Dante se encuentra perdido en medio de una selva oscura. Al amanecer, llega a una montaña iluminada, donde es asediado por tres animales simbólicos: un leopardo, un león y una loba.
El alma de Virgilio, el poeta latino, acude en su auxilio y le hace saber que su amada Beatriz le ha encomendado llevarlo hasta las puertas del paraíso. Para eso, deberán pasar primero por el infierno y el purgatorio.
¿Dónde se encuentra Dante? En la selva oscura de las gentes que vivieron sin gloria ni infamia junto a los ángeles que no se rebelaron contra Dios, no por lealtad, sino para evitar tomar partido en lucha contra el Bien y el Mal. Estas gentes son rechazadas por el cielo y por el infierno. Su tormento es que nadie se acuerda de ellos. No existen. Son desdeñados hasta por la compasión.
Aquí metió Dante a sus compatriotas que vieron el horror pasar sin provocarlo y sin evitarlo.
Aquí estamos todos, observando sin hablar, escribiendo desde nuestra comodidad, o nuestro narcisismo, creyendo hacer algo más que inflar nuestro ego.
En la selva oscura.
Observando, como Dante, guiados por un poeta algunos, sin guia otros.
Ante nuestros ojos cruzan la frontera entre Grecia y Turquía un grupo de hombres desnudos, cerca de 100 refugiados, mayoritariamente sirios y afganos que han sido obligados a cruzar el Río Evros.
Grecia y Turquía se acusan uno a otro de ser el causante de tratos vejatorios contra los refugiados.
Europa pagó a Turquia para que se convirtiese en un tapón que redujese la llegada de seres humanos que huían de guerras donde Europa a través de la OTAN ha sido y es parte activa.
Estas escenas, como las del niño Ailan, nos hacen llorar mientras la televisión mueve al director de orquesta luego se nos olvidan y vamos a otra cosa.
Si en el río Evros Turquia el país de segundo orden y Grecia la colonia PIGS se echan las culpas entre sí, en Melilla España y Marruecos se atacan entre sí para llevarse la responsabilidad de los inmigrantes asesinados al tratar de cruzar la valla que separa la Europa con la que sueñan del infierno del que vienen.
Desde España y Europa se llamó al asunto "intento de invasión" y se le echó tierra rápidamente.
En Calais Gran Bretaña intenta detener el acceso de los inmigrantes a la zona del puerto desde donde salen los barcos hacia Reino Unido que conectan el norte de Francia con el sur de Inglaterra.
La modélica Noruega, de la que solo se habla para ponernos a los mediterráneos como gentes descrebradas incapaces de organizarse como ellos, además de una de las leyes migratorias más duras de Europa tiene su valla en Storskog, puesto fronterizo con Rusia, porque se convirtió en entrada cada vez mayor de solicitantes de asilo provenientes de Siria y países vecinos.
Bulgaria construyó una valla en su frontera, en este caso contra Turquía iniciada en 2013, pagada con fondos enviados por Bruselas, junto a la valla se enviaron euros para militarizar también la zona.
Quizá el muro más comentado sea el de Hungria, criticado desde una Europa hipócrita mientras elevaba nuevas vallas en otros países. Viktor Orban, decidió en 2015 elevar unas vallas a lo largo de las fronteras con Serbia y Croacia en el momento más crítico de tránsito de la llamada ruta de los Balcanes, en la que miles de refugiados recorrieron largas distancias para llegar a los países más ricos de la UE como Alemania o Suecia.
Macedonia construyó un muro contra Grecia a finales de 2015, también como respuesta a la llamada crisis migratoria en Europa. La barrera se extiende a lo largo de más de 30 kilómetros y derivó en la creación del lado griego del campo de refugiados Idomeni, que fue en su momento el más grande del continente
En octubre de 2015 Austria anunció la primera construcción de una valla contra Eslovenia en el cruce fronterizo de Spielfeld, uno de los puntos más utilizados por las personas refugiadas y migradas en su recorrido por la ruta de los Balcanes.
Eslovenia construyó un muro contra Croacia en 2015 y aprobó, en el mismo año, desplegar el ejército en la misma frontera. La barrera también nació como un intento de respuesta a la crisis de los inmigrantes para frenar su ingreso a la zona Schengen
Estonia, miembro de la Unión Europea y parte de la zona Schengen, también erigió un muro de poco menos de 2 kilómetros pero con planes de extenderlo hasta 110 kilómetros con Rusia. Gran parte de la frontera entre ambos países es marítima, pero igualmente el gobierno estonio justificó la medida para protegerse y también hacerlo a los aliados de la OTAN.
El caso de Lituania es similar al resto de las repúblicas bálticas, pero en este caso la barrera que construyó en 2017 de unos 45 kilómetros la divide del enclave ruso de Kaliningrado.
El caso de Finlandia es paradigmático. Siendo un país históricamente neutral, anunció en el mes de julio del 2022 que iniciará la construcción de un muro a lo largo de sus 1.340 kilómetros de frontera con Rusia. De esta forma, el parlamento finlandés aprobó una ley que incluye, no sólo los muros, sino la posibilidad de cerrar el acceso a peticionarios de asilo para evitar el uso de los refugiados como elemento de presión sobre su frontera, temiendo se repitan los sucesos en la frontera entre Bielorrusia y Polonia
Suecia y Dinamarca aumentan también su escudería antiinmigración con leyes que permiten trasladar a refugiados a centros de asilo en un tercer país; tal y como ya se encuentra implementando Reino Unido con Ruanda. El ministro danés de Inmigración, Mattias Tesfaye, que es de origen etíope; visitó algunos países como Ruanda, Etiopía y Túnez para gestionar la implementación del sistema de traslados.
Esta Europa blindada para que nadie venga a quitarle lo que cree suyo, se ha visto como el emperador Desnuda sin el gas ruso. La guerra de Ucrania le ha arrancado sus túnicas color púrpura, y la ha dejado temblando en su fragilidad y dependencia energética.
Desnuda y blindada espera uno de los peores inviernos de su historia.
Nosotros los neutrales, vamos de la mano de Virgilio, mirando sin implicarnos pero de la Selva Oscura se sale al Purgatorio, al Paraiso o al Infierno. La historia empuja.
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