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Los cerdos ibéricos y el Midcat

 Hoy es 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers presentan  su declaración formal de quiebra y, según los que  saben o los que creen o dicen saber, se inicia la llamada “crisis financiera global”. 

  En toda España, en todo Portugal, en toda Grecia, en la parte de Italia que fue  bizantina y árabe, la palabra "crisis" retumba en todos los telediarios, aparece con letras de pelicula de terror en todas las portadas de todos los periódicos. La gente está insegura, asustada. Y todavía no conoce los diez años que le van a caer encima. 

En poco tiempo a la palabra "crisis" se une otra todavía más terrorífica "rescate" que significa que la UE piensa inyectar millones a los bancos y que cada uno de los PIGS, los cerdos del Sur, además de pobre va a estar endeudado y que cada vez que el Banco Central Europeo suba los tipos de interes cada cerdo tendrá que pagar más por aquellos "préstamos", que Alemania, la dueña de la UE, gestiona con mano de hierro exigiendo barrido de derechos laborales, de los derechos sociales y de libertades que parecían conseguidas e inamovibles. 

En poco tiempo las desigualdades en el mundo Mediterráneo de la UE se disparan y hasta el día de hoy 16 de septiembre de 2022 han seguido la misma dirección hacia la profundización de un foso insondable que separa a los ricos que se hacen más ricos y al resto de la población en proceso de pauperización.

 Durante muchos años el hambre era un fantasma del franquismo en España y nadie, ni en sus peores pesadillas, pensaba que pudiera volver. Pero la "crisis" elimina el alimento y el techo de los derechos esenciales de todo ser humano. 

 La crisis no tiene protagonistas, es como un fenómeno natural. Algo que sucede a la economía periódicamente, relacionado con los grandes negocios, las bolsas, la macroecomía, las estructuras... Palabras que la gente de a pie no puede entender. Como la predicción de la lluvia. El hombre del tiempo nos dice que va a llover, lo creemos y sacamos el paraguas, pero no entendemos el funcionamiento de la Circulación General Atmosférica.La crisis no tiene causas humanas, por lo que no nadie va a responder por ella. nadie va a  buscar en las grandes mansiones, en los yates, en las empresas crecidas como la espuma los hombres y apellidos de los beneficiarios del empobrecimiento general y nadie les va a exigir cuentas.

 Alemania pide a cambio de los "rescates" que los presidentes de los cuatro paises arrasados por la crisis se pongan de rodillas con las manos en posición orante ante su futuro señor, lo que se llamó en otros tiemos el inixtio manum, y que le declararen su voluntad de ser sus vasallos. 

 Así se hace y desde entonces todo lo que suceda entre Alemania y los PIGS está sujeto a vasallaje. 

Todos recordamos nuestra fe de siervos en el orgullo griego cuando aquel hombre de gesto adusto y mandíbula orgullosa se sentó frente a la troika de prestamistas y dijo "no". El no duró lo que su ministerio, menos que un caramelo en la puerta de una escuela. 

El vasallaje no admite disidencias.

El grupo de los cerdos hemos visto como se desmantela el pírrico estado de bienestar que teníamos. En España nuestro gran orgullo era nuestro sistema gratuito y digo era porque ha sido el primero en caer. 

Los gobiernos de la II Restauración Monárquica, aferrados al poder mediante el sistema del turno, adornado ahora con arengas democráticas, aceptan todo de su Señora Merkel y comienzan el trasvase de lo público a lo privado. Las empresas que pasan a particulares agraden a los políticos benefactores su actuación con cargos de renombre con sueldos estratoféricos y ninguna ocupación en la empresa. Ni siquiera se les exige presentarse.

 Estos parásitos de la política, "manijeros" de Alemania como los llamaba nuestro nostalgiado (permitan que me aferre a un verbo que no existe en nuestra RAE pero que debiera existir) Anguita; entregan el país a la Unión Europea e introducen en la Constitución, en el modificado artículo 135, que pagar el vasallaje a Alemania, es mas importante que la seguridad alimentaria de sus ciudadanos. 

