La bizantinista Judith Herrin cuenta en la introducción a su libro "Bizancio" que, estando en su despacho de la Universidad, entraron unos albañiles a arreglar algo en la ventana. Uno de ellos sintió curiosidad por el nombre que ponía en la chapa de su puerta "bizantinista" y preguntó qué era eso exactamente. Judith, cuando trató de explicar lo que era ser bizantinista, se planteó que siempre había enseñado a quienes ya tenían una base sólida y que no sabía enseñar a quienes no tenían ningún conocimiento del tema. Trató de dar una explicación básica y recibió como respuesta que debía escribir un libro así. Ese es el origen de su obra.
Alguien debía contarnos a nosotros los que no conocemos o no soportamos los términos de la gran economía lo que pasa en Silicon Valley y por qué ha caído el Silicon Valley Bank y su caída ha arrastrado al Credit Suisse y por qué la prensa dice que todo esto tiene tanto que ver con nuestras vidas cotidianas y con el descenso a la miseria de quienes no sabemos donde está el valle del silicio.
Cuando pensamos en grandes empresas tecnológicas ¿qué pensamos? Se definen como empresas en contínua búsqueda de innovación técnológica.
La tecnología se vincula actualmente al progreso infinito, a la contínua búsqueda de lo nuevo.
Cuando Galileo aceptó datos empíricos obtenidos por la mediación del telescopio, reemplazó la contemplación por la observación instrumental. Y en ese preciso punto, apareció la investigación científica y la metodología experimental Pero la fe ciega en el concepto de progreso infinito de la Modernidad no permitió ver sus contradicciones. El uso de la razón medios-fines transfiguró el ideal del máximo bienestar común hasta el punto en que se entendió progreso relacionado al bienestar económico y al crecimiento económico. El hombre moderno se definió como un ser racional cuya confianza absoluta en el método científico le permitía dominar la Naturaleza a través de la tecnología y cuando se habla del hombre moderno, se habla del hombre capitalista moderno, del hombre que detenta el poder. La tecnología debe estudiarse junto al poder porque separada del poder solo existió cuando se fabricaron las primeras puntas de lanza. Hay una gran diferencia entre ciencia y técnica por un lado y tecnología por otro.
Algunos conocemos Silicon Valley o nos suena por ser el lugar en el que se encuentran las empresas globales de tecnología, la sede de Apple, Facebook y Google se encuentran entre las más destacadas.
Se encuentra en la Bahia de San Francisco en California y cuenta cuenta con instituciones tecnológicas en torno a la Universidad Stanford, el Museo de Historia de la Computación, el Museo Tecnológico de Innovación y el Centro de Investigación Ames de la NASA y el Museo Tecnológico de Innovación repartidos entre Palo Alto, San José o Mountain View
Son las empresas "Big Tech" de alta tecnología y se habla de ellas como si fuesen un ser humano.
"La guerra de Putin es también la guerra de Silicon Valley " "Silicon Valley el gran aliado de Ucrania contra Rusia" "Silicon Valley se reune con Biden" dicen algunos titulares de periódicos.
Pero las empresas de Silicon Valley no son un monolito aunque se hable de ellas como un señor con corbata y cartera.
Es un grupo de empresas con muchísimo poder y con su historia.
Es una zona que surge apegada a los acontecimientos de la Guerra Fría.
La zona de la bahía de San Francisco estaba casi totalmente deshabitada hasta que, en los años 40, se estableció una base del ejército estadounidense y luego, en la década de los 50 y 60, se empezaron a crear empresas tecnológicas que eran prácticamente subsidiarias del recién creado Complejo Industrial-Militar estadounidense.
Sin embargo, los eventos que nos conciernen verdaderamente son más recientes. Durante los primeros años del 2000 hubo una “renovación” en lo que respecta a cómo se articulaban las empresas de este valle y a su relación con el gobierno estadounidense.
Aquí cabe señalar dos eventos que, pese a ser independientes entre sí, provocaron una reformulación completa de lo que era Silicon Valley, alumbrando el valle que conocemos hoy en día.
Uno de los eventos corresponde a las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, y el otro corresponde al reventón de la burbuja de las empresas “puntocom”.
La consecuencia más inmediata del 11-S para la política interna estadounidense fue la aprobación de la Patriot Act, o lo que viene siendo la aprobación de una ley con la cual la privacidad de los ciudadanos estadounidenses se ponía en entredicho y se supeditaba totalmente a “los intereses de seguridad nacional”. Por lo tanto, esta ley creaba las condiciones jurídicas para poder realizar una vigilancia masiva de la población, actividad que solo se podría conseguir con una muy elevada inversión tecnológica.
