victorias y avances de los de Zelensky, la verdad es bastante menos optimista. En el frente de Zaporizhya las fuerzas armadas de Kiev siguen sufriendo pérdidas sin llegar a obtener una victoria significativa. Las televisiones occidentales lanzan su pirotecnia sobre los pequeños pueblos "reconquistados" ,pero la verdad es que Rusia resiste ante cincuenta países decididos a acabar con ella.


El ABC lanza en titulares que Ucrania consigue la primera victoria de su contraofensiva en el frente de Zaporiyia para escribir debajo en letra más pequeña que han tomado la aldea de Piatyjatky y el Mundo habla de contraofensiva: Ucrania penetra con éxito en las líneas rusas mediante ataques nocturnos, dice y luego habla de 19 kms de avance.

Incluso la CNN modera sus comentarios "Las fuerzas ucranianas enfrentan a una "dura resistencia" y sufren pérdidas en el ataque a las líneas rusas"

En esta situación donde Ucrania es solo una picadora de carne humana la delegación africana llega para favorecer una salida negociada a la guerra, salida de la que Zelensky no quiere ni oir hablar. Para justificar su belicismo ha usado lo que él conoce bien: la propaganda: un supuesto bombardeo ruso que era una afrenta a la diplomacia africana. Los mismos delegados africanos han contestado que no se han oído ni siernas ni explosiones y que usar informaciones falsas en un momento tan delicado solo puede obtener como resultados más muertos en la guerra.

Sobre el campo de batalla todos los periódicos e informativos occidentales siguen su febril actividad tratando hacer creer que la OTAN tiene alguna posibilidad de vencer a Rusia con la guerra centrada en suelo ucraniano.

En el campo económico la cosa cambia.Nadie se atreve a afirmar que Rusia está destruída por las sanciones. Estos días la fortaleza económica de Rusia se ha materializado en el Forum Económico Internacional de San Petersburgo donde Putin ha hablado de que la campaña sancionadora más feroz de la Historia contra Rusia no solo no ha debilitado su economía sino que la ha fortalecido pues Rusia ha aprovechado la fuga de capitales europeos para aumentar la autonomía productiva y los espacios de acción de la burguesía rusa.

Luego ha vuelto al tema del orden multipolar que está sustituyendo al viejo orden neocolonial con los procesos de desdolarización de la economía mundial en la periferia capitalista: Asia, África y América Latina

Pero una cosa es lo que dice Putin con un interés propagandista, obligado a mostrar su fortaleza a la "comunidad internacional" y otra cosa es que el proceso de construcción de un mundo multipolar no conlleve contradicciones tanto en el exterior de Rusia como en el seno de la Federación.

Es cierto que la guerra de Ucrania ha empujado a Putin, quien se sentía comodo con su ingreso en los grandes de Occidente a tomar rumbos diferente para la salvación de su burguesía, pero Rusia no es solo su burguesía y setenta años de revolución ( con todos sus pros y sus contras) han generado mentalidades y poderosas fuerzas sociales que no han desaparecido del país como no desapareció el franquismo de España, por poner un ejemplo nefasto.


En Rusia existe además un partido de paz formado por una burguesía que aspira a equilibrar el poder con sus competidores occidentales, firmar el tratado que finiquita la guerra, y seguir con sus negocios. Este partido vive en un mundo ilusorio, pues la guerra ha sido para cortar la proyección europea del capitalismo ruso y especialmente para aniquilar a Alemania, objetivos que impiden cualquier posibilidad de negociación sin vencedores.


El sistema creado por Putin ha invertido en muchos aspectos el rumbo tomado por Yeltsin, pero no ha sido ni es una negación integral de este. La oligarquía nacida de la fase de las terribles privatizaciones de Gorbachov y Yeltsin no ha sido, en la mayoría de los casos, eliminada, sino sometida. Ha sido expulsada de los procesos administrativos y políticos, y neutralizada con el otorgamiento de una renta vitalicia que de alguna manera la hace leal al poder central.
Si bien a nivel formal Putin ha perseguido una evolución hacia la economía de mercado, en la práctica el Estado federal y los distintos elementos que lo constituyen han incrementado su presencia en la economía, con formas de propiedad mixta donde el papel del Estado es importante basado especialmente en la hegemonia del banco estatal central sobre el sistema crediticio. Este sistema ha sido aceptado pasivamente por gran parte de la clase alta rusa, que ha dejado de lado cualquier función gerencial y administrativa en los procesos productivos para dedicarse exclusivamente a una existencia parasitaria como rentista, teniendo a cambio de garantizar sólo su propia calma. indiferencia a la dimensión política y un patriotismo formal.
Pero existe también un ala burguesa liberal, militante y agresiva, no indiferente a la conducta política de la Federación. El sistema de poder de Putin siempre se ha basado en un delicado equilibrio entre facciones potencialmente antagónicas: la gran burguesía privada y las empresas estatales, los servicios militares y de seguridad (los llamados "siloviki") y la administración civil liberal (los "civiliki", representado por Medvedev), y en torno a todo ello las grandes masas populares rusas, tendencialmente partidarias de la herencia soviética, confiadas en Putin pero capaces de animar una férrea oposición, aunque minoritaria, representada por el Partido Comunista de la Federación Rusa y otras minorías partidos, que en la década de 1990 se arriesgaron a "robarle" la presidencia del país a Yeltsin.