La reforma financiera se  carga las Cajas de Ahorro públicas favoreciendo la banca privada, receptora de todas las ayudas europeas y para garantizar que la desesperación no lleve a la gente a las calles se crea la Ley Mordaza, una ley propia de dictaduras, nunca derogada. Debe ser una exigencia de nuestros señores feudales.

 Cuando la gente sale a la calle, desesperada, y de la desesperación surge alguna organización,  en el llamado movimiento 15M,  las élites abren las cadenas de televisión a unos gurús que dicen hablar en nombre del pueblo y  crean un partido para devolver a los indignados a sus casas. Luego, para frenar el partido que crece como la espuma; la derecha española, que nunca ha tenido competencia radical porque como dice el dicho "no todos los que juegan al golf son cretinos pero todos los cretinos juegan al golf", permite que se le desgaje  su sector más radical y se cree un partido de extrema derecha para que hable sin tapujos de racismo, antifeminismo, islamofobia,  xenofobia homofobia, patria, Cristo y Rey.

  Y hoy cuando la crisis energética por la guerra de Ucrania y la nefasta política europea en su vasallaje al Supremo Señor Feudal Joe Biden, ha dejado a la implacable Alemania sin combustible, la Alemania que consideraba su superavit como miembro privilegiado de la UE algo propio, no compartible; y las deudas propias de cada país, la que se encargó de que sus cerdos del Sur llevasen toda la carga de la inmigración africana al establecer que el país receptor debía encargarse de los inmigrantes que llegasen a sus fronteras, eliminando la posibilidad de considerar que llegaban a Europa y que toda Europa acogería  a los exiliados de la miseria que la misma Europa había creado ( este es tema aparte) ; esa Alemania que casi explota en la abundancia, hoy pide solidaridad al Sur. 

     Sabemos que la Europa heredera del Sacro Imperio, no hay otra que tenga voz o voto, no nos está pidiendo solidaridad sino vasallaje. 

 Solidaridad es lo que  la Alemania poderosa y unificada no prestó en 2008 a los PIGS. Solidaridad es lo que nos negó, guardando bajo llave su superavit y obligando a la parte más pobre de la UE a perder todos sus servicios públicos ( sanidad, educación, pensiones...) 

  Solidaridad es lo que no sintieron las familias que vieron a la policía arrastrando a niños y ancianos de sus hogares para lanzarlos a la intemperie, porque no habían podido pagar a los bancos

La solidaridad  que hoy nos piden es la que los poderosos en su día negaron al Mediterráneo. La solidaridad que hubiese evitado tanto sufrimiento a nuestras poblaciones.

El gobierno socialdemócrata alemán con su canciller Scholz que de un día a otro se va a dejar crecer un bigotito recorgado bajo la nariz y se va a poner una gorra con cosas blancas, rojas y negras, se acuerda de que España y Portugal tienen gas y no dependen de Rusia y pide solidaridad para la construcción de un gasoducto que pueda ser utilizado para evitar situaciones catastróficas. 

   Es el momento del orgullo. De levantar la barbilla y preguntar a Alemania:

¿Dónde estuvo la solidaridad cuando el barco de los PIGS se hundía? ¿Fue cuando se pidió que los vagos del Sur no tuviesen sanidad ni educación y se formase como camareros y limpiadores para sus turistas? ¿Fue cuando los países ricos nadaban en la abundancia y cuidaban de sus clases medias mientras veinte millones de niños en el Mediterráneo entraron en el umbral de la pobreza y de la falta de alimentos? ¿Fue cuando los refugiados sirios agonizaban en Lesbos mientras levantaban vallas con pinchos para que no entrasen en sus sagrados estados del bienestar? ¿Fue cuando los vendieron a Turquía? ¿Dónde está la solidaridad del Sacro Imperio con los pueblos torturados y oprimidos, con los que cruzan las vallas de Melilla, los que sobreviven en la ratonera de Gaza, con los saharauis entregados al sanguinario rey de Marruecos?  ¿Dónde la voz europea contra los salvajes bloqueos a  Cuba, Venezuela, Irán? ¿Lanzó la  Europa rica su solidaridad envuelta en bombas a Yemen? ¿Dónde estuvo su solidaridad durante la epidemia cuando la pragmática Merkel apretó pero no ahogó? ¿Dónde cuando se tiraron vacunas en lugar de repartirlas entre los países que no podían comprarlas?