En paralelo, el reventón de la burbuja de las “puntocom” demostró que ese negocio ya no era rentable y se necesitaba una reformulación de la actividad empresarial asociada al sector tecnológico
A finales de los años 90 surge el término de Economía Digital o Nueva Economía para referirse a la evolución económica de la industria del conocimiento y las tecnologías de la comunicación, las cuales produjeron la subida del Producto Interior Bruto de EEUU durante cien meses seguidos.
Surgió entonces el auge del NASDAQ, la bolsa electrónica de los Estados Unidos, en la cual cotizan las principales empresas digitales con grandes incrementos del precio de las acciones de estas empresas tecnológicas, principalmente basadas en Internet, aumentando su valor. Estas empresas, alimentadas por las especulación de inversores que buscaban conseguir una gran rentabilidad con sus gestiones en ese buen momento del mercado, alcanzaban unas valoraciones muy superiores al valor real que tenía la
empresa.
Este fue el comienzo de la primera burbuja económica de esta Economía Digital, la burbuja de las puntocom.
Técnicamente estas burbujas económicas pasan por una serie de fases en las que podemos identificar: Incremento de precio de las acciones.
Compras especulativas: Inversores compran para vender a un precio mayor.
Exuberancia: La “Exuberancia Irracional” es un término al que se refirió el por entonces presidente de la Reserva Federal de los EEUU en los años 90, concretamente en referencia a la burbuja puntocom, para avisar de eta sobrevaloración que se estaba produciendo en determinadas empresas.
Etapa crítica: Empiezan a escasear los compradores de acciones.
Crash: Ante la falta de compradores, los dueños de las acciones intentan vender de forma masiva, para evitar perder la totalidad de sus ingresos. Esto desemboca en la pérdida de valor de las acciones.
Tras la caída en el año 2000 del índice del NASDAQ muchas de estas empresas desaparecieron bien por caer en quiebra, o por la fusión con otras.
El final de este periodo negro de la Nueva Economía se dio con la aparición de las nuevas grandes empresas digitales como Google, que pronto se asentaron en el mercado esta vez de forma fiable.
En ambos casos, se contó con el apoyo del Estado estadounidense
El gran catalizador que dio forma a lo que conocemos hoy como Silicon Valley fue, además del apoyo del Estado, la crisis del capitalismo del 2008.
Esta crisis provocó que los capitales globales huyeran y se refugiasen en “nuevos sectores” a través de los Venture Capitals (fondos de alto capital riesgo).
Es decir, a partir de 2008 se empezó a regar Silicon Valley con ingentes cantidades de dinero público y privado.
Detrás de Silicon Valley hay una colaboración público-privada que permitió crear las grandes empresas que dominan hoy el capitalismo global, como pueden ser Alphabet (matriz de Google), Amazon o Apple.
Se debe tener en cuenta que este “Capitalismo Digital” no es otra cosa que una evolución más del capitalismo.
Durante la época neoliberal el “capitalismo industrial” se convirtió, favorecido por la desregulación financiera, en un “capitalismo financiero”, donde predominan las entidades financieras y bancarias en el mapa económico mundial siendo el nexo de la política socioeconómica a nivel global.
A partir de 2008 el capitalismo financiero encontró un nuevo sector sobre el que situarse: el digital. (es un esquema claramente eurocéntrico pero estamos hablando de Gran Capitalismo)
Con esta breve historia de Silicon Valley podemos entender mejor lo que es su Doctrina Valley, la cual se asienta en tres pilares:
1) extracción de datos (data),
2) control del flujo de información y comunicaciones,
y 3) explotación laboral.
Asimismo, tres serían sus armas ideológicas:
1) la libertaria,
2) la neoliberal,
y 3) la liberal (en el sentido anglosajón, liberal-progresista).
Todas estas armas se tensionan y articulan a la perfección debido a la propia historia “vital” de Silicon Valley.
La “libertaria” es aquella que exige que el estado no intervenga en la particular economía de Silicon Valley para así poder crear unos monopolios que muchos CEO’s (Chief Executive Office, directores ejecutivos) piensan que son más eficientes en el capitalismo.
En aparente contradicción con la anterior, el arma “neoliberal” es aquella que todavía exige la intervención del Estado, pero lo hace solamente para salvaguardar los intereses de las compañías empresariales alcanzando determinados acuerdos (por ejemplo, en materia de “privacidad”) con el Gobierno estadounidense. Esta arma, de crucial importancia, se mezcla con el alma “liberal-progresista”, caracterizada por un mensaje antirracista, antimachista y de superación individual, en su aspiración de individualizar a la masa de la sociedad.
(texto basado en artículo de Jaime Caro Morente, doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid )
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