En toda España, en todo Portugal, en toda Grecia, en la parte de Italia que fue bizantina y árabe, la palabra "crisis" retumba en todos los telediarios, aparece con letras de pelicula de terror en todas las portadas de todos los periódicos. La gente está insegura, asustada. Y todavía no conoce los diez años que le van a caer encima.
En poco tiempo a la palabra "crisis" se une otra todavía más terrorífica "rescate" que significa que la UE piensa inyectar millones a los bancos y que cada uno de los PIGS, los cerdos del Sur, además de pobre va a estar endeudado y que cada vez que el Banco Central Europeo suba los tipos de interes cada cerdo tendrá que pagar más por aquellos "préstamos", que Alemania, la dueña de la UE, gestiona con mano de hierro exigiendo barrido de derechos laborales, de los derechos sociales y de libertades que parecían conseguidas e inamovibles.
En poco tiempo las desigualdades en el mundo Mediterráneo de la UE se disparan y hasta el día de hoy 16 de septiembre de 2022 han seguido la misma dirección hacia la profundización de un foso insondable que separa a los ricos que se hacen más ricos y al resto de la población en proceso de pauperización.
Durante muchos años el hambre era un fantasma del franquismo en España y nadie, ni en sus peores pesadillas, pensaba que pudiera volver. Pero la "crisis" elimina el alimento y el techo de los derechos esenciales de todo ser humano.
La crisis no tiene protagonistas, es como un fenómeno natural. Algo que sucede a la economía periódicamente, relacionado con los grandes negocios, las bolsas, la macroecomía, las estructuras... Palabras que la gente de a pie no puede entender. Como la predicción de la lluvia. El hombre del tiempo nos dice que va a llover, lo creemos y sacamos el paraguas, pero no entendemos el funcionamiento de la Circulación General Atmosférica.La crisis no tiene causas humanas, por lo que no nadie va a responder por ella. nadie va a buscar en las grandes mansiones, en los yates, en las empresas crecidas como la espuma los hombres y apellidos de los beneficiarios del empobrecimiento general y nadie les va a exigir cuentas.
Alemania pide a cambio de los "rescates" que los presidentes de los cuatro paises arrasados por la crisis se pongan de rodillas con las manos en posición orante ante su futuro señor, lo que se llamó en otros tiemos el inixtio manum, y que le declararen su voluntad de ser sus vasallos.
Así se hace y desde entonces todo lo que suceda entre Alemania y los PIGS está sujeto a vasallaje.
Todos recordamos nuestra fe de siervos en el orgullo griego cuando aquel hombre de gesto adusto y mandíbula orgullosa se sentó frente a la troika de prestamistas y dijo "no". El no duró lo que su ministerio, menos que un caramelo en la puerta de una escuela.
El vasallaje no admite disidencias.
El grupo de los cerdos hemos visto como se desmantela el pírrico estado de bienestar que teníamos. En España nuestro gran orgullo era nuestro sistema gratuito y digo era porque ha sido el primero en caer.
Los gobiernos de la II Restauración Monárquica, aferrados al poder mediante el sistema del turno, adornado ahora con arengas democráticas, aceptan todo de su Señora Merkel y comienzan el trasvase de lo público a lo privado. Las empresas que pasan a particulares agraden a los políticos benefactores su actuación con cargos de renombre con sueldos estratoféricos y ninguna ocupación en la empresa. Ni siquiera se les exige presentarse.
Estos parásitos de la política, "manijeros" de Alemania como los llamaba nuestro nostalgiado (permitan que me aferre a un verbo que no existe en nuestra RAE pero que debiera existir) Anguita; entregan el país a la Unión Europea e introducen en la Constitución, en el modificado artículo 135, que pagar el vasallaje a Alemania, es mas importante que la seguridad alimentaria de sus ciudadanos.
La reforma financiera se carga las Cajas de Ahorro públicas favoreciendo la banca privada, receptora de todas las ayudas europeas y para garantizar que la desesperación no lleve a la gente a las calles se crea la Ley Mordaza, una ley propia de dictaduras, nunca derogada. Debe ser una exigencia de nuestros señores feudales.
Cuando la gente sale a la calle, desesperada, y de la desesperación surge alguna organización, en el llamado movimiento 15M, las élites abren las cadenas de televisión a unos gurús que dicen hablar en nombre del pueblo y crean un partido para devolver a los indignados a sus casas. Luego, para frenar el partido que crece como la espuma; la derecha española, que nunca ha tenido competencia radical porque como dice el dicho "no todos los que juegan al golf son cretinos pero todos los cretinos juegan al golf", permite que se le desgaje su sector más radical y se cree un partido de extrema derecha para que hable sin tapujos de racismo, antifeminismo, islamofobia, xenofobia homofobia, patria, Cristo y Rey.