Rusia no es, pues, un país plenamente capitalista, neoliberal o comparable a los capitalismos del capitalismo central, porque Rusia viene de una revolución y de un régimen de setenta años y la historia tiene mucho peso en su existencia actual.
Rusia no ha renunciado a su dimensión euroasiática pero, al mismo tiempo, ha cultivado un cierto “cortejo” con Occidente entre finales de los 90 y 2014.
Pero aquella luna de miel de los años del G8 ha terminado. El primer signo de crisis llegó en 2008 que hizo más urgente que nunca lanzar una campaña de expansión imperialista de Estados Unidos, con una hegemonía total, sin competidores, liderando una expansión violenta hacia Oriente con las primaveras árabes y las conocidas guerras imperialistas. Expansión que culminó con el golpe de estado en Ucrania en 2014.
Habiendo fracasado en su intención de integrarse en el mundo occidental, Rusia entendió que su futuro no estaba junto a quienes lo aceptaron cuando el gas y el petróleo les llegaba barato y le dieron la puñalada cuando Biden lo ordenó y regresó, como los hijos heridos, a su matriz asiática y a us mercado interno.
No era la primera vez que la orgullosa Europa usaba y luego despreciaba a la "salvaje" Rusia, basta recordar los esfuerzos de Pedro y Catalina por "refinarse" para entender que Rusia quiso ser europea pero Europa siempre consideró a Rusia tierra de bárbaros.

Es necesario entender esto para entender el Foro de San Petesburgo que es la lucha contra la agresión de las sanciones a las que la UE se ha sumado aún en contra de sus propios intereses,


El discurso de Putin en el foro se centra en la victoria sobre las sanciones y que precisamente la desestabilización intencionada emprendida ha traído los resultados contrarios. Rusia está más fuerte.

En el foro se habló poco de proyecciones macroeconómicas, más allá de la contención de la inflación, pero sí se mencionaron con acierto importantes proyectos internacionales como el Corredor Norte-Sur y campañas de erradicación de la pobreza y de aumento de los ingresos reales, síntoma de un "giro a la izquierda" que apremia en ciertos márgenes de Rusia Unida y que, en determinadas condiciones, podría caracterizar los años venideros de la fiesta.

Los discursos posteriores al del presidente en cambio dieron prueba de cómo el componente liberal, aunque en dificultades, sigue siendo muy fuerte.
Anton Siluanov, ministro de Economía, expresó la necesidad de reducir el compromiso del Estado a favor de empresas públicas eficientes, también como medida para contener la inflación. El asesor presidencial Maxim Oreshkin y Elvira Nabiullina, presidenta del Banco Central, se mostraban en perfecto acuerdo, viendo el regreso a la economía planificada como un "riesgo", a evitar absolutamente a favor del poder del sector privado en la asignación de recursos. Nabiullina luego argumentó que se necesita una nueva ronda de privatizaciones, una posición también respaldada por el Ministro de Desarrollo Económico Maxim Reshetnikov.