 La Europa del euro, de los grandes capitalistas, pide hoy a sus vasallos solidaridad. Pero todos sabemos que a un vasallo no se le pide nada, se le exige vasallaje.

La  no dependencia energética del gas ruso por parte de Portugal y España  y su situación geoestratética con kilómetros de costa abiertos a América para recibir el gas americano y  su proximidad a África por el  Mediterráneo para recibir el gas africano, debiera ser suficiente para poder dar un puño en la mesa de la Unión Europea, es decir de Alemania, y ponerse a exigir algo después de tantos años de amagar las orejas.

Argelia exporta su gas a través de tres gasoductos: dos Argelia-España (uno de ellos pasando por Marruecos) que no están conectados a la red europea y un tercero Argelia-Túnez-Italia. 

Tras la crisis de Ucrania, los dirigentes alemanes han vuelto los ojos a su colonia ibérica para retomar n la conexión gasista de la península mediante un gasoducto que conecte a España con Francia a través de Cataluña (gasoducto Midcat) mediante el cual España hará llegar a la red energética europea el gas de Argelia,(equivalente a la mitad del que llega desde Rusia a través de Ucrania)

Europapress nos cuenta que los líderes de la UE acuerdan aprovechar el potencial de la Península Ibérica "para contribuir a la seguridad de suministro" en el marco de la estrategia para reducir la elevada dependencia de combustibles fósiles de Moscú.

  Europa se ha metido en un callejón sin salida en lo de las sanciones a Rusia, tanto que la misma Von der Leyen se leyó a los sofistas en un curso acelerado de filosofía política y nos contó que “necesitamos comprar más petróleo ruso para que Putin no saque más beneficios en otro lugar”.  Esto que podía ser bueno para ser usado en aquella escena de Groucho de la parte contratante de la parte contratante, lo tiene casi todo escrito entre líneas: Todos los intentos por sobrevivir sin el gas ruso están condenados al fracaso. No pueden. Alto y claro. 

Y ahí entramos nosotros, los gorrinos, los buenos siervos, ahí entra la gran palabra "solidaridad", que para que sea tiene que ejercerse en libertad. Un país vasallo no puede ser solidario porque su solidaridad es forzada.

 Aquí entra otro ejemplo del sofismo imperante en la desesperada política del Sacro Imperio Romano Germánico: "Si nos cortan el gas a nosotros, los ricos, vosotros los pobres que dependéis poco del gas ruso, tendréis que consumir menos para darnos a nosotros"

  Esto en román paladino se llama pagar el tributo del vasallo al Señor. Lo demás es leche y habas.

No, no hubo reparto de riqueza, del superavit alemán. La Merkel se puso los tacones de aguja y cogió el látigo y nos puso a los cerditos bajo su dominio. Ahora pide solidaridad ante la escasez. 

 Sería un placer levantarle el dedo y decirle en español de toda la vida "Te hielas y te jodes" "Vete a tomar por culo" "Le vamos a dar el gas a tu puta madre", pero en lugar de eso vamos a  construir nuestro gaseoducto Midcat, cuando los dueños Francia y Alemania acaben de pelearse sobre si se abre o no; y les vamos a dar el diésel que según la Agencia Internacional de la Energía también va a escasear  escasear y a cambio Alemania nos va a mandar a sus viejos para que se calienten en las hamacas de la Costa del Sol. Mira que bien, os llenamos los hoteles en invierno, le vamos a dar 500 euros a cada jubilado para que los pase en vuestro país.