Y hoy cuando la crisis energética por la guerra de Ucrania y la nefasta política europea en su vasallaje al Supremo Señor Feudal Joe Biden, ha dejado a la implacable Alemania sin combustible, la Alemania que consideraba su superavit como miembro privilegiado de la UE algo propio, no compartible; y las deudas propias de cada país, la que se encargó de que sus cerdos del Sur llevasen toda la carga de la inmigración africana al establecer que el país receptor debía encargarse de los inmigrantes que llegasen a sus fronteras, eliminando la posibilidad de considerar que llegaban a Europa y que toda Europa acogería a los exiliados de la miseria que la misma Europa había creado ( este es tema aparte) ; esa Alemania que casi explota en la abundancia, hoy pide solidaridad al Sur.
Solidaridad es lo que no sintieron las familias que vieron a la policía arrastrando a niños y ancianos de sus hogares para lanzarlos a la intemperie, porque no habían podido pagar a los bancos
La solidaridad que hoy nos piden es la que los poderosos en su día negaron al Mediterráneo. La solidaridad que hubiese evitado tanto sufrimiento a nuestras poblaciones.
El gobierno socialdemócrata alemán con su canciller Scholz que de un día a otro se va a dejar crecer un bigotito recorgado bajo la nariz y se va a poner una gorra con cosas blancas, rojas y negras, se acuerda de que España y Portugal tienen gas y no dependen de Rusia y pide solidaridad para la construcción de un gasoducto que pueda ser utilizado para evitar situaciones catastróficas.
Es el momento del orgullo. De levantar la barbilla y preguntar a Alemania:
¿Dónde estuvo la solidaridad cuando el barco de los PIGS se hundía? ¿Fue cuando se pidió que los vagos del Sur no tuviesen sanidad ni educación y se formase como camareros y limpiadores para sus turistas? ¿Fue cuando los países ricos nadaban en la abundancia y cuidaban de sus clases medias mientras veinte millones de niños en el Mediterráneo entraron en el umbral de la pobreza y de la falta de alimentos? ¿Fue cuando los refugiados sirios agonizaban en Lesbos mientras levantaban vallas con pinchos para que no entrasen en sus sagrados estados del bienestar? ¿Fue cuando los vendieron a Turquía? ¿Dónde está la solidaridad del Sacro Imperio con los pueblos torturados y oprimidos, con los que cruzan las vallas de Melilla, los que sobreviven en la ratonera de Gaza, con los saharauis entregados al sanguinario rey de Marruecos? ¿Dónde la voz europea contra los salvajes bloqueos a Cuba, Venezuela, Irán? ¿Lanzó la Europa rica su solidaridad envuelta en bombas a Yemen? ¿Dónde estuvo su solidaridad durante la epidemia cuando la pragmática Merkel apretó pero no ahogó? ¿Dónde cuando se tiraron vacunas en lugar de repartirlas entre los países que no podían comprarlas?
La Europa del euro, de los grandes capitalistas, pide hoy a sus vasallos solidaridad. Pero todos sabemos que a un vasallo no se le pide nada, se le exige vasallaje.
La no dependencia energética del gas ruso por parte de Portugal y España y su situación geoestratética con kilómetros de costa abiertos a América para recibir el gas americano y su proximidad a África por el Mediterráneo para recibir el gas africano, debiera ser suficiente para poder dar un puño en la mesa de la Unión Europea, es decir de Alemania, y ponerse a exigir algo después de tantos años de amagar las orejas.
Argelia exporta su gas a través de tres gasoductos: dos Argelia-España (uno de ellos pasando por Marruecos) que no están conectados a la red europea y un tercero Argelia-Túnez-Italia.
Tras la crisis de Ucrania, los dirigentes alemanes han vuelto los ojos a su colonia ibérica para retomar n la conexión gasista de la península mediante un gasoducto que conecte a España con Francia a través de Cataluña (gasoducto Midcat) mediante el cual España hará llegar a la red energética europea el gas de Argelia,(equivalente a la mitad del que llega desde Rusia a través de Ucrania)
Europapress nos cuenta que los líderes de la UE acuerdan aprovechar el potencial de la Península Ibérica "para contribuir a la seguridad de suministro" en el marco de la estrategia para reducir la elevada dependencia de combustibles fósiles de Moscú.