Evidentemente, son palabras que no son nuevas y que chocan con el curso real de los acontecimientos que ve en la realidad una creciente centralidad del Estado en la economía, aunque sea de forma disfrazada e indirecta.
Y aquí llega el gran dilema de Putin: Por un lado los avances "oficiales" en el campo económico arrojarían a la alta burguesía rusa a los brazos de un Occidente absolutamente interesado en debilitar al campo contrario; por otro lado, el choque creciente con el bloque atlantista requiere, y requerirá cada vez más, una movilización integral de los recursos políticos, económicos, culturales y sociales de Rusia. Esto es incompatible con la proyección histórica y geopolítica del liberalismo ruso que lleva veintitrés años tratando de convencer por todos los medios posibles de que la integración en el sistema ideológico y de poder occidental es indispensable para Rusia.
Putin tiene por tanto la necesidad de "mimar" a la clase alta rusa, de luchar, por ejemplo, contra las confiscaciones de sus propiedades en Occidente, de tranquilizarla sobre la continuación de las rentas y el parasitismo, pero por otro lado también tiene la necesidad urgente de dar un nuevo impulso al sector manufacturero ruso, para iniciar un proyecto completo de desarrollo tecnológico y expansión y modernización de las fuerzas armadas.
Los interlocutores obligados para estas perspectivas son ciertamente una parte, la parte más patriótica y dinámica de la burguesía rusa, pero también las fuerzas armadas, sobre todo las fuerzas progresistas y populares. Mientras los capitalistas y empresarios tratan por todos los medios de "apretar el freno de mano", para obstaculizar el esfuerzo bélico en favor de la perspectiva imposible de un compromiso con Occidente, la gran mayoría del pueblo ruso exige que se aumente la capacidad de resistencia nacional al Atlántico. agresión. En esto sobresalen las fuerzas del KPRF y de Rusia Justa, que también han entablado ciertas relaciones con Prigozhin, expresión de esa franja militarista totalmente hostil a cualquier política de concesiones y distensión.
En la situación en que la EEUU y la OTAN han puesto a Rusia, Putin será llamado cada vez más a apoyar el campo patriótico, nacional y popular y a neutralizar, de manera prudente, a la facción liberal, so pena del colapso de todo el sistema ruso y una grave posibilidad de desintegración del país, como estaba previsto. por la élite occidental



Comentarios

  1. Ne vidim ništa "pro ruski" u tvojoj analizi, osim što si u meni stvorila strah da Putin vodi zemlju u neku vrstu Slavenskog elitizma, fašizma, nazovi kako hoćeš, ali u svakom slučaju vojnog karktera, pa bio to patriotizamili vojno industrijski kompleks, sve jedno...ne obećava.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Melnyk, Bandera, Hitler. La relativización del nazismo en Alemania

Marzo fue un mes activo para Zelensky: ilegalizó once partidos votados por el pueblo ucraniano, cesó a sus embajadores en Marrue s y Georgia por no conseguir medidas contra Rusia y destituyó al jefe de las Fuerzas de Defensa Territorial En junio cesó a los embajadores de Georgia, Eslovaquia, Portugal, Irán y Líbano. Ya en su posición de pequeño dictador, no dio explicaciones a nadie. Hace unos días anunciaba la destitución de la fiscal general y del jefe de la agencia de seguridad nacional ucraniana por sospechas de traición y colaboración con los servicios secretos rusos. La purga se ha llevado por delante a más de 30 "espías" Consiguió un parlamento fiel y ahora está recolocando amigos de Biden y alguno propio en todo su entorno. En cuanto a la destitución de Andrey Melnyk, defensor del colaborador nazi y antisemita Stephan Bandera , a este le vamos a dedicar más tiempo porque que un embajador que se confiesa abiertamente nazi sea alabado por la clase política alemana, una

De las Cruzadas al Sionismo

 Los libros de Historia que nos cuentan que en Palestina el pueblo  judio y el pueblo árabe han vivido codo con codo desde hace 250 años, comienzan con un primer engaño.  Los libros de Historia que nos hablan del pueblo judío en su eterno deambular por el mundo, en sus altibajos entre la diáspora y la búsqueda de la Tierra Prometida. El pueblo judío perseguido. El pueblo judio del Holocausto, parten de una gran mentira.   El pueblo judio no existe.   Fueron perseguidos europeos conversos al judaismo desde el Imperio Jázaro.  Europa persiguió y asesinó a su propio pueblo por motivos religiosos. Los judios europeos no son semitas. Incluso en la palabra antisemitismo hay una gran mentira histórica que pretende cimentar la historia de un pueblo judío descendiente del pueblo bíblico, ajeno al territorio que habita.   Existen personas judías, es decir personas que profesan el Judaismo, en todas las partes del mundo. Hay judios polacos, estadounidenses, alemanes o rusos; como hay  cristia

Sobre el pueblo judío

La primera cuestión que tenemos que resolver antes de entrar en la cuestión es ¿Qué es un pueblo? El diccionario dice: Conjunto de personas que vive en una población, región o país determinados. Para ser pueblo tiene que haber un territorio y unas personas que lo habitan.   Desde un punto de vista político, el pueblo son las personas que forman parte del Estado, sin ningún tipo de distinciones de raza, género, religión, nivel económico o social.   El pueblo italiano puede ser cristiano o musulmán, seguidor del Nápoles o del Milan. No existe el pueblo musulmán en Italia ni el pueblo protestante en Alemania, ni el pueblo seguidor del Ajaz en Holanda. Los pueblos tienen una vinculación con el territorio y la historia, y esa vinculación tiene que ver con el hecho de haber habitado, ininterrumpidamente durante años un territorio. Por lo que el concepto está ligado a veleidades históricas. Italia no existía antes del siglo XIX. La unificación se produjo a raiz de ideales nacionalistas que s