Los viejos tienen mala circulación y se les quedan los pies y las manos helados muy pronto, si se quedan en Alemania van a poner la calefacción a toda mecha. Los enviamos a España, le decimos a los panolis ibéricos que es un regalito que les damos por ser tan buenos y que consuman el gas allí, como cuando los mandaban a parasitar la seguridad social española  exigiendo caderas de titanio


 España tiene más plantas de regasificación que nadie en Europa (el 35% de la capacidad europea entre Barcelona, Sagunto, Cartagena, Huelva, Ferrol, Bilbao y Gijón) lo que le permite enfrentar una hipotética situación extrema con mejores perspectivas que otros países más dependientes de Rusia. En este sentido, la posición negociadora de España parece de fuerza, pero no, nadie va a soltar un "que te follen"

 El gasoducto que nos tendría que conectar a la red gasística del sudeste francés y que debía servir para garantizar que llegase gas a España (desde Europa), se dijo que no era rentable; pero ahora que España está bien abastecida y falta gas en Europa se considera un proyecto crucial.

El gas que va a llegar a España y que a través del Midcat va a salvar a Europa del malvado Putin y va a conseguir inlcuso que el Vaticano santifique a Zelensky, es este: 

 "En 2021 la Unión Europea recibió 175.000 millones de metros cúbicos (Mmc) de gas ruso. Por vía marítima las posibilidades son limitadas: solo un puñado de países pueden producir gas natural licuado. Y las cuentas no salen: EE.UU. puede aportar unos 50.000 Mmc, pero por tiempo limitado ya que sus pozos de fracking se están acabando y hay quien anticipa un shock de precios del gas este mismo año en territorio estadounidense. Tampoco los 60.000 Mmc que se espera que pueda exportar Qatar este año bastarían, ya que una buena parte ya está comprometida por contrato con otros países. Y todo eso asumiendo que España pudiera dar paso al trasiego de buques metaneros que se precisaría.  

Por vía terrestre las opciones son todavía peores: o hablamos de gasoductos controlados por Rusia o hablamos de Argelia. Pero la producción de gas de Argelia está prácticamente estancada desde el año 2000 y encima su consumo interno se está disparando desde 2010, con lo que sus exportaciones caen vertiginosamente (de 57.000 Mmc en 2010 a 39.000 Mmc en 2020). A Argelia le ha venido muy bien la reciente conflictividad política, primero con Marruecos y luego con España, para ir reduciendo sus exportaciones a estos países y que parezca algo decidido, no impuesto por la dura realidad geológica del agotamiento de los recursos. ¿Tendrá que ver la impotencia gasística argelina con el sorprendente giro político de España en el conflicto del Sáhara Occidental? En política nada ocurre por casualidad, dicen. Aunque no sea cierto, lo que sí es cierto es que un cúmulo de casualidades tan convenientes con la Ley de rendimientos decrecientes ya sí que no cuela.

 Entonces, ¿de dónde vendrá, si no, ese gas que a Europa le falta desesperadamente? Algunos dicen que de Nigeria, un país enorme, rico en recursos pero con su enorme población (200 millones) sumida en la pobreza. El gas que los nigerianos no consumen deberá circular a través de un gasoducto que, para evitar países conflictivos, dará una sorprendente vuelta de miles de kilómetros por la costa occidental africana. Más kilómetros igual a más estaciones de control y de bombeo, más mantenimiento, más gasto. ¿Será Nigeria un suministrador fiable? Un país exportador de petróleo que ya tiene problemas de queroseno para sus vuelos domésticos, un país desangrado por eternas guerras y por el control de los recursos. Otro plan perfecto.
 En realidad, no hay una solución a corto plazo al problema del gas ruso, pero eso en Europa ya lo saben. Y cuando apuestan por el Midcat y por las infraestructuras gasísticas españolas, están pensando a más largo plazo. Están pensando en el hidrógeno verde, el gas combustible que deberá sustituir al gas natural