Europa se ha metido en un callejón sin salida en lo de las sanciones a Rusia, tanto que la misma Von der Leyen se leyó a los sofistas en un curso acelerado de filosofía política y nos contó que “necesitamos comprar más petróleo ruso para que Putin no saque más beneficios en otro lugar”. Esto que podía ser bueno para ser usado en aquella escena de Groucho de la parte contratante de la parte contratante, lo tiene casi todo escrito entre líneas: Todos los intentos por sobrevivir sin el gas ruso están condenados al fracaso. No pueden. Alto y claro.
Y ahí entramos nosotros, los gorrinos, los buenos siervos, ahí entra la gran palabra "solidaridad", que para que sea tiene que ejercerse en libertad. Un país vasallo no puede ser solidario porque su solidaridad es forzada.
Aquí entra otro ejemplo del sofismo imperante en la desesperada política del Sacro Imperio Romano Germánico: "Si nos cortan el gas a nosotros, los ricos, vosotros los pobres que dependéis poco del gas ruso, tendréis que consumir menos para darnos a nosotros"
Esto en román paladino se llama pagar el tributo del vasallo al Señor. Lo demás es leche y habas.
No, no hubo reparto de riqueza, del superavit alemán. La Merkel se puso los tacones de aguja y cogió el látigo y nos puso a los cerditos bajo su dominio. Ahora pide solidaridad ante la escasez.
Sería un placer levantarle el dedo y decirle en español de toda la vida "Te hielas y te jodes" "Vete a tomar por culo" "Le vamos a dar el gas a tu puta madre", pero en lugar de eso vamos a construir nuestro gaseoducto Midcat, cuando los dueños Francia y Alemania acaben de pelearse sobre si se abre o no; y les vamos a dar el diésel que según la Agencia Internacional de la Energía también va a escasear escasear y a cambio Alemania nos va a mandar a sus viejos para que se calienten en las hamacas de la Costa del Sol. Mira que bien, os llenamos los hoteles en invierno, le vamos a dar 500 euros a cada jubilado para que los pase en vuestro país.
Los viejos tienen mala circulación y se les quedan los pies y las manos helados muy pronto, si se quedan en Alemania van a poner la calefacción a toda mecha. Los enviamos a España, le decimos a los panolis ibéricos que es un regalito que les damos por ser tan buenos y que consuman el gas allí, como cuando los mandaban a parasitar la seguridad social española exigiendo caderas de titanio
El gasoducto que nos tendría que conectar a la red gasística del sudeste francés y que debía servir para garantizar que llegase gas a España (desde Europa), se dijo que no era rentable; pero ahora que España está bien abastecida y falta gas en Europa se considera un proyecto crucial.
El gas que va a llegar a España y que a través del Midcat va a salvar a Europa del malvado Putin y va a conseguir inlcuso que el Vaticano santifique a Zelensky, es este:
"En 2021 la Unión Europea recibió 175.000 millones de metros cúbicos (Mmc) de gas ruso. Por vía marítima las posibilidades son limitadas: solo un puñado de países pueden producir gas natural licuado. Y las cuentas no salen: EE.UU. puede aportar unos 50.000 Mmc, pero por tiempo limitado ya que sus pozos de fracking se están acabando y hay quien anticipa un shock de precios del gas este mismo año en territorio estadounidense. Tampoco los 60.000 Mmc que se espera que pueda exportar Qatar este año bastarían, ya que una buena parte ya está comprometida por contrato con otros países. Y todo eso asumiendo que España pudiera dar paso al trasiego de buques metaneros que se precisaría.
Por vía terrestre las opciones son todavía peores: o hablamos de gasoductos controlados por Rusia o hablamos de Argelia. Pero la producción de gas de Argelia está prácticamente estancada desde el año 2000 y encima su consumo interno se está disparando desde 2010, con lo que sus exportaciones caen vertiginosamente (de 57.000 Mmc en 2010 a 39.000 Mmc en 2020). A Argelia le ha venido muy bien la reciente conflictividad política, primero con Marruecos y luego con España, para ir reduciendo sus exportaciones a estos países y que parezca algo decidido, no impuesto por la dura realidad geológica del agotamiento de los recursos. ¿Tendrá que ver la impotencia gasística argelina con el sorprendente giro político de España en el conflicto del Sáhara Occidental? En política nada ocurre por casualidad, dicen. Aunque no sea cierto, lo que sí es cierto es que un cúmulo de casualidades tan convenientes con la Ley de rendimientos decrecientes ya sí que no cuela.
Al igual que Europa, España no podría cubrir sus necesidades energéticas con el hidrógeno verde que puede producir, pero a pesar de ello el plan es que lo exportemos a Europa.
La parte de los datos de energía ha sido copiada literalmente del artículo "España, colonia energética del norte de Europa" de Antonio Turiel / Juan Bordera / Alfons Pérez
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