 

De nuevo, los medios, empresarios y políticos saludan al hidrógeno verde como la gran solución, el gran futuro de la energía, la gran tecnología salvífica. Nada más lejos de la verdad. Para empezar, conviene recordar que el hidrógeno verde no es una fuente de energía sino un vector: se produce consumiendo electricidad (verde, es decir, renovable) para separar el oxígeno del hidrógeno en la molécula de agua. Es un proceso intrínsecamente poco eficiente por razones termodinámicas: en las mejores plantas de electrólisis, una vez contabilizado todo el gasto energético (el de la electricidad, el de calentar el agua a 80ºC…) el rendimiento se sitúa alrededor del 50%. Es decir, que la mitad de la energía que se usa en producir hidrógeno se pierde, inevitablemente, como peaje impuesto por la Segunda Ley de la Termodinámica. Y nadie escapa a esta ley, ni siquiera en España.


Según el uso que se le dé a ese hidrógeno, se tendrán que añadir otras pérdidas; lo más ineficiente, el uso del hidrógeno en motores de maquinaria pesada como camiones, tractores, excavadoras, barcos… En ese caso las pérdidas totales rondan el 90%. La propia Estrategia Europea del Hidrógeno reconoce que Europa no podría ser autosuficiente con sus fuentes renovables para producir todo el hidrógeno que se necesitaría en una transición a este combustible.

También el informe del Grupo III del IPCC reconoce que la tecnología del hidrógeno no está madura para su implementación masiva. Pero eso no le importa a los amos del dinero, que necesitan que la megamáquina capitalista no pare, y si las leyes de la Termodinámica dicen que nanai y el hidrógeno verde no está listo, es igual, hay que tirar para adelante con lo que hay. Y que lo pague otro, claro.

El Gobierno alemán se ha lanzado a firmar contratos para garantizarse el suministro de hidrógeno desde otros países: Ucrania (antes de la guerra), Marruecos, Chile, Namibia, Congo… En todos los casos se trata de proyectos empresariales auspiciados y respaldados por el gobierno alemán en persona. El plan de Alemania está claro: a medida que la energía escasee, se tiene que garantizar que al corazón de Europa llegue combustible suficiente para no detener la actividad industrial teutona. Un pensamiento simplista que asume la estabilidad de otros factores, incapaz de ver que un mundo en declive energético no podrá garantizar la seguridad del suministro del vital hidrógeno hasta Frankfurt.

Y si esto falla, los líderes europeos han decidido que la Península Ibérica aporte su potencial energético para alimentar a Europa. Básicamente, que el plan colonial de saqueo energético, vía hidrógeno verde, que Alemania quería imponer a otros países fuera de la UE se aplique también a los países del sur de Europa.


 Al igual que Europa, España no podría cubrir sus necesidades energéticas con el hidrógeno verde que puede producir, pero a pesar de ello el plan es que lo exportemos a Europa.

 Esto le da una nueva visión, siniestra, a los fondos NextGeneration con los que se está financiando el actual aluvión de proyectos renovables en España: se trata del establecimiento de una administración colonial, que de facto nos convierte en ciudadanos de segunda, con menos energía y con menos agua, porque el consumo de agua de las plantas de electrólisis no es despreciable en un país hídricamente estresado como el nuestro. Y nuevamente, medios, empresarios y políticos españoles (o quizá deberíamos decir coloniales) dan palmas puestos en pie.


España ya está en proceso de conversión a colonia energética, una que huele a sequía, a desierto y a espejismo fugaz de progreso

La parte de los datos de energía ha sido copiada literalmente del artículo "España, colonia energética del norte de Europa" de Antonio Turiel / Juan Bordera / Alfons Pérez